El gobernador de la provincia, Miguel Lifschitz, anunció ayer que el lunes se reunirá en Capital Federal con el ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren, para plantearle la “necesidad” de que la quita de subsidio en la entrega de electricidad a la EPE se realice “de forma progresiva y escalonada”. Es que este año la firma estatal deberá abonar casi 400 por ciento más para abastecerse de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa). En ese marco, el mandatario dejó en claro su preocupación por los altos costos que ya afrontan los usuarios y, sobre todo, en el sector industrial,
Las palabras de Lifschitz se dieron en el marco de la presentación realizada ayer en la sede local de Gobernación de la Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y de Tratamiento Integral de las Adicciones (ver página 4).
Allí, el mandatario fue consultado sobre el nuevo aumento con que comenzaron a llegar ya este mes las facturas de la EPE. Y en sus respuestas el gobernador no ocultó su inquietud por lo que está sucediendo y se avecina.
Ese fue el marco en que dio a conocer la reunión que tendrá el lunes en Capital con el ministro de Energía de la Nación.
“Estamos preocupados porque la eliminación de los subsidios nacionales tiene un claro correlato en las tarifas de consumo residencial e industriales, no sólo en Santa Fe sino en todas las provincias. La idea es plantearle a Aranguren la necesidad de que la quita de subsidio en el sector mayorista sea gradual, no de manera abrupta. Esta situación ya está produciendo un impacto muy importante en algunos sectores de la actividad económica”, expresó el gobernador.
Tras eso, Lifschitz recordó cómo quedaron configurados los costos de la EPE para este año. La suba que deberá afrontar es sideral.
“La empresa tenía previsto para 2016 pagar 1.000 millones de pesos al Sistema Interconectado Nacional. A partir de la quita de subsidios tenemos que pagar 4.800 millones. Es decir, 3.800 millones más. Eso implica multiplicar casi por cuatro o por cinco lo que hay que abonar a la Nación. Lo que nos pone en una encerrona porque no podemos llevar a la EPE a una situación de quebranto y nos obliga a trasladar tarifas y costos muy onerosos para muchos sectores. Es por esto que planteamos la necesidad de que haya un escalonamiento y progresividad para aplicar esa quita de subsidios”, insistió el mandatario.
El ex intendente de la ciudad explicó luego que es difícil a esta altura establecer algún tipo de incremento promedio.
De acuerdo a lo que había anunciado el gobierno provincial, con el consumo de febrero comenzó a regir una suba de entre 40 y 50 por ciento, según los casos. Eso se sumó al 26 por ciento que la EPE había aplicado a partir de diciembre.
“Hay distintas situaciones. La EPE tiene 250 tarifas distintas, que varían según el cliente, consumo, sector económico y actividad. Por eso los niveles de aumento son diferentes. Ya han llegado las facturas con los consumos de enero y febrero donde las cifras también fueron más altas porque el uso de energía fue mayor. De todas maneras, para los consumos residenciales los incrementos que llegarán en abril tras el último aumento no tienen que superar el 48 por ciento”, explicó.
Golpe a la industria
“Después habrá que analizar situaciones particulares. Nosotros estamos trabajando con todo el sector industrial electrointensivo actuando en contacto permanente y atendiendo las situaciones individuales mediante gestiones ante el gobierno nacional”, agregó Lifschitz.
Esta última mención está vinculada con el hecho de que las industrias electrointensivas (para quienes la energía es el principal insumo con un consumo de más de 300 kilovatios de potencia instalada) el aumento ya comenzó a golpear duro. Este medio dio cuenta a principios de este mes del caso de Fundición Martínez, que pasa de pagar 150 mil pesos de electricidad por mes a 750 mil.
En este marco, Raúl Stival, presidente del directorio de la EPE, estuvo el viernes pasado en la comisión de Obras y Servicios Públicos de la Cámara de Diputados.
En la reunión los legisladores opositores indagaron sobre el impacto que tiene en los bolsillos de los usuarios la quita de subsidios.
Tras el cónclave, Héctor Cavallero, vicepresidente de la Comisión, fue muy crítico con los gobiernos nacional y provincial.
“Con estos brutales aumentos –dijo el “Tigre”– gran parte de la industria de Santa Fe queda afuera de competencia, sumado a la apertura de importaciones, corren grandes peligros de cierre con despidos de empleados y obreros. El gobierno provincial debe atenuar los aumentos a los sectores residenciales”. En tanto sus pares Rubén Giustiniani (PS) y Carlos del Frade (FSyP) pidieron que la provincia subsidie la tarifa.
Desde Nación avisaron que habrá más ajustes
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, reconoció ayer que no descarta nuevos aumentos en las tarifas de energía eléctrica, al tiempo que ratificó que “en las próximas semanas” se conocerá el nuevo cuadro tarifario del servicio de gas natural.
Aranguren hizo estas declaraciones en el marco de la conferencia anual de la Cámara de Comercio estadounidense (AmCham). Justificó los eventuales aumentos en el servicio de energía eléctrica en los costos de generación: “El precio de generar energía está aumentando, y entre mayo y octubre estaremos en 998 pesos por kilowatt/hora”.
Las tarifas energéticas son las primeras que descongeló el gobierno de Mauricio Macri. Desde febrero, rigen aumentos que para los usuarios de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano superan el 600 por ciento. En Santa Fe, si bien no llega a ese porcentaje, el incremento se siente con fuerza porque los usuarios ya pagaban una tarifa superior que en esos lugares.
Aranguren ratificó ayer lo que ya había anticipado semanas atrás: que hacia mitad de año se pondría en marcha un nuevo relevamiento del cuadro tarifario eléctrico.
