El senador nacional Marcelo Lewandowski analizó el primer semestre de actividad legislativa y cuestionó la aprobación de la ley Bases al considerar que destruye la industria y el empleo para favorecer un modelo que solo beneficia a ricos. Mientras recorre la provincia de Santa Fe para reunirse con representantes de diferentes sectores de la producción y la política, asegura que el modelo provincial avala los intereses del gobierno nacional. Entiende que es necesario “volver a enamorar” a la ciudadanía de la política con una reconstrucción del peronismo que incluya propuestas concretas para mejorar la forma de vida de las y los ciudadanos.
—¿Qué balance hacés de los primeros seis meses en el Senado nacional?
—Ha sido un año muy movido: DNU y ley Bases. Consideramos que van de la mano. Si frenábamos la ley Bases, el DNU iba va a seguir vigente porque Diputados no lo frena y hay muchas cosas que perjudican a la gente. Por supuesto que había cuestiones que había que corregir, pero estas correcciones están destruyendo el aparato productivo, entonces no hay nada que pueda solucionar los problemas de Argentina si paralelamente a esas correcciones se rompe el aparato productivo. Vemos que se sigue empobreciendo a vastos sectores de Argentina, pagando tarifas inalcanzables, también replicadas en la provincia de Santa Fe como por ejemplo con el último aumento del agua. Estamos ante una situación que, lejos de haber mejorado y aliviado la situación de los bolsillos, las ha agravado. También nos opusimos a la vuelta del impuesto a las ganancias para la cuarta categoría. A la par se bajan bienes personales entonces el laburante al que le sobró algo y puede hacerlo circular en la economía diaria también se ve perjudicado. No hay nada que festejar con la ley Bases ni para Argentina y mucho menos para Santa Fe.
—¿Cómo ves el entramado de fuerzas dentro del Senado y qué rol ocupa la oposición?
—Logramos mantener a los 33 senadores de Unión por la Patria en una unidad de bloque que favoreció para el DNU y la ley Bases. Después hubo algunas disonancias en temas específicos, sobre todo el Rif, y para algunas provincias. Lo que ha demostrado el bloque del radicalismo y la mayoría de los partidos provinciales es jugar en una alianza con La Libertad Avanza y con el oficialismo. Hoy se han abroquelado y están votando de la mano del oficialismo.
—¿Cómo ves al peronismo en la actualidad?
—Creo que hay que reconstruirlo y hay que trabajarlo porque indudablemente si la gente no nos eligió fue por los errores recientes. También, por cuestiones que hacen no solamente al peronismo. Creo que todos están en la misma situación, por ejemplo con la grieta que se abrió en el PRO, ni hablar del radicalismo. Hay una crisis política en todo. El triunfo de Milei fue contra toda la clase política y abrió un interrogante no solamente dentro del peronismo, sino de toda la fuerza política. Habrá que hacer un examen hacia adentro sobre cómo enamoramos de nuevo a la sociedad y cómo nos creen nuevamente para encontrar las soluciones que hacen falta en una Argentina que está muy mal y que está peor que en diciembre.
—¿Cómo se reconstruye y cómo se vuelve a enamorar a la gente?
—Creo que hay que volver a hablar con sinceridad y a poner sobre la mesa la esencia del peronismo. La movilidad social ascendente para que una persona con estudio, trabajo y capacitación pueda crecer y desarrollarse con las condiciones de un siglo 21 en donde está la industria, el campo y la economía del conocimiento. Cada individuo no se realiza por sí solo sin realizarse dentro de la sociedad. Una sociedad se organiza y se realiza en base al bien común. A partir de allí hay que pensar en un desarrollo de la producción, de la industria, el campo, la economía del conocimiento y establecer políticas duraderas que vayan por ahí, sumado a una agenda de ambiente que es un tema crucial. Tenemos que lograr esos consensos para que el camino sea ése.
Tenemos que tener equilibrio fiscal, pero no se puede sostener sin producción, si baja el PBI, si la gente se queda sin trabajo, si no tiene para comer o para llegar a fin de mes. Hay que bajar la inflación, pero si es a costa de que no se mueve la economía es la paz de los cementerios. Tenemos mucho para aportar con medidas claras y concretas que hagan al día a día.
