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Lio Messi es el mejor de todos: datos, no opinión

El astro argentino es la mejor figura de la Copa América que va llegando a su fin. Los datos de las jugadas, los goles y sus movimientos en la cancha lo avalam

Roque Giordano / Especial para El Ciudadano

El fútbol se ha valido siempre de las opiniones de personas que han triunfado para establecer ciertos parámetros. Si algo estaba en discusión, siempre se consultaba a los que habían ganado y tienen una reputación formada como hombres sabios en la materia para que definieran las dudas. No faltó, por ejemplo, en Independiente consultas a su hijo predilecto Ricardo Enrique Bochini sobre algunas decisiones. También se lo ha escuchado al Beto Alonso hablar de River Plate. Su palabra alcanzaba (y está bien) y allí se terminaba la contienda argumentativa.

Recuerdo incluso que este tipo de hechos se daba en todos los ámbitos. Si usted fuerza la memoria redescubrirá que en la novela de Adolfo Bioy Casares titulada «El sueño de los héroes» (si hizo el esfuerzo y no encontró nada, le sugiero que pase por su librería amiga), el protagonista llamado Emilio Gauna gana una considerable suma de dinero en las carreras y sin poder tomar con su grupo de amigos una decisión en como invertir el dinero van hasta la casa del Doctor Valerga que es quién los asesora. Su palabra era ley.

Pero los tiempos van cambiando, la toma de decisiones en el deporte rey es permanente y no se puede levantar el  teléfono para llamar o ir hasta la casa de una gloria cada vez que hay que trazar un rumbo.

Desde hace muchísimo se intenta «medir» al fútbol. Ponerlo en números. Analizar con datos concretos la realidad de los equipos y las selecciones. Es un trabajo arduo, pero que rinde. Desde hace algún tiempo vemos muchos cambios orientados a «procesar la información». Notamos que los jugadores tienen algo prominente debajo de sus camisetas: es el GPS instalado para ver su recorrido. Incluso en la televisión se puede ver cuantos kilómetros hacen en un partido.  Técnicos que utilizan drones en el entrenamiento: no, no quieren sacar bellas fotos como Fede Padin: la explicación no es artística sino que pretender ver el comportamiento del equipo desde otra óptica.

También vemos tablets en los bancos de suplentes. Incluso a Germán Burgos, que en aquel momento era ayudante de campo del Cholo Simeone en el Atlético de Madrid, se lo pudo apreciar con una invención tecnológica: los Google Glass, un proyecto convertido en realidad para que recibiera datos en tiempo real, sin tener que bajar la vista y no perderse nada del partido.

Duró poco, en el camino de la evolución hay cosas que también se descartan. Pero lo importante es que un poco más, un poco menos, todo el mundo del fútbol entendió que tenía que involucrarse en el análisis de Big Data.

¿Qué es el Big Data? Según la definición Big Data (o Macrodatos) es «es un término que hace referencia a conjuntos de datos tan grandes y complejos que precisan de aplicaciones informáticas no tradicionales de procesamiento de datos para tratarlos adecuadamente».

Los datos son la reproducción simbólica de un atributo o variable cuantitativa o cualitativa y según la RAE: «Información sobre algo concreto que permite su conocimiento exacto o sirve para deducir las consecuencias derivadas de un hecho».

Aquellos que llevamos un tiempo en el periodismo o en la vida sabemos que información es poder. Poder para tomar decisiones para lograr que algo marche bien. Poder para determinar cuáles fueron las fallas si algo salió mal. Es imposible ya imaginar un equipo profesional que no le de importancia al análisis de datos. Y eso está muy bien. Eso no quiere decir que a los equipos los va a conducir una computadora dentro de unos años. Aunque hay algún equipo que aventuró hacer encuestas en redes sociales y que sus hinchas decidan la formación a piacere.

Los datos deben ser interpretados correctamente, son una herramienta, no una finalidad.

Desde hace algún tiempo la Liga Profesional de Fútbol con Matías Conde como referente prepara informes estadísticos sobre los partidos y se los envía a todos los cuerpos técnicos como un insumo.

En Rosario se decidió dejar de ignorar aquellos datos y Rosario Central  y ahora Newell’s Old Boys tienen su departamento de Scouting y Big Data. Porque insisto, los datos «crudos» no significan nada, o mejor dicho pueden tener una cantidad de significados tan grande como el número de personas que los reciban. Lo importantes es saber escudriñarlos, para poder luego esgrimir de la mejor manera. El mismo Matías Conde, en Twitter (@mmcr85), citó a Javier Opta (@optajavier) que es el titular de @statperfom, con datos reveladores: ¡Argentina tuvo contra Ecuador el menor ratio de pases completos sobre remates de los últimos 120 partidos jugados!

Ya sé, estarán diciendo como Homero (Simpson, no el griego): «Oye, oye, más despacio cerebrito». ¿Qué significa esto? Es sencillo, contra el equipo de Alfaro, Argentina concretó 21 disparos al arco y realizó 237 pases que llegaron a destino. Es decir que necesito en promedio de 11,3 pases bien antes de patear al arco. Insisto, según Opta, es el menor registro en los últimos 120 partidos de la albiceleste,  sinónimo de un juego más directo y exitoso porque siempre necesito dar muchos mas pases bien antes de patear al arco.

Y las estadísticas sirven para hacer un poco de justicia.

Cualquiera que haya visto al menos dos partidos de fútbol y uno haya sido con Messi, sabe que es un genio. Cualquiera que haya visto dos partidos de fútbol, uno con Messi en esta Copa América y otro con Messi en la Selección pero antes de este campeonato, sabe que Lionel está jugando el mejor torneo desde que defiende los colores de Argentina.

¿Pero cómo lo sabemos a ciencia cierta en un fútbol dónde muchas veces en la TV nos enseñan que el que grita más fuerte tiene razón?

Con datos, no con opinión. Hay cuentas que postean en vivo y luego del partido datos para la comunidad digital.

¿Te gustó el partido de Di María y De Paul contra Ecuador? Tenés buen gusto. Según @dataref el ex Central no erró ni un pase. Intentó 10 y los concretó.

Además robó la pelota para el gol de Lautaro Martínez y le cometieron la infracción para la diana de tiro libre de Messi. Y De Paul no sólo convirtió  un tanto, tuvo un 94% de eficacia en pases entregando a un compañero 34 de los 36 que intentó y además recuperó 6 pelotas en todo el encuentro.

Pero la mayor de las justicias se hace con Lio Messi.

Nos ilumina con datos la cuenta @sudanalytics: Messi es el goleador de la Copa (4), el mayor asistidor (4), participó en todos los goles argentinos (10), el primero en acciones ofensivas exitosas (53), y pases claves completados (8), el segundo con mayor cantidad de gambetas hechas (40), duelos ofensivos ganados (64) y también en asistencias de disparo (12) que seguramente no terminaron en gol no por culpa suya sino todo lo contrario.

Ahora ya, seguramente, usted coincidirá sin lugar a dudas conmigo en que es por lejos el mejor de la Copa América. Porque una opinión bien fundamentada es con datos. ¿Datos u opinión? Quizás a partir de ahora nos animemos a utilizar datos en las opiniones. Por más que los demás griten.

Al fin y al cabo como dijo el poeta Juan Manuel Moretti, cantante de Estelares: «Hoy jugamos a ser Dt. Como siempre». Pero ahora, con respaldo estadístico.

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