El ex futbolista Leopoldo Jacinto Luque, campeón del mundo con Argentina en el Mundial 1978, recordó que todos los integrantes del seleccionado de César Menotti se pusieron a llorar cuando se enteraron del Golpe de Estado cívico-militar de 1976 después de jugar un amistoso ante Polonia, en la ciudad de Chorzow.
Aquella jornada del 24 de marzo, de la que se cumplen 44 años, los jugadores salieron a la cancha horas después de la triste noticia en Argentina y obtuvieron una victoria 2-1, con goles de René Houseman y Héctor Scotta, que pudo verse en directo por la TV como única excepción permitida por la Junta Militar.
Luque, figura de aquel equipo y posterior artífice en la consagración en el Mundial Argentina 1978, recordó que el plantel del seleccionado supo de la caída del gobierno de Isabel Perón a través del periodista José María Múñoz, que había viajado a la gira para relatar los partidos.
“Nosotros estábamos en Polonia y cuando terminó el partido se nos acercó Muñoz y nos pidió permiso para comunicarnos sobre la noticia”, memorizó el ex delantero de Rosario Central y River, entre otros.
Ya en la concentración de la ciudad polaca, los futbolistas se reunieron en la habitación de Mario Alberto Kempes y rompieron en llanto, contó Luque en una nota con Télam.
—¿Y ese llanto qué contenía?
—Mucha angustia. Estábamos lejos de la familia, lejos de los amigos, no sabíamos si hubo derramamiento de sangre. La realidad es que para muchos fue el primer Golpe de Estado, no estábamos acostumbrados ese tipo de contextos. Por ejemplo, nos fueron a despedir algunos diputados y al regresar nos encontramos con militares por todos lados.
—¿Recuerda la secuencia del momento preciso de la noticia?
—Nunca me voy a olvidar porque hubo un silencio que se escuchaba en el comedor. Nos mirábamos todos sin creerlo y el primero que se levantó con lágrimas en los ojos fue Mario Kempes, atrás de él salimos todos a su cuarto. Nos amontonamos en su habitación, Mario y muchos lagrimeamos por una cuestión de que sabíamos que era algo grave para nuestro país.
—¿Y qué se dijeron?
—Nos dimos ánimo, nos abrazamos y con el correr de los minutos bajamos un poco. Ahí me acuerdo que el “Loco” Gatti, uno de los más experimentados en ese momento, nos tranquilizó y pidió llamar a su familia para transmitirnos la información de cómo se vivía todo en Argentina.
—¿Pudieron comunicarse con facilidad?
—En aquella época hacer una llamada de un país a otro era complicado, pasaron como dos horas hasta que consiguió hablar con su mujer y ya nos comentó que en ese momento todos estaban en las casas y no mataron a nadie.
—La gira continuó, tuvieron dos partidos más, ¿cómo vivieron eso en el grupo?
—Nos tocó continuar la gira como pudimos, se terminaron los chistes en el vestuario y en las prácticas. Obviamente al salir a la cancha uno se olvida del afuera y por esos 90 minutos sólo pensás en el partido. Nuestros familiares siempre nos dieron tranquilidad en cada llamada y cada contacto.
—Ustedes tuvieron una carrera marcada por el Golpe de Estado, ¿qué sabían?
—Sí, la generación nuestra estuvo marcada y muchas veces nos quisieron ensuciar o sacarnos méritos del título en 1978. Los malintencionados trataron de mancharnos por envidiosos. Nosotros no teníamos idea de lo que pasaba, estuvimos encerrados 40 días para salir campeones, en el medio se murió mi hermano, pasamos mil momentos complicados. Lamento un montón que se nos haya emparentado con los militares.
—Siempre se cuestionó el famoso 6 a 0 a Perú en Rosario…
—Sí, me dolió mucho que varios argentinos dudaran de nosotros en el triunfo contra Perú. Nunca jamás nos enteramos de eso y en la cancha nos cagaron a patadas y nosotros jugamos con todo.
—¿Cuánto contacto tuvieron con la Junta Militar en aquel período?
—Ninguno. Los vimos en la entrega de la Copa del Mundo y en la previa una vez a Rafael Videla. Las paredes las tirábamos entre nosotros, no con los milicos como (Leopoldo Fortunato) Galtieri o (Eduardo) Massera, entre otros. Nos rompimos el traste para ser los mejores y lo conseguimos por el trabajo del grupo y del cuerpo técnico. Nadie nos va a sacar la alegría que pasamos y la amistad que tenemos hasta hoy con el plantel.
—¿Por qué ganaron la final contra Holanda?
—Salimos campeones por varias cosas, como dije, el trabajo de tres meses más el proceso serio de la mano de Menotti. La final la ganamos de corajudos porque nos empataron sobre la hora y pegaron un tiro en el palo. Ninguno de nosotros en el tiempo extra pidió un masaje, agua, ni nada.
—¿Cómo hubieran reaccionado si se enteraban de los desaparecidos y de las torturas?
—Es difícil saberlo porque nunca lo supimos, como todo el mundo, los militares manejaron el país a su gusto y cometieron crímenes horribles. Nosotros estamos en contra de lo que hicieron los militares, fueron unos genocidas y bárbaros.
La victoria ante Polonia
El seleccionado argentino de fútbol derrotó a Polonia por 2 a 1 como visitante, apenas horas después del Golpe de Estado cívico-militar de 1976 y la transmisión de aquella victoria resultó la única excepción hecha por el gobierno de facto tras asaltar el poder.
En la gélida noche de la ciudad polaca de Chorzow, los goles de René Houseman y Héctor Scotta se vieron en todo el país como única excepción a los comunicados de la Junta Militar, que previamente había establecido la prohibición de los espectáculos, las transmisiones y los programas de televisión para el resto de la jornada.
“Se ha exceptuado la propagación programada para el día de la fecha del partido de fútbol que sostendrán las selecciones de Argentina y Polonia», explicó el documento oficial de un encuentro que tuvo el relato del periodista Fernando Niembro.
La formación inicial ante Polonia estuvo integrada por Hugo Gatti; Alberto Tarantini, Jorge Olguín, Daniel Killer y Jorge Carrascosa; Marcelo Trobbiani, Rubén Américo Gallego y Ricardo Bochini; Héctor Scotta, Leopoldo Luque y Mario Kempes.
Argentina continuó su gira con derrotas ante Hungría (2-0) y Hertha Berlín de Alemania (2-1) y un empate en España ante Se-villa (0-0) en un proceso que terminó con el título mundial de 1978.