—Estuviste recorriendo la provincia y reuniéndote con diferentes referentes de la política; ¿considerás que puede armarse una especie de frente opositor?
—Veo mucha receptividad a la hora de sentarse a hablar con industriales, con gente vinculada a la producción, al campo. Estoy ocupado para reunir materia gris que permita pensar en los proyectos para que no sean solamente declamaciones sino llevar adelante propuestas. En la campaña hablábamos de la construcción de viviendas y llegar a 40.000 viviendas. Teníamos pensado con la Cámara de la Construcción de dónde iba a salir el dinero y cómo lo íbamos a lograr. Hay que pensar en propuestas concretas sobre cómo llevamos adelante la necesidad de la gente y que no quede en una cuestión dialéctica. La gente no está ni para perder tiempo ni para engaños.
—¿Cómo ves la provincia?
—La veo con un modelo muy parecido al de Milei en donde si la plata no alcanza lo paga el ciudadano, por eso los aumentos del agua, de la luz, inmobiliario, patente, el transporte, que ha aumentado cinco veces en la ciudad de Rosario. El gobierno no manda un peso y se lo hacen pagar a la gente. Cuando el presidente estuvo acá le agradecieron por la seguridad, que está bien y lo agradecemos, pero nadie le dijo nada de todo lo otro que es un perjuicio concreto para nuestra gente. Este modelo nos está empobreciendo. Están cerrando nuestras fábricas, están echando gente, el campo también se ve perjudicado, nuestras facultades no reciben lo que merecen, nuestros maestros, médicos y nuestros policías están cerca de la línea de la pobreza. No tenemos nada que agradecer más allá del tema de seguridad. Nuestra gente la está pasando muy mal y el gobierno de Santa Fe acompaña la mirada de Milei.
—¿Qué opinás de la firma de los gobernadores del pacto en Tucumán?
—Si vamos a firmar un pacto con políticas de Estado para el desarrollo nacional y nos tenemos que poner de acuerdo me parece muy bien. Pero esto fue una redacción hecha por el gobierno nacional para que todos vayan y firmen, y no veo nada de desarrollo nacional y mejora para nuestro país. La inviolabilidad de la propiedad privada está en la Constitución y no hay que firmar nada. Para el presidente la justicia social es un hecho casi delictivo. Yo no puedo firmar nada si cree que es una aberración. Me ha pasado ver en Caba a gente que duerme en la calle y le roban hasta las frazadas para que se vaya del refugio que encuentra circunstancialmente. Si hay una mirada productiva donde vamos a extraer los recursos naturales, pero con una correlación de posibilidades de producción hacia nuestras industrias, si el famoso derrame se va a dar verdaderamente, si vamos a sacar el gas de nuestra plataforma y le va a quedar a un precio más acomodado a nuestras industrias y a nuestros hogares, está bien. Nada de eso está pensado. Está pensado como una política para llevarse los recursos y que el beneficio sea solamente para los que invierten para extraerlo. De lo que se firmó el otro día no veo cuál sea la política de Estado que debemos mantener y seguir avalando cuando es un modelo del sálvese quién pueda.
—¿Cómo definirías a Milei?
—Un dogmático. Alguien que está fanatizado con sus ideas, que en algunos casos ve hasta una realidad virtual, que no habla con sus ministros, que cree que todo es ñoqui en el Estado, que no hay gestión, alguien que se pelea con su vecino del Mercosur, que se niega a sentarse con los Brics que nos hubiesen permitido comerciar y estar sentados en la misma mesa con China, con India, con Rusia, con Brasil, con Sudáfrica, con los países que más están creciendo. Adora a Trump pero Trump favoreció a sus industrias. El mundo va por otro lado y Milei se reúne con personalidades que son tan fanáticas como él, cerradas ideológicamente y que, en algunos países, son grupos minúsculos. Argentina tiene que pensar en otra instancia si quiere crecer. Necesitamos del mercado externo para que nos compren y para incorporar divisas, pero como están planteadas las cosas estamos alejándonos y cerrando todas las puertas. Lo veo como alguien con un apoyo popular notable a partir del hastío de la gente en torno a la política, pero se abrazaron a alguien que lejos de solucionar los problemas se los va agravar.