Un bombardeo de la Otán alcanzó ayer una zona cercana a la residencia de Muamar Gaddafi en Trípoli un día después de un importante avance de la insurgencia, pero líderes militares se manifestaron ayer preocupados por el futuro de las operaciones si la misión de la alianza se prolonga. Paralelamente, Kirsan Ilyumzhinov, el ruso que preside la Federación Internacional de Ajedrez dijo ayer, luego de jugar una partida con Gaddafi, que el líder de Libia se manifestó abierto a mantener conversaciones con la Otán y los rebeldes del país.
Una columna de humo vio elevarse desde el área capitalina donde se ubica el complejo residencial Bab al Aziziyah, luego de una poderosa explosión que sacudió el hotel donde están alojados corresponsales extranjeros enviados a Trípoli para cubrir el conflicto entre gobierno y rebeldes. No quedó claro cuál fue el blanco del ataque, pero los aviones de la Otán bombardearon ya varias veces las instalaciones y los alrededores del complejo, donde partidarios de Gaddafi se congregan cada noche para respaldar al líder libio.
La Otán afirma que sus ataques deterioraron la capacidad militar de Libia, y los rebeldes, que ayer avanzaron sus posiciones 200 kilómetros en dirección a Trípoli, parecen estar aprovechando este recrudecimiento de la campaña aérea aliada. Sin embargo, también hay señales de una sobrecarga de esfuerzo bélico para muchos países miembros de la Otán.
En Londres, el jefe de la Armada británica advirtió ayer que la flota del país –protagonista clave de la misión en Libia– no podrá mantener el paso de las operaciones si la campaña, extendida hace poco otros tres meses, se prolonga hasta fin de año. El almirante Mark Stanhope dijo sentirse “cómodo” con la reciente decisión de la Otán de extender la misión hasta septiembre, pero dijo que más allá de ese mes, el gobierno británico deberá tomar importantes decisiones.
En una línea similar, un oficial de alto rango de la Otán dijo que la cuestión de los recursos de la alianza se volverá “crítica” si la intervención en Libia continúa. “Si se necesitaran recursos adicionales, esto por supuesto que requerirá una decisión política”, dijo el general Stephane Abrial en declaraciones a periodistas en Serbia.
Mientras, en conferencia de prensa en Moscú, Kirsan Ilyumzhinov afirmó que Gaddafi está dispuesto a iniciar de inmediato conversaciones de paz una vez que la Otán cese sus ataques aéreos, pero volvió a rechazar pedidos internacionales de renuncia. Como Occidente, Rusia urgió ya al líder libio a ceder el poder, y el asesor en Asuntos Exteriores del Kremlin, Sergei Prikhodko, dijo que el ajedrecista había transmitido la posición oficial de Moscú. IIyumzhinov dijo que Gaddafi le respondió que no ocupa ningún cargo oficial al cual dimitir y que no tiene ninguna intención de abandonar su país.