Los unen muchas cosas. Hoy el flamante título del Súper 4 de la Liga Argentina con Oberá; ayer el inicio de sus carreras en clubes de barrio; y en el futuro un destino que quieren pase del deseo a la realidad: instalarse en la Liga A. El entrenador Leandro Hiriart y el alero Rodrigo Sánchez tienen un nombre en la categoría, son fichas de esas pesadas, de esas invaluables que aportan en el rectángulo pero también fuera de la cancha, que saben que el respeto y el lugar hay que ganarlo porque llegaron al básquet grande desde el anonimato y que si se desvían del camino, la crueldad deportiva es rápida.
Por eso los momentos de festejo son únicos e intensos, porque por un rato premian el esfuerzo y permiten descansar de la labor diaria de superación con el sabor de objetivo cumplido. Es un rato nada más, y después vuelve la voracidad y el inconformismo, motores para mejorar.
Oberá le ganó a Barrio Parque por 84 a 75 como local y se quedó con el Súper 4 (en la semifinal derrotaron al Estudiantes de Olavarría de Jeremías Sandrini), ese que se pone en juego entre los mejores cuatro elencos de la primera fase y que otorga la chance de jugar una final por la plaza en la Liga Sudamericana. Sánchez terminó con 18 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias para ser una de las figuras clave desde su puesto de ala pivot, que cumple de la mejor manera a pesar de no ser su posición natural.
Hiriart festeja su segundo Súper 4 tras el logrado en la pasada campaña con Salta. Y con los vaivenes locos del deporte, a tal punto que hace unos meses estaba sin trabajo, y apenas nació su hijo Luca tuvo que triangular Viedma-Rosario-Oberá para tomar un equipo que estaba destinado al éxito pero que todavía no lo sabía. Llegó una tremenda racha de victorias, la clasificación con carácter de hazaña y ahora el título.
“Es una alegría enorme, por haber podido ganarlo de local y después del resultado adverso del primer tiempo haber remontado la situación con carácter”, cuenta el rosarino formado en Temperley en medio de los festejos.
“Hace un tiempo lo pudimos ganar con Salta y después nos quedamos en el camino de la Liga, por eso hay que tratar de construir para que el envión nos permita llegar a las finales”, agrega, generando objetivo a segundos de haber logrado uno. Agradecido, pero insaciable, e inteligente para manejar un plantel que no armó y que primero tuvo que comprender para luego darle su sello. Vaya si hay mérito y aprendizaje en ellos. Se ríe Leo, se ríe Luca y parece que no necesitan mucho más para entender el significado de la palabra felicidad.
Llegaron los festejos, la alegría, las fotos con los rosarinos que llegaron a alentar por amistad (Víctor Pace, Gonzalo Armesto, Mariano y Tatu Traglia) y que fueron fanáticos del elenco misionero por unos días. Pero cuando la espuma bajó un poco, en medio del vestuario, Rodrigo Sánchez se abrazó a la Copa, cerró los ojos y disfrutó el esperado momento.
“Estamos muy contentos porque si bien no es el objetivo principal de la temporada, es algo muy importante y que el club deseaba, algo que nos plantearon en el inicio de temporada. Por eso estamos muy felices, por el plantel, que siempre priorizó lo colectivo por encima de lo individual, con mucho sacrificio por el bien común”, dice el ex Echesortu, quien explica las razones de tanta emoción: “Personalmente me pone muy contento porque venía de dos finales perdidas en la categoría y me saqué las ganas. Me pone muy feliz y también a mi familia, a la que le estoy muy agradecido porque siempre me hace el aguante”.
“Pero esto es para festejar hoy y mañana porque después ya hay que empezar a poner la cabeza en el torneo, porque nos vamos de gira otra vez y jugamos el miércoles en Santiago del Estero y el viernes en Salta y hay que seguir ganando para estar ahí arriba”, analiza Rodrigo, con gran capacidad de abstraerse del momento y tener en la memoria el fixture de la competencia.
Y también le dejó un mensaje a los locos lindos que viajaron desde Rosario a acompañarlos sin ser familia directa: “Los que vinieron desde Rosario son unos genios, valió la pena el viaje y estuvieron alentando los dos partidos”.
Hiriart y Sánchez irán por el nuevo objetivo, ese que los puede poner de retorno en la Liga A, una categoría que conocieron y a la que, a estas alturas, merecen volver.