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Liberan a mujer que ahorcó a pareja en defensa de su hija

Soledad Magdalena, detenida desde el 2 de septiembre, admitió el crimen para evitar que abusara de su hija de 14 años. Además narró relató los padecimientos a la que fue sometida. La Justicia consideró abstracta la prisión preventiva y ordenó el cese de la medida de coerción que pesaba sobre ella.

La justicia de Garantías de Quilmes liberó este jueves a Soledad Magdalena, de 37 años, la mujer que estaba detenida por ahorcar a su pareja para que no abusara de su hija de 14 años, informaron fuentes judiciales.

El fallo fue firmado por el magistrado Alejandro Mora, quien consideró abstracta la prisión preventiva y ordenó el cese de la medida de coerción que pesaba sobre Soledad.

Magdalena estaba detenida en la comisaría 2a de Berazategui desde el 2 de septiembre pasado, luego de que se presentara ante la Policía y confesara que había ahorcado a su marido con un cordón hasta matarlo.

La mujer había realizado la exposición de lo sucedido en la comisaría 4a de Berazategui y afirmó que había cometido el crimen para que el hombre no abusara de su hija.

“Solamente intenté defenderla”, sostuvo. El fiscal Carlos Riera pidió que la detención de la mujer se convierta en prisión preventiva, pero el juez de Garantías denegó esa solicitud y la excarceló.

En su declaración ante la Justicia, Soledad contó que Cristian Senra, de 38 años, “estaba obsesionado” con su hija. Según detalló, el día de su muerte el hombre llegó a la casa y pidió hablar con la menor: “Me dice que solo quería hablar con ella, que salgamos las dos y yo paso un rato por ahí”. “Nos quedamos afuera esperando un largo rato hasta que vino. Él llega y nos hace subir al auto”, expresó en la declaración.

En ese momento, la mujer contó que el hombre se lanzó sobre su hija y la empezó a tocar “en el medio de las piernas”. “Me di cuenta que estaba excitado, por los gestos, la mirada, la manera de hablar, de balbucear, la manera de expresarle y decirle a ella ‘te va gustar, te va gustar’”. Ante esta situación, la mujer arrancó un cordón de su campera y lo ahorcó. “Solamente intenté defenderla, recuerdo que le puse el cordón sobre el cuello e hice un giro como para apartarlo de mi hija. Él no se defendió en ningún momento y se desvaneció”.

Soledad contó, además, detalles de su relación. “Me mantenía cautiva, los celos, los golpes empezaron a ser más diarios, cotidianos, pero siempre de la puerta para adentro”, aseguró.

“Además me reveló que estaba obsesionado con mi hija. En ese momento me quedé turbada, congelada, no lo podía creer, también me confiesa que quería que yo esté presente en el momento que él abusara de mi hija”, relató.

“Me decía verbalmente que linda que está tu hija, que linda cola, que lindo cuerpo, ya lo voy a tener, ya lo voy a agarrar. El viernes a la noche antes que se acostara me lleva al baño, cierra la puerta con llave, me desviste siempre de la misma manera brutal, me tira hacia el inodoro y me vuelve a violar otra vez, pero ahí es cuando me expresa no como lo hacía siempre, de que ya mi cuerpo no era el de S., me dijo esta no es la cola ni los pechos de S. y vos no sos S., yo la quiero a S., después me sienta hace que le haga sexo oral y siempre me repetía lo mismo, que yo ya no era S., se viste y se va”.

Magdalena dejó el calabozo de mujeres de la comisaría 2ª de Berazategui y volvió a su casa en la tarde de ayer para reencontrarse con sus tres hijos, un varón de 18, la nena de 14 y un chico de 4. Allí seguramente esperará el desarrollo de la investigación y seguirá procesada probablemente hasta el juicio, aunque en libertad.

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