El gobernador Miguel Lifschitz presentó este lunes, en la Casa Gris, la finalización del desagüe Larrea de la ciudad de Santa Fe: una obra que beneficia a 70 mil vecinos y que demandó una inversión de 1200 millones de pesos.
Según el mandatario provincial, esa obra “es parte de un conjunto de proyectos que integraban el Acuerdo Capital, que pusimos en marcha en la ciudad de Santa Fe hace cuatro años y se ha popularizado porque he visto en estos últimos meses que también el gobernador electo (Omar Perotti) ha hecho acuerdos parecidos con distintas ciudades de la provincia”.
El desagüe Larrea es una de las obras que Lifschitz se comprometió a ejecutar durante la campaña de 2015. En aquel momento, firmó el Acuerdo Capital junto al intendente y candidato a la reelección José Corral.
Ahora, finalizada la obra, el gobernador postuló que “ojalá que esto se haga común porque es una forma de dejar explícito nuestro programa de trabajo y nuestro compromiso como gobernantes para una ciudad”.
La obra del desagüe Larrea comienza en la avenida Peñaloza y continúa al oeste por dicha arteria hacia el río Salado, en el noroeste de la capital provincial. Los trabajos, que se extienden por 25 cuadras, implicaron una inversión de 1200 millones de pesos realizada por la provincia y benefician a 70 mil vecinos.
“Los trabajos forman parte de un plan director de los desagües de la capital santafesina. Es uno de los proyectos más importantes que hemos concretado en la ciudad de Santa Fe y es también es el desagüe más importante que hemos llevado acabo en toda la provincia durante nuestra gestión”, explicó el gobernador durante la presentación.
Lifschitz señaló que “de aquí a uno años ya nadie recordará que por debajo de esa calle hay un gran conducto, pero ese conducto está y es parte de un plan director porque no se pueden hacer intervenciones en las cuencas de los arroyos o de los ríos, no se pueden hacer desagües sin tener una planificación integral”.
“No es lo mismo hacer un desagüe por el medio de un campo que hacerlo por el medio de la ciudad donde se generan muchísimos inconvenientes y problemas con los vecinos frentistas, con el comercio de la zona, con las personas que tienen un garage y no pueden ingresar con el vehículo a su domicilio, con las líneas de transporte que deben cambiar su recorrido. En resumen, tiene una gran cantidad de complejidades más aún cuando se profundiza la excavación y uno se encuentra con viejas instalaciones de cloacas, agua corriente y gas”, indicó Lifschitz.
“Con todas esas vicisitudes que tuvimos que atravesar en este proyecto, lo pudimos terminar y significó una inversión de alrededor de 1200 millones de pesos”.
“En este trabajo también estaba prevista una reparación de las calzadas que hubo que romper para ejecutar el conducto” y detalló que cuando se advirtió “que el deterioro era mayor al pensado, tomamos la decisión de hacer una repavimentación integral así que vamos a completar la obra desde un punto de vista urbano con una pavimentación para que los vecinos tengan sus calles en mejores condiciones”, resaltó Lifschitz.
Por último, agregó que “si uno mira la fotografía de la ciudad de Santa Fe del año 2007 y mira la de hoy, seguramente va a advertir cambios trascendentales: todo lo que se ve de la superficie para arriba y todo lo que no se ve de la superficie para abajo. Ese es el fruto y el legado que dejamos”.
Obras complementarias
Por su parte, el ministro de Transporte e Infraestructura y Transporte, José Garibay, expresó que “dentro del Acuerdo Capital incluimos una serie de obras hídricas, la mayoría ya completada o en obra, como los desagües de callejón El Sable, Mariano Comas, Llerena y Gorriti, ésta última con un avance del 65%. Por la magnitud del desagüe Larrea queríamos hacer una presentación especial de esta obra, que a valores de hoy significa 1260 millones de pesos de inversión”.
El ministro mencionó que “es un conducto pluvial de 2500 metros desde el Camino Viejo a Esperanza hasta avenida Peñaloza, que incluyó las obras complementarias de la toma de conductos intermedios que hubo en el transcurso de la obra, y la readecuación de cuatro alcantarillas en el Camino Viejo a Esperanza para dar continuidad a las calles y ampliar el canal a cielo abierto, tareas con las que beneficiamos a más de 70 mil vecinos”.
Asimismo, adelantó que se desarrollarán los pliegos para licitar las pavimentación de 23 cuadras del último tramo de calle Larrea: “Vamos a dejar el proyecto ejecutivo y los pliegos del Camino Viejo a Esperanza, que sería la primera etapa del Larrea, que va a generar una avenida sobre ese conducto”.
La obra
El desagüe Larrea forma parte de la Cuenca Flores que drena al oeste, hacia el río Salado. Se llevó a cabo tras la necesidad de construir un conducto de drenaje, debido a que esta área no contaba con un apropiado sistema de captación, traslado y descarga de los aportes pluviales.
A tal fin, se planificó y ejecutó la obra denominada Colector Principal Larrea, proyectando un conducto rectangular de hormigón armado de dimensiones variables, que permitirá evacuar los excesos pluviales provenientes de la avenida Peñaloza, aliviando considerablemente la única salida existente en toda la cuenca.
En la primera etapa, el conducto se emplaza por calle Larrea, entre avenida Peñaloza y el Camino Viejo a Esperanza, dividiendo la licitación de las obras en tres lotes. Concluidos e inaugurados los dos primeros, se iniciaron las tareas de finalización del tercero y último.
Este conducto, emplazado en calle Larrea, descargará en el canal a cielo abierto existente en el Camino Viejo a Esperanza.