El gobernador Miguel Lifschitz se metió de lleno en el conflicto que mantienen senadores y diputados por los proyectos de ley de Educación y de Educación Sexual Integral (ESI), ambos con media sanción de la Cámara baja y varados actualmente en el Senado santafesino. Según el gobernador, los cambios que introdujeron los diputados sobre el proyecto original, al momento de la media sanción, “generaron rispideces” en torno a uno de los objetivos centrales de su gestión: lograr la sanción de la primera ley de Educación de la provincia.
Lifschitz sostuvo que es necesario “buscar acuerdos para lograr avanzar con la sanción de la ley”. Y añadió, en alusión a las posturas encontradas entre ambas cámaras legislativas: “Me parece que es necesario, si realmente queremos una ley que efectivamente se apruebe, buscar los acuerdos pertinentes para que finalmente tengamos ley de educación”.
Las demoras en el Senado obedecen a diferencias de criterio entre los bloques mayoritarios de esa cámara (PJ y UCR) y los representantes de los distintos bloques de diputados, que le dieron media sanción a la ley de Educación por unanimidad el pasado 20 de septiembre. Pero las dilaciones también están jalonadas por la presión de los obispos de la Iglesia Católica sobre los senadores, en particular por el rol de la educación de gestión privada y por la decisión del gobierno de avanzar hacia una ley provincial de ESI.
Consultado sobre ese punto, el gobernador le bajó el tono a la cuestión y señaló que “hay que encontrar siempre el camino del diálogo, haciendo respetar el rol y la potestad que tiene el Estado para definir políticas públicas, particularmente en educación, tratando de contener a todas las miradas”.
Además, Lifschitz indicó que “el proyecto inicial que había elevado el Poder Ejecutivo había sido muy discutido y tenía un consenso bastante amplio, pero lamentablemente se incorporaron después otros puntos en la Cámara de Diputados que tal vez generaron rispideces” entre diputados y senadores.
Con sus declaraciones, el gobernador le bajó el tono a la polémica luego de los fuertes cruces registrados la última semana entre senadores y diputados, que tuvieron como corolario una definición tajante de la ministra de Educación Claudia Balagué: “La educación sexual no se discute, es nuestra obligación”.