El primer ministro británico, David Cameron, y el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, condenaron ayer el asesinato de la diputada laborista Jo Cox como un “ataque a la democracia”, en una declaración conjunta en la ciudad de Birstall, donde ocurrió el crimen, tras homenajear a la legisladora. El crimen paralizó la campaña de cara al referendo popular del jueves próximo para saber si el Reino Unido debe seguirá o no dentro de la Unión Europea (UE). Cox era una entusiasta militante a favor del boque europeísta y en contra de la salida, el “brexit”.
Parado junto a Cameron en esta ciudad del norte de Inglaterra, y luego de depositar un ramo de flores en una plaza, Corbyn dijo que el Parlamento será convocado el próximo lunes para recordar la memoria de Cox, de 41 años, al tiempo que calificó su asesinato como un “acto de odio” y un “ataque a la democracia”.
Cox murió ayer tras ser tiroteada y acuchillada varias veces por un agresor en plena calle luego de participar de una reunión en Birstall con votantes de la circunscripción del norte de Inglaterra por la cual fue electa diputada, por primera vez, en las últimas elecciones de 2015.
Un hombre de 52 años fue arrestado en relación al crimen identificado por los medios (ver aparte) como Tommy Mair, todavía no acusado formalmente.
“Nos la arrebataron en un acto de odio, un acto vil la asesinó. Este es un ataque a la democracia”, sostuvo el líder laborista Corbyn, quien calificó a la diputada de mujer “excepcional, maravillosa y muy talentosa”. “En su memoria, no permitiremos que las personas que diseminan el odio y el veneno dividan a nuestra sociedad”, agregó.
El primer ministro conservador, por su parte, pidió sacar de la política y de la vida nacional el “odio” y las “divisiones” y recordó a Cox, como una brillante trabajadora que salvaba y cuidaba la vida de los refugiados y de los vulnerables y que perdió la vida haciendo su trabajo.
Los mensajes de condolencia llegaron también desde casi todas los países del mundo.
En tanto, mientras la campaña para el referéndum del próximo jueves sobre la permanencia o salida del Reino Unido de la UE, la bandera británica se mantiene a media asta en el Palacio de Westminter, sede del Parlamento, en señal de duelo por la muerte de Cox.
Además de ser racista de derecha Mair tenía problemas mentales
Thomas Mair (52), el sospechoso detenido por el asesinato de la diputada laborista británica Jo Cox, fue descrito por sus vecinos como un tipo solitario que les ayudaba en sus jardines, pero tenía relación con racistas blancos y problemas mentales.
Mair había vivido en una vivienda social de las inmediaciones Birstall, en el condado de Yorkshire los últimos 40 años. Sus vecinos coinciden en describirlo como “un tipo tranquilo muy reservado”, lo que contrasta con la naturaleza frenética del ataque a Cox, que, según testigos, recibió tres disparos antes de ser apuñalada cuando yacía malherida en el pavimento. El atacante, también según testigos, gritó “¡Britain First!” (¡Gran Bretaña, primero!), un lema de ultraderecha y también el nombre de un partido de esta ideología, que se desvinculó y condenó el asesinato.
El hermano de Mair, Scott, de 50 años, dijo al diario <The Sun> que estaba “luchando para creer lo sucedido”. Confirmó que su hermano tenía problemas mentales, de los que él mismo habló en una entrevista con un periódico local en 2010. Pero también han surgido indicios de los vínculos de Mair con movimientos racistas blancos de Estados Unidos y Sudáfrica. El Southern Poverty Law Centre, un grupo de defensa de los derechos civiles de Estados Unidos, dijo que había encontrado información que apuntaba a que Mair era “un devoto seguidor de la Alianza Nacional (AN), que fue una vez la primera organización neonazi de Estados Unidos”.
La misma fuente reveló que se había gastado más de 620 dólares (550 euros) en material de lectura de AN, que aboga por la creación de un territorio totalmente blanco y la expulsión de los judíos.
El periódico Daily Telegraph también informó de que Mair era abonado a <S.A. Patriot>, una revista sudafricana publicada por el grupo pro-apartheid White Rhino Club.
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