Nueve jugadores fueron licenciados en Tiro Federal, a una fecha de la finalización del campeonato de la B Nacional. Todos quedarán desvinculados de la entidad de barrio Ludueña. Los cuatro jugadores que habían llegado en carácter de refuerzos para la segunda rueda: Pablo Aguilar, Nilo Carretero, Nicolás Medina (desde la semana pasada está en Buenos Aires rehabilitándose de una lesión) y Exequiel Benavídez. Y cinco futbolistas cuyos contratos vencen a fin de mes: Silvonei Ferreira, Hugo Urruti, Juan Pablo Vojvoda, Franco Lazzaroni y Leandro Ledesma.
Hay casos que revisten distintas particularidades. Como el de Miguel Cárdenas, sancionado por indisciplina, que a su vez se recupera de una lesión y cuyo pase le pertenece a la institución. El caso de Yamil Gaernier, a quien también se le vence el contrato y se lesionó en la última fecha. Si se comprueba que el volante sufrió rotura de ligamento interno lateral de la rodilla izquierda, tendrán que hacerle un nuevo contrato. Si se trata de una distensión, una vez rehabilitado se desvinculará del club.
En este panorama complejo de cara a un partido ante un rival como Instituto que se jugará las chances de acceder a la promoción, la continuidad de Ángel Celoria también parece sentenciada.
Es que más allá de que el contrato de Celoria con Tiro Federal finaliza en diciembre próximo, se hará uso de una cláusula de rescisión para que se produzca la desvinculación del DT.
“Yo me rijo por los números. Si el equipo suma 29 puntos en la segunda rueda, evaluaremos seriamente la continuidad de Celoria”, había dicho la semana pasada el presidente Carlos Dávola.
Pero ahora que Tiro Federal viene de perder con el descendido Italiano, y que en el mejor de los casos llegará a los 26 puntos en la ronda de desquites, el alejamiento de Celoria ya quedó sentenciado.
Y no porque el DT haya deslizado algún que otro comentario o puesto en duda su continuidad en el banco tirolense. Más bien, el veterano Celoria se ha mostrado como un tipo huraño y antipático, que casi siempre le esquivó a diálogo con los medios y con quien nunca siquiera se pudo entablar una charla informal de fútbol.
Pero si de números se rige el ámbito profesional de la redonda, tal como aseveró el propio Dávola, lo que había empezado como una gran remontada luego de una primera rueda pésima, se fue desdibujando con una seguidilla de derrotas que le quitó identidad de juego a este impredecible Tiro Federal.
Tan es así que el partido contra Aldosivi marcó un quiebre en el equipo: ganaba con baile 3-1 y se encaminaba a meterse entre los seis mejores del torneo en una arrolladora remontada (siete triunfos en once fechas). Pero increíblemente perdió 4-3 y allí sobrevino la debacle: seis derrotas en las últimas siete fechas.
Con el agravante de una paupérrima campaña de local: tres victorias, un empate y seis caídas. Las cuatro últimas, de manera consecutiva en Ludueña: Aldosivi, Atlético de Rafaela, Olimpo e Italiano. El único mérito de Celoria fue haberse jugado incluyendo a los tres ases en un mismo ataque: Facundo Castillón, Leandro Armani y Javier Rossi.
Entre Armani y Rossi llevan convertidos 31 de los 49 goles, o sea el 63 por ciento. Difícil de entender, entonces, que el equipo marche antepenúltimo en la tabla de posiciones a una fecha del final de temporada. Colgó a un par de jugadores que hubiesen sido importantes en la estructura, como Gastón Menicocci e Iván Saucedo. De los refuerzos que sugirió, apenas rindió Nilo Carretero. Falta un partido, contra Instituto, pero el ciclo de Celoria en Ludueña ya es cosa juzgada.