Dos hermanos fueron imputados por un ataque a balazos ocurrido a mediados de enero en la zona sudoeste que dejó seis heridos, entre ellos una niña de 9 años. Una de las personas imputadas cursa un embarazo de 8 meses, mientras que su hermano sostuvo que no participó del hecho ya que se encontraba convaleciente tras una operación de cadera y brazo. Ambos fueron sindicados por la fiscal Marisol Fabbro como partícipes del hecho. Sostuvo que ambos quedaron como campana mientras otros tres muchachos balearon a las víctimas dentro de la casa. Al final de la audiencia el juez Luis María Caterina resolvió dictar la prisión preventiva para el dúo por el plazo de ley. En cuanto a la mujer, aceptó un arresto domiciliario más una fianza de 10 mil pesos y el muchacho fue derivado a una cárcel con asistencia médica para continuar con su curación.
Eran las 23 del 14 de enero. En una casa de pasaje Deliot al 5300 Brian N., su pareja Georgina, su mamá Norma, su tía Claudia y su prima Iris, de 9 años, comían mientras su hermana se encontraba en la puerta junto con una amiga y su pareja. Según expresó la fiscal Fabbro durante la audiencia, la chica observó cómo se acercaban a agazapadas, tres personas armadas, a quienes identificó por sus apodos. La joven sostuvo que se paró en la puerta y comenzaron a empujarla para ingresar mientras ella devolvía los empujones. En un momento la muchacha gritó a sus familiares que corrieran. Entonces recibió un culatazo por parte de uno de los agresores, mientras otro disparó al aire y un tercero le pegó una patada. Finalmente el trío avanzó y dos de ellos comenzaron a disparar desde una ventana pegada a la puerta de ingreso. Los balazos entraron sin distinción: una de las testigos sostuvo que no les importó que hubiese niños.
La mujer ubicó en la vereda de enfrente a Ubaldo L., con un arma en la mano, y a Celeste L., y dijo que al escuchar los tiros corrió y gritó para que los vecinos salieran. Cuando terminó la balacera el quinteto huyó. Todos los testimonios coinciden en la mecánica del hecho y los que estaban en el interior de la casa ubican como tiradores a Carlitos, alias Tartamudo, y Mauri. Del lugar la Policía levantó 13 vainas servidas (5 de ellas calibre 3.80), 3 balas de plomo encamisadas y el resto calibre 9 milímetros. Como resultado del ataque seis personas fueron heridas: Brian N. – quien luego fue imputado por el homicidio de Raúl Ramón Acevedo, apodado Satanás, ocurrido a mediados de febrero de 2016 en 27 de Febrero al 4300– fue lesionado en el abdomen y la pierna cuando intentó proteger a su pareja de las balas. Recientemente fue dado de alta y sigue preso.
En tanto, su tía Claudia A. fue herida en las piernas, su madre Norma A. en el abdomen y su prima en la espalda. Si bien hubo otras dos personas heridas, las mismas no fueron de gravedad, por lo que la fiscal imputó al dúo de tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, calificado por la participación de dos o más personas, por cuatro hechos. A ello sumó una tenencia de arma de guerra para el joven y para la chica de uso civil, ya que en el allanamiento a su domicilio, que se realizó anteayer, les secuestraron una tumbera y una carabina calibre 22. En los 16 allanamientos –que dejaron otros tres detenidos– fueron incautadas otras cinco armas, entre ellos una 9 milímetros que será peritada para establecer si fue usada en el ataque.
En cuanto a los tiradores, las víctimas afirmaron que conocen al grupo de Villa Banana, donde tienen un búnker que fue cerrado y nuevamente lo abrieron. Sostuvieron que funciona en Valparaíso al 2600, donde se encuentra una de las casas allanadas por la Policía, y agregaron que Mauri y Jorgito son los que mandan y el resto son soldados. La fiscal sostuvo, en base a los testimonios, que Cecilia L., alias Chula, y Ubaldo Leonardo “Waldo” L. son hermanos, a quienes se suman Ardilla y Carlitos, este último pareja de Chula.
Un testigo que figura en la causa sostiene que desconoce el motivo de la balacera, aunque supone que puede tener vinculación con el homicidio de un amigo de Brian N., que ocurrió hace unos dos meses, a unas quince cuadras del lugar. A lo que se sumó una amenaza previa y otra posterior al hecho para que “levantaran la denuncia”.
Los imputados
Chula es de contextura delgada y presentaba una panza prominente. Su defensor Ignacio Carbone sostuvo que cursa un embarazo de 8 meses y la semana anterior estuvo internada. Mientras que su hermano fue sometido el pasado 9 de diciembre a una operación de cadera y brazo, refirió. Explicó que al muchacho le sacaron hueso de la cadera para injertarlo en el antebrazo, por lo que estuvo convaleciente y al momento del hecho se encontraba en reposo absoluto. En su descargo, ambos se despegaron del ataque. Ubaldo L. sostuvo: “Nunca estuve en ese hecho, es más no puedo ni correr, estoy operado de la cadera”, mientras que Celeste L. refirió: “Yo nunca estuve ahí, no hice nada”.
La fiscal solicitó la prisión preventiva para el dúo por el plazo de ley, mientras que el defensor sostuvo que no estaban reunidos los requisitos para la medida cautelar. Refirió que sólo dos declaraciones los sindican en la vereda de enfrente y según el planteo fiscal tuvieron un rol secundario. Subsidiariamente, su colega Renzo Viga solicitó una morigeración: requirió un arresto domiciliario para ambos. Finalmente el juez Caterina sostuvo que en esta instancia existe una probabilidad de la participación de los hermanos en el hecho y su actuación podría tener asidero en las limitaciones físicas que poseen. En cuanto al pedido de prisión preventiva, dictó la medida cautelar por el plazo de ley, o sea 60 días. Para la joven dispuso un arresto domiciliario por su avanzado estado de gravidez y fijó una fianza de 10 mil pesos. Respecto de Ubaldo dispuso que sea trasladado a una unidad penitenciaria que cuente con enfermería.