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Leve condena a productor por la muerte de un niño correntino a causa de los agrotóxicos

Tres años de cárcel no efectiva le dieron a Oscar Candussi. "La justicia me falló a mi y a toda la sociedad", sostuvo el padre de José Carlos 'Kily' Rivero, el niño que murió envenenado en 2012, descontento con la sentencia.

Tras la condena a tres años de cárcel no efectiva al productor Oscar Candussi por la muerte de José Carlos ‘Kily’ Rivero, el niño correntino que murió envenenado por agrotóxicos en 2012, el papá de la víctima sostuvo que la justicia le falló a él y a la sociedad porque «se esperaba una condena ejemplar» en este juicio y adelantó que apelarán el fallo.

«Lo que nosotros buscamos es que no se vuelva a repetir ni un ‘Kily’ y que no vuelvan a aparecer tantos casos de cáncer que están habiendo acá, que ya sabemos de dónde vienen, pero mientras que la justicia no marque precedente y diga ‘estoy acá para juzgar a quien corresponda’, las cosas van a seguir igual», señaló a la agencia Télam José David Rivero, papá de ‘Kily’.

Ayer, el Tribunal de Juicio de Goya condenó a 3 años de prisión condicional al productor agropecuario Oscar Antonio Candussi por el delito de homicidio culposo, al encontrarlo penalmente responsable de la muerte de José Carlos ‘Kily’ Rivero ocurrida el 12 de mayo de 2012.

‘Kily’ murió en el Hospital Garrahan de la ciudad de Buenos Aires por una falla hepática fulminante, según constaba en su acta de defunción; y en la autopsia se indicó que la «necrosis del hígado» era de «origen citotóxico», es decir, producto de una intoxicación.

Había llegado allí el 5 de mayo, trasladado desde el Hospital Juan Pablo II de la ciudad de Corrientes, donde había ingresado derivado de un centro de salud de la localidad de Goya por un cuadro vómitos, dolor abdominal, fotofobia, decaimiento general, y un laboratorio que daba compatible con una insuficiencia hepática.

La vivienda familiar estaba ubicada en el paraje de Puerto Viejo, a unos 15 kilómetros de Goya, y lindaba con un campo de producción de tomates, cuyo dueño era Candussi.

Durante el juicio, la familia de ‘Kily’ logró demostrar que su muerte fue producto de una intoxicación por los agrotóxicos que se utilizaban en el campo de Candussi; de hecho, días antes de que el niño comenzara con los primeros síntomas ya habían muerto en la casa de los Rivero gallinas, chanchos y perros.

«Estos 11 años que tardó en llegar el juicio fueron una tortura. Once años de esperar con las pruebas en la mano porque si no lo hubiesen largado. Ahora lo encuentran culpable pero no le hacen ir a la cárcel; le hubieran dado dos, tres lo que sea, total iba a salir, pero a mi hijo yo no lo vuelvo a ver nunca más», expresó.

Y continuó: «En ese mismo juzgado se condenó a tres años de prisión a cumplir a un hombre que usurpó tierras de la provincia, y lo mismo a cuatreros (personas que roban ganado), y a Candussi se lo deja libre aunque se lo reconoce como responsable de la muerte de Kily».

Rivero señaló que lo más difícil es contarle a los hermanos de ‘Kily’ el resultado del proceso: «Mañana tengo que volver a Lavalle y decirle a sus hermanos que se lo encontró culpable pero no va preso, y va a seguir como si nada por ahí; de hecho, mientras estábamos esperando el juicio, Candussi estuvo postulado como intendente», señaló.

En este contexto, aseguró: «La justicia me falló a mí y a la sociedad porque se esperaba una condena ejemplar; si la justicia lo hubiera condenado a prisión efectiva, ¿sabe la cantidad de casos que se iban a presentar? ¿sabe la cantidad de gente que está mordiendo la boca y aguantando porque tiene miedo de denunciar y que no pase nada?».

Y añadió: «Esto nos duele mucho. Con esta justicia las cosas no se van a corregir. Las cosas se van tapando porque dicen que la producción de tomate es lo que sostiene al pueblo y no es así; lo que sostiene al pueblo es levantarse cada mañana a trabajar. Hay infinidad de cosas que se pueden hacer».

‘Kily’ era el apodo que José Carlos se había inventado porque su hermano menor Francisco, que por entonces tenía un año y ocho meses, le decía «ily». «Un día cuando su hermana Antonella le enseñaba a escribir su nombre él dijo que se llamaba ‘Kily’ y ahí le quedó», contó Eugenia Sánchez mamá del niño a Télam en el aniversario su muerte.

En 2020, Antonella fue diagnosticada con cáncer de huesos y falleció un tiempo después, también en el Garrahan.

En Paraje Puerto Viejo, a pocos metros de donde tenía la casa la familia Rivero-Sánchez, un año antes de la muerte de ‘Kily’ había fallecido otro niño, Nicolás Arévalo, producto de una intoxicación por agrotóxicos.

Por esa muerte se condenó a Ricardo Nicolás Prieto, dueño de una tomatera vecina, a tres años de prisión condicional por el delito de homicidio culposo y por lesiones culposas contra Celeste Estévez, prima de Nicolás, quien logró sobrevivir pero con lesiones irreversibles.

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