Gastón Revol ya es una leyenda para el Seven, eso es indudable. Seguir compitiendo al máximo nivel a los 36 años no es común. Se ha ganado el respeto de sus compañeros y también de sus rivales. Su rol de referente dentro de Los Pumas, que se ganó no sólo por ser un muy buen jugador, sino por su condición de buena persona, está a la vista. Y se vio el fin de semana pasado cuando le cedió su medalla dorada a Alfonso Latorre, debutante en Pumas 7.
Ahora, el Negro Revol, como lo conocen en la Docta, va por un récord muy especial: igualar al inglés James Rodwell al jugar su torneo número 93 del HSBC World Rugby Sevens Series. Tan sólo deberá poner un pie en un partido en Sídney el próximo viernes y estará en los libros del juego reducido.
Su debut fue en 2009, en la gira por Londres y Edimburgo. “Me llamaron la primera vez fue un viernes. Me preguntaron si tenía pasaporte y podía viajar a Londres y Edimburgo al día siguiente”, contó Revol desde su habitación en Sídney al departamento de comunicación de Sudamérica Rugby.
Han pasado casi 14 años del primer torneo, y a los 36 años Revol sigue estirando su retiro. El córdobes surgido y formado en La Tablada, club con el que se dio el gusto de ganar varios torneos en el rugby de XV, entre ellos un Nacional de Clubes, define todo este tiempo dentro del seleccionado argentino de juego reducido como “una locura”.
Es una verdad a medias, los jugadores de Seven recorren el mundo, pero también hay una parte que no se dice y Revol lo explica muy bien: “Mucha gente se imagina que recorremos todo el mundo y no es real. Conocemos estadios y hoteles del mundo. Tenemos muy poco tiempo para visitar una ciudad, porque estamos con otros objetivos”.
El Seven, como toda la estructura del rugby argentino, ha evolucionado. Pero el juego reducido podría decirse que es un antes y un después desde la llegada de Santiago Gómez Cora. Revol vivió ambas realidades. Cuando él debutaba en Pumas 7, el actual head coach del seleccionado estaba jugando sus últimos partidos.
“Antes de Tokio, en 2019, Santi nos juntó a los más grandes donde planteamos muchas cosas. Hoy por hoy estamos donde estamos porque pusimos el 100% de prioridad al seven; somos jugadores rentados que sólo jugamos seven, que no jugamos en el club para estar todo el año enfocados. Por eso damos pelea, para entrar entre los ocho mejores, jugar semifinales, ganar un torneo. El circuito es muy competitivo; así podemos dar pelea”, expresó el cordobés.
Esos cambios y ese compromiso de los jugadores para dedicarse exclusivamente al juego reducido hicieron la diferencia.
Un párrafo aparte es la llegada de Francina a la vida de Revol. Su primera hija podría haber nacido durante el Mundial de Seven, que se realizó el año pasado en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. “Me cambió la vida entera, sin modificarme lo que venía haciendo,” cuenta con un diferente tono en la voz. “Me sigo levantando para entrenar, viajar a Buenos Aires para juntarme con el equipo, hago las giras. Solo que ahora tengo una hija”, confesó el back surgido en La Tablada, y además agregó: “Maqui, mi esposa, se ha bancado todas, me conoció jugador de seven pero siempre fue, y sigue siendo la primera, que está de acuerdo con los distintos desafíos que me voy poniendo año a año. Ahora, con Francina, se hace cargo de todo, redobla el esfuerzo cuando no estoy. Sin alguien que banque tanto es imposible hacer lo que hago”.
En cuanto al retiro, el otro récord que podría batir Revol es el de Los Chalchaleros. “Al terminar Río 2016 sentía que se iba a terminar el seven; poco después tuve la primera charla seria con Santi. Pusimos como plazo Rugby World Cup Sevens 2018 en San Francisco. Después, un año más para los Panamericanos y la clasificación a los Juegos Olímpicos. Ahí ya nos acercábamos a Tokio…”, confesó Revol.
Esa charla ya no se repite. “Vamos viendo; lo importante es estar conectados y ver lo que vamos sintiendo. Claramente, lo que vivimos estos años es una inyección extrema de energía, que te dan ganas de seguir disfrutando de esta manera. Sería una locura dejarlo”, amplió el cordobés.
“Voy viviendo torneo a torneo; si bien falta mucho mi sueño es llegar a París. Ya hay varios en el equipo que podrían ser mis hijos… Me cargan”, sostiene, ya que en la próxima cita olímpica Revol acusará 37 años.
Sobre el final de la charla con Sudamérica Rugby, Revol habla de la actualidad de Los Pumas Seven, el récord y la importancia que tiene haber conquistado el torneo en Hamilton al ganarle a Nueva Zelanda.
“El récord no es mi objetivo. Es tentador ser el jugador con más torneos; la verdad que no es un dato menor. Pero siempre digo que mis logros deportivos son más para la gente que me quiere y me apoyó. Me siento orgulloso. El desafío ahora es mental; poder pasar la página, disfrutar el post-torneo y volver a empezar. Cuando nos va mal y cuando nos va bien”, expresó Revol.
En el Seven el tiempo es reducido en todo sentido. No hay tiempo para festejar y relajarse. “Volver a empezar para no conformarnos con algo que ya pasó. El seven es así, pasa uno y se viene el próximo. Te relajás y te pasan por encima”, se sinceró Revol, que recuerda el emocionante festejo después de escuchar al referí portugués Paulo Duarte decir “no try” a la última acción neozelandesa.
“El abrazo con Santi es una demostración de lo que somos. Dos personas que estamos hace mucho en esto, hemos pasado muchas cosas juntos. Es el desahogo al conseguir algo histórico. Cuando luchas tanto por algo, lo primero que querés hacer es compartir con los que están cerca”, dijo el cordobés.
Del oro en Los Ángeles 2004, pasaron cinco años para lograr el segundo en San Diego. Y treces años más para el oro en Vancouver. Y desde esa medalla en suelo canadiense al oro en Hamilton tan sólo transcurrieron 281 días. “Siempre es muy importante por ser el primer torneo ganado después de mucho tiempo (en referencia a Vancouver). Cuando parecía imposible de superar, le ganás en un torneo a Fiji, y a Nueva Zelanda en casa en la final”, aseveró Revol.
Los podios son hermosos, las medallas brillan y encandilan, Los Pumas Seven buscan mejorar siempre, saben muy bien que jugar mejor los llevará lejos, la constante dentro del lote de seleccionados competitivos lo demuestra. Y seguir en este camino de estar arriba, cumplirá el gran objetivo que tienen los dirigidos por Gómez Cora: París 2024.
“El objetivo del año es clasificar a París 2024”, confiesa Revol.
Los próximos Juegos Olímpicos están a la vuelta de la esquina, y aunque las charlas entre entrenador y jugador de cuándo va a ser el último baile del cordobés ya no se realizan, lo más importante es que todos puedan seguir disfrutando de un gran jugador como lo es Gastón Revol, que empieza a quebrar récords, aunque para el rugby argentino ya es leyenda.