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Levanta vuelo el colibrí que apaga un incendio forestal

Un estudiante argentino dio inicio a la primera actividad oficial de las Naciones Unidas por el calentamiento global, que involucró al secretario general António Guterres y a otras tres activistas: la adolescente sueca Greta Thunberg, la keniata Wanjuhi Njoroge y la fijiana Komal Kumar

“La ciencia es clara, los líderes mundiales tienen la obligación de hacer un cambio radical. El cambio sucede cuando millones lo exigen”, sostuvo el activista argentino Bruno Rodríguez al comienzo de la Cumbre de la Juventud sobre el Cambio Climático en Nueva York, en la Organización de las Naciones Unidas.

Rodríguez, ganador de uno de los “boletos verdes” de la ONU –se seleccionaron un centenar entre unos 7 mil postulantes– tiene 19 años, estudia ciencia política en la Universidad de Buenos Aires, y viajó en representación de Jóvenes por el Clima, agregó que el cambio se logra a través de la unidad y aseguró que los jóvenes activistas como él están creando una nueva “conciencia colectiva” mundial .

“Señor secretario general, debemos dejar de pedir a los líderes que escuchen a la ciencia, y pedirles que actúen por la ciencia”, le dijo a António Guterres, quien fue invitado al panel en el que participaron Rodríguez junto con los activistas Greta Thunberg, de Suecia; Wanjuhi Njoroge, de Kenia, y Komal Karishma Kumar, de Fiji.

Thunberg, por su parte, decidió ocupar poco espacio, ya que mañana hablará en la Cumbre sobre la Acción Climática, y prefirió darles más tiempo a sus compañeros. “Millones de personas alrededor del mundo marcharon pidiendo una verdadera acción contra el cambio climático, especialmente jóvenes. Les demostramos que estamos unidos y que somos imparables”, aseguró la adolescente de 16 años que se suele llamar a sí misma “activista ambiental con Asperger”, y fundadora involuntaria de la corriente global Fridays for Future (Viernes por el futuro) por sus protestas durante el año pasado, cuando decidió faltar a la escuela ese día de la semana para apostarse, sola, frente al Parlamento, en Estocolmo, con una pancarta.

Por su parte, Wanjuhi Njoroge, de 27, socióloga, comunicadora y tecnóloga de la información, creadora de una red de medios, marcó que su gobierno ha lanzado iniciativas para recuperar los bosques y que las iniciativas de jóvenes como ella en su país van a generar una revolución.

“Lo que pedimos como jóvenes es que podamos influenciar las decisiones de los Estados. Los países deben respetar nuestra libertad de expresión, incluida la online Este es el momento para trabajar todos juntos y ser el colibrí que apaga un incendio forestal”, aseguró la joven activista.

La fijiana Komal Karishma Kumar, de la Universidad del Pacífico Sur, fue la última en participar y marcó que los líderes mundiales deben respetar la diversidad y el derecho a un planeta habitable. “¿Será mucho pedir que actúen? ¿Será que estamos haciéndonos falsas esperanzas? Exigimos acción. Dejen de obstaculizar nuestro trabajo por ganancias a corto plazo e involúcrennos para diseñar planes de adaptación”, reclamó.

Después de escuchar a los activistas, el portugués António Guterres, secretario general de la ONU, admitió que en realidad los líderes mundiales hablan demasiado y escuchan muy poco. “Y escuchando es que aprendemos. Es en dar la posibilidad a todos aquellos que representan el mundo de hoy de hablar y hacer que sus voces sean parte de los procesos de toma de decisiones que podemos avanzar”, reconoció.

Agregó que le provoca entusiasmo el liderazgo y el dinamismo del movimiento juvenil para la acción climática mundial, pero dio cuenta de lo difícil que es combinar los intereses de todos los miembros de la ONU.

“No te puedes imaginar lo difícil que es hacer que las cosas se muevan cuando tienes 193 países y tenemos que hacer que todos los países estén de acuerdo con movimientos que es absolutamente obvio que deben hacerse, pero siempre hay alguien con algunas dudas o preguntas o lo que sea”, relató.

Guterres dijo que es por ello por lo que se necesita un impulso para acelerar los procesos de toma de decisiones institucionales.

“Entonces también tienes esta reflexión fundamental sobre la injusticia. No vivimos en una globalización justa. Lo dramático es que no es el continente africano, o las pequeñas islas en el Pacífico o el Caribe que contribuyen más al cambio climático, sino que son las principales víctimas. Y de hecho hay una cuestión de justicia y de equidad en la forma en que se organiza la economía global, en la forma en que se distribuye el poder. Esto también está relacionado con el cambio climático”, expresó.

El titular de Naciones Unidas recalcó que es necesario vincular el cambio climático con un nuevo modelo de desarrollo, un modelo con más justicia entre las personas y una relación justa entre las personas y el planeta.

“Entonces, no tenemos tiempo que perder. No tiene sentido seguir subsidiando los combustibles fósiles. Algunas personas presentan los subsidios de los combustibles fósiles como un beneficio para la población. ¡No! Se hacen con el dinero de los contribuyentes, con nuestro dinero. No tiene sentido que haya dinero para impulsar los huracanes, blanquear los corales o destruir comunidades. Asegurémonos de que los contribuyentes recuperen su dinero y que no haya más subsidios a los combustibles fósiles”, pidió Guterres.

“Mi generación ha fallado para preservar tanto la justicia en el mundo como para preservar el planeta. Tengo nietas y quiero que vivan en un planeta habitable. Mi generación tiene una gran responsabilidad; y es su generación la que debe hacernos responsables para asegurarnos de no traicionar el futuro de la humanidad”, concluyó.

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