Mientras desde lo deportivo la novedad pasa por la sorprendente campaña del Central de Ceres del entrenador rosarino Enrique Lancellotti, dos situaciones fueron desagradable noticia en las últimas horas en la Liga Argentina.
Una ocurrió en San Francisco, Córdoba, durante el duelo que el local San Isidro perdió justamente ante Central de Ceres por 83 a 71. Es que mientras San Isidro disputaba el partido, ingresaron al vestuario de los jugadores y robaron pertenencias como celulares y billeteras.
Terminó el encuentro, fue derrota de los Halcones Rojos y los jugadores se fueron al vestuario. Luego de bañarse y cuando se disponían a juntar sus cosas para retirarse del estadio, varios de los basquetbolistas se dieron cuenta que les faltaba sus pertenencias.
El cuerpo técnico tampoco se salvó. Al coach Sebastián Torre le faltó el celular y billetera, lo mismo a su asistente Matías Lugones. Allí se empezaron a dar cuenta el resto; a Hans Feder Ponce su celular, González logró encontrar su documentación en otro sector del vestuario. El rosarino Rodrigo Sánchez se salvó del robo, pero igual reflejó la situación en redes sociales.
Ante esta situación, decidieron ir a la sede policial a radicar la denuncia correspondiente.
https://twitter.com/rodrigohsanchez/status/1101323631903281152
Amenaza
La Asociación de Jugadores de Básquetbol repudió enérgicamente el hecho de violencia e intimidación que sufrió el jugador Jefrey Merchant, de Estudiantes de Olavarría, en el entretiempo del partido del pasado 27 de febrero en el estadio de Platense ante el equipo local por Liga Argentina.
El jugador iba camino al vestuario cuando fue interceptado por un simpatizante del club Platense (identificado con la camiseta de la institución) y luego sufrió una amenaza peligrosa con un elemento punzante apoyado con fuerza en su espalda.
Por suerte esta situación no tuvo consecuencias más graves, pero el jugador fue amenazado y quedó sentido por el muy mal momento que tuvo que atravesar.
La AdJ pidió garantías de seguridad para todos los planteles, ya que no debe existir contacto ni cercanía entre el público y los jugadores.