El gobernador Miguel Lifschitz pidió públicamente a su sucesor Omar Perotti que designe interlocutores para acelerar el proceso de transición en el área de seguridad. “No sabemos cuál es el proyecto de seguridad del gobernador electo, todavía no se ha hablado de seguridad durante la transición”, indicó el actual mandatario provincial este jueves durante una recorrida por la obra de la Estación Policial Sur.
Durante la campaña previa a las elecciones provinciales, Perotti hizo hincapié en el tema seguridad y planteó un slogan que resultó efectivo: “Ahora la paz y el orden”. Sin embargo, a cinco meses de los comicios y a solo un mes del recambio de autoridades, todavía no hubo diálogo entre el gobierno saliente y el entrante por el tema seguridad y ni siquiera se conocen quiénes serán los interlocutores designados por Perotti.
Según Lifschitz, las trasformaciones en materia de seguridad pública “han sido muy analizadas y discutidas con la estructura policial, no son una idea aislada, sino que surgieron de un debate acerca de cómo organizar mejor la prevención en la ciudad a partir de otras experiencias internacionales”.
“Hoy ya estamos trabajando de alguna manera en un esquema en que el eje del trabajo ya no está puesto en las comisarías sino en el 911, que es el organizador del movimiento de los móviles y de la distribución de los (policías) caminantes”, añadió el gobernador.
En ese marco, Lifschitz remarcó que todavía no se ha hablado de seguridad durante la transición: “Nos pidieron informes de tipo cuantitativo, que se enviaron con datos como la cantidad de efectivos, pero no hemos avanzado porque no están determinadas las personas que van a abordar esta problemática”.
En la semana, el ministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro, también había pedido acelerar las conversaciones de la transición, pero no obtuvo respuesta por parte de la futura administración.
“Se perdió tiempo irrecuperable y ya es absolutamente imposible llegar a coordinar los servicios de los primeros meses”, advirtió el actual ministro de Seguridad. “Somos respetuosos y no le vamos a decir nosotros a las autoridades que vienen lo que deben hacer, pero me inquieta que no tengamos interlocutor para asuntos que ya deberían estar resueltos. Tendrían que tener por lo menos 60 operadores para definir aspectos que cambiaron totalmente como control de combustible, de racionamiento, de ingreso y egreso de personal, de recorrido de móviles en la calle, todas actividades que se tienen que hacer con antelación y que no están hechas”.
La transición avanza a paso lento entre el equipo de Perotti –el ex ministro Rubén Michlig y los legisladores Alcides Calvo, Roberto Mirabella, Leandro Busatto y Silvina Frana– y los representantes del Ministerio de Gobierno encabezado por Pablo Farías. Pero, hasta el momento, no se realizaron reuniones específicas sobre las áreas más sensibles de la gestión, como seguridad, educación y salud.
Ante las demoras, Pullaro planteó que la situación en las prisiones de la provincia es uno de los aspectos principales que ya se deberían estar conversando en el marco de la transición: “Es el triple de complejo que cuando asumimos. Las cárceles son más difíciles de manejar que la Policía en la calle. Además, diciembre es históricamente un mes complicado porque es el momento en que los internos esperan conmutaciones y están las fiestas que impactan en el ánimo general. Hay que estar preparados para atender los posibles conflictos”.