Las tropas de Muamar Gadafi redoblaron su ofensiva sobre las ciudades del este, donde se agrupan las fuerzas rebeldes, con un feroz e intenso bombardeo sobre la ciudad de Ajdabiya obligaron a los insurgentes a replegarse hacia Benagasi, principal bastión opositor.
Los rebeldes no lograron mantener una de las líneas del frente en torno a esta ciudad, que los gadafistas lograron tomar hace tres semanas, aunque la abandonaron por el acoso de la aviación aliada.
En medio de una desbandada general, los rebeldes decidieron evacuar un hospital por la crudeza de los combates que los obligó también a abandonar la ciudad hacia Bengasi de las pocas familias que quedaban en este enclave estratégico del este del país.
Las fuerzas leales al coronel Gadafi acosaron las inmediaciones del centro sanitario con fuego de mortero que batía el acceso oeste de la ciudad, principal nudo de comunicaciones del este el país, pues de aquí parten las rutas terrestres hacia Bengasi y la frontera con Egipto.
Pese a que el asedio con fuego de mortero era encarnizado, el sonido del intercambio sostenido de disparos con ametralladoras y fusiles era muy nítido.
El duelo artillero causó momentos de confusión y desconcierto en el hospital, que aunque cuenta con numerosos médicos voluntarios apenas tenía heridos, pues los que resultan alcanzados en el frente, especialmente los más graves, son directamente trasladados a retaguardia en Bengasi.
En la carretera que parte de Ajdabiya en dirección a Bengasi los vehículos todoterreno con baterías antiaéreas montadas en su parte trasera que utilizan los rebeldes enfilaban al principal bastión revolucionario, encañonando hacia el este y con el sonido de fondo del sobrevuelo de aviones sobre la ciudad.