El origen del nombre artístico “es una especie de secreto que está escondido en la música”. Así se define Lesbiano, creador que trabaja en la ciudad hace más de trece años. En ese tiempo, recorrió escenarios locales y porteños con un proyecto musical que toma fuerza en vivo, reforzado con una puesta que incluye imágenes, videos y tecnología. En la actualidad, se encuentra presentando su segundo disco de estudio, El vuelo del Águila Midi, un material que continúa en la línea del breakpop, un género creado por él, en el que convergen el breakcore, breakbeat, punk, IDM y pop. El músico subirá esta noche al escenario de McNamara (Tucumán 1016), a partir de las 23, junto a Daddy Rocks.
Lo que más le importa a Lesbiano es lo que le pasa a la gente cuando lo escucha. “La reacción tiene que ver con su contexto cultural y su historia. Después, lo que yo pienso sobre el nombre o porqué lo puse, ya no lo recuerdo. Con el tiempo se fue reconfigurando y funcionó como una especie de antena que captó y espantó a determinada gente”, relató quien comenzó en la música tras escuchar Dangerous, el disco de Michael Jakson. “Era chico, fue el primer disco que me compré. Lo escuché cantar una nota que me llegó y fue liberador. Tuve la necesidad de expresarme de esa manera. Antes era jugador de fútbol. Después me compre una guitarra y me hice guitarrista”, recordó.
Con un comienzo en bandas de rock, Lesbiano terminó convirtiéndose en Rey del Breakpop. “Tengo una especie de amor por la rotura”, definió, para contar cómo comenzó ese camino: “En el 2000 escuché el disco de Bowie Earthling, y unos amigos que habían estado viviendo en Los Ángeles habían traído unos discos relocos, con baterías quebradas, estilos que acá no existían, como el breakcore y el IDM. Todas esas cosas me llegaron porque tengo como una especie de amor por la rotura que tiene el punk y el rock, y a la vez me gusta mucho lo que conecta el pop. Entre esas dos vertientes de la experimentación, la ruptura y el querer conectar, viene el término breakpop, que fue lo que hice desde el principio”.
Lesbiano compone, interpreta e incluso mezcló y masterizó su nuevo disco. “Lo que expresan los temas es muy personal. Por eso está hecho por mí, sin intervención de afuera, para mantener eso”, evaluó, aunque destacó la participación de amigos y colegas que lo ayudaron.
El vuelo del Águila Midi fue publicado en 2016. “El águila es mi Kin Maya”, explicó. “Siempre sentí que tenía una visión general de las cosas, ese poder despegarse un poco del cuerpo y ver un plano más general de lo que sucede, en este caso en la música”, continuó.
“Después tengo una guitarra que es una Casio del año 85, que en un momento fue bautizada como el Águila Midi por un amigo. Es como el viaje de esa guitarra”, sintetizó.
Imágenes del futuro
“Soy realizador audiovisual y me gusta el futurismo”, confesó el músico, que a la hora de hablar de El vuelo del Águila Midi enumeró influencias. “Está basado en el movimiento cyberpunk de un autor que se llama William Gibson, y películas como Blade Runner o de ese estilo de ciencia ficción. Después, tiene una nostalgia medio tanguera, algo que siempre tengo y por ahí no se nota en la textura del sonido pero sí en las letras”, apuntó.
Claramente, Lesbiano es un proyecto para ver en vivo. “Me gusta mucho la tecnología así que siempre trato de poner alguna cuestión para divertirme”, detalló. Y ejemplificó: “En un momento tenía un dispositivo en el brazo, que lo tocaba y disparaba señales por Wi Fi a la computadora y tocaba un sampler. Después, el Águila Midi es una guitarra reloca con la que podés controlar la computadora”.
Esta noche, las protagonistas serán las imágenes. “Voy a tener conectadas dos computadoras por Wi Fi, de una salen las secuencias de batería y envía señales a otra computadora que controla las imágenes, entonces la batería funciona en link todo el tiempo. Y cuando yo hablo la imagen se rompe toda, reaccionando con mi voz”.
Rosario “está muerta”
La presentación del nuevo disco fue con el tema “Rosario is Dead”. “Es un tema muy personal que tiene que ver con algunas partes que veo que están como muy dormidas en la ciudad, y cierto ímpetu de algunos sectores por restringir los lugares donde se puede reducir o mostrar arte”, lanzó.
“La escena rosarina está dividida en guetos, algo que me parece poco interesante. Y el público es de la música, los músicos mismos. No hay mucho público como pasa en Córdoba o La Plata, que la gente que va a los recitales es la de las universidades. Acá, por un motivo que no sé cuál es, no les hemos llegado”.
“Además, el público normalmente se maneja como en modas”, dijo, señalando que suele haber un estilo que domina y lleva público. “El indie rock es lo que está pasando ahora”, completó.
“Estuve viviendo en Buenos Aires y allá hay muchas cosas, una movida de pibes de Córdoba que la rompen, otra de gente de Mendoza; llenan los lugares y de Rosario hace años que no aparece nadie, lo único fue Indios y es muy distinto de lo que pasa acá”, contó quien volvió a Rosario para editar su nuevo disco, un formato que ya no le cierra. “Creo que es la última vez que saco un disco. Hay muchos lugares de prensa que no te aceptan material si no es un disco físico y eso deja afuera a un montón de gente que está haciendo cosas interesantes”.