Una delegación compuesta por representantes de FIFA y Conmebol llegará este lunes a Buenos Aires y permanecerá hasta el miércoles elaborando los contenidos del nuevo estatuto de AFA que comenzará a regir a partir de la finalización de la gestión del Comité de Regularización.
El suizo-colombiano Primo Corvaro por FIFA, la abogada paraguaya directora general de Conmebol Monserrat Jiménez, el argentino ex presidente de Lanús Alejandro Marón y otros dos abogados como él que también representan al ente rector del fútbol sudamericano se instalarán entre mañana y el miércoles en la sede de la calle Viamonte, donde se reunirán con dirigentes del plano local para establecer las bases del nuevo estatuto.
Junto a ellos trabajarán los cuatro componentes del Comité de Regularización, el presidente Armando Pérez, el vice Javier Medín, la secretaria Carolina Cristinziano y el tesorero Pablo Toviggino.
Claro que esta visita está rodeada de contratiempos y peligros latentes para el fútbol argentino, puesto que un grupo de dirigentes argentinos, sobre todo de clubes del ascenso, declaró un mes atrás y reiteró la semana pasada que tanto Corvaro como Jiménez son consideradas «personas no gratas», algo que inclusive provocó que esta última tuviera intenciones de no venir mañana a Buenos Aires.
Dentro de ese panorama hostil para los enviados de FIFA y Conmebol se incluyen, por supuesto, las divisiones internas que llevan a la primera división por un lado, buscando la conformación de la tan meneada «Súperliga», y la oposición del ascenso a su constitución, algo que de por sí impide que este proyecto sea viable.
Es que para aprobarse la ‘Súperliga» es necesaria la aprobación unánime de los 30 clubes de primera división y los 23 de la B Nacional, algo que hoy por hoy está muy lejos de concretarse por el quiebre dirigencial mencionado.
Otro punto pasa por la finalización de Fútbol para Todos el mes próximo, ya que los interesados por ahora no son oferentes (las cadenas Fox, Turner, Al Jazeera y Arabsat, de Bahrein), y esto tiene que ver justamente con el hecho de que estas empresas no consideran rentable un certamen con 30 participantes, sino que pretenden reducirlo a 20, algo que resulta inmodificable de acuerdo con las vigentes reglamentaciones de AFA.
Y el gran problema se suscita en que hoy por hoy no hay quien televise el fútbol de primera división ni la B Nacional durante el primer semestre del año próximo y mucho menos reducir en 10 participantes el campeonato de la A.
Por lo tanto el primer semestre de 2017 constituye un «agujero negro» en cuanto a la televisación del fútbol nacional, que por ahora no tiene orificio de salida, y eso genera que el reparto de dinero para los clubes navegue en una absoluta incertidumbre.
Después está la reducción que propondrá el nuevo estatuto para los asambleístas (de 75 a 35) e integrantes del Comité Ejecutivo (29 a 21), algo a lo que se oponen sobre todo los dirigentes de los clubes chicos y el ascenso porque son conscientes que con ello perderán representatividad y los más grandes acumularán más poder.