El nuevo nuncio apostólico en la Argentina, monseñor León Kalenga Badikebele, llegará este jueves a Buenos Aires tras haber sido designado por el papa Francisco. De nacionalidad congoleña, Kalenga Badikebele fue nombrado por el Papa el pasado 17 de marzo para cubrir la vacante por el traslado del anterior representante pontificio, monseñor Emil Paul Tscherrig, a la Nunciatura Apostólica de Italia.
El encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica, monseñor Vincenzo Turturro, confirmó que el arribo será este jueves, según indicó la Agencia Informativa Católica Argentina (Aica).
El próximo viernes, solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo y Día del Pontífice, monseñor Kalenga presidirá a las 18 en la catedral metropolitana de Buenos Aires la santa misa a la que se invitó «a toda la feligresía, religiosos y laicos, a manifestar entusiasta y alegremente su adhesión al papa Francisco». Será éste, además, el primer contacto con el pueblo argentino, al que le dirigirá su saludo.
Kalenga Badikebele nació en Kamina, República Democrática del Congo, el 17 de julio de 1956: fue ordenado sacerdote el 5 de septiembre de 1982 e incardinado en la diócesis congoