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Lipgot retrata “el proceso de duelo y la despedida de un amigo” en “Moacir y yo”

El realizador dio detalles del film, su cuarta película sobre el cantante brasileño Moacir dos Santos quien falleció en 2018, que tendrá su estreno este jueves en Cine.ar Tv y Cine.ar Play

El realizador Tomás Lipgot estrena este jueves Moacir y yo, su cuarta película sobre el cantante brasileño Moacir dos Santos, quien falleció en 2018 y en la que refleja cómo transitó esa pérdida y el emotivo vínculo que se creó entre ambos.

“El film retrata el proceso de un duelo, la despedida de un amigo. Y quizás muestra que los vínculos no terminan con la ausencia de una de las partes”, afirmó Lipgot en una entrevista con Télam.

Moacir dos Santos fue un popular cantante y compositor brasileño, oriundo de una familia muy humilde y que llegó a la Argentina con el sueño de grabar un disco, pero a raíz de sus problemas de salud mental y de la pobreza pasó muchos años internado en el Hospital Borda, donde conoció al cineasta.

“En este documental quise abordar el vínculo que tuvimos en los 15 años de relación, desde que lo conocí cuando él estaba internado en el Borda y yo buscaba un personaje para mi película Fortalezas (2010). Después hicimos Moacir (2011), donde ya se encontraba externado del manicomio y grabó un disco con sus canciones que creía perdidas”, contó el director de títulos como El árbol de la muralla y El universo de Clarita.

“Finalmente -agregó- en 2017 estrenamos Moacir III, que tiene bastante de ficción y se suponía que era la última entrega de la saga, conformando así La trilogía de la libertad. No fue algo planeado esta sucesión sino algo que fue deviniendo”, abundó Lipgot, quien cuenta en su haber con más de una decena de películas.

Este jueves, el film se estrenará en el cine Gaumont, en las salas de Espacios Incaa de La Plata y Madariaga, en Cine.ar TV a las 20, y en la plataforma Cine.ar Play.

“Ya con tres películas sobre Moacir era un ciclo más que cerrado”, reconoció Lipgot. Pero agregó: “Cuando murió en 2018 fue ganando fuerza la idea de hacer otro documental, quizás para tramitar esa pérdida. Fue un desafío en el sentido de tener que hacer algo distinto a lo anterior y, sobre todo, no tenerlo a Moacir presente. Pero por suerte había una gran cantidad de material no utilizado de los otros documentales, además de fotos y videos de celulares que sirvieron para construir el relato”.

El realizador aseguró también que el vínculo que lo une a Moacir es muy fuerte y fue creciendo con el paso del tiempo. “De naturaleza fraterna, pero no exento de algunas dificultades en algunos momentos. Moacir significa toda una etapa en mi vida y en mi carrera también, fuimos compartiendo crecimientos y logros que supimos disfrutar a la par”, puntualizó.

La selección de los momentos compartidos y las personas que iban a dar testimonio en el film fue para Lipgot un proceso bastante complicado de construir el sentido del relato. “Había más de 100 horas de material de archivo. Sirvió mucho la cuarentena porque junto al montajista Leandro Tolchinsky tuvimos mucho tiempo para ver y rever el material y, sobre todo, para pensar el documental. En relación a la selección de personas se buscó a aquellos que como yo han sido impactados en sus vidas por el vínculo con Moacir”, explicó al tiempo que adelantó que en la película también se revela un momento muy duro de su propia vida: “No es algo que haya sido fácil ni que haya tenido muchas ganas. Pero en un momento, presionado por el montajista, entendí que debía asumir el «yo» que ya estaba presente en el título. Es también una especie de escuela dentro del documental llamada «documental del yo», en la que nunca había incursionado”, contó el realizador.

Para finalizar Lipgot reconoció que le gustaría que después de ver la película el espectador se quede con algún tipo de valoración acerca de lo qué significan ciertos vínculos y las huellas que dejan. Es que este film es para él una especie de duelo que le permitió ir transitando la pérdida de Moacir para poder aceptar su ausencia. “El relato está estructurado en forma de duelo. Hubo un desarrollo largo, pero más o menos en tiempo real, ya que la idea de hacer esta película nació con su muerte”, concluyó.