El presidente electo, Javier Milei, incluyó entre sus primeras intenciones económicas la derogación de la Ley de Alquileres para que los contratos se puedan pactarse «libremente» entre partes desiguales. No dijo cómo lo hará, porque al tratarse de una ley sólo el Congreso la puede modificar o darde baja.
La definición, explicitada en una entrevista para Radio Mitre, afecta a nada menos que ocho millones de inquilinos. Hay que “derogarla y entender que es un contrato entre partes”, sintetizó en otra de sus propuestas de libre mercado.
“Lo único que ha hecho la Ley de Alquileres es generar daño. Terminó perjudicando a aquellos que pretendía proteger”, interpretó el libertario. Y fue más allá al señalar que, si prospera su intención, los contratos se podrán pactar “en cualquier moneda”. “La libertad monetaria es parte de las cosas en las que queremos avanzar”, insistió el presidente electo.
El 11 de octubre pasado, la Cámara de Diputados logró la aprobación de la reforma de la Ley de Alquileres que fue sancionada en junio de 2020. Los cambios principales al proyecto impulsado por senadores de Unión por la Patria que el fundador de La Libertad Avanza votó en contra.
La norma vigente establece que los contratos de alquileres se realizan por tres años, los ajustes puede realizarse cada seis meses y con porcentajes definidos y la moneda de la transacción es el peso.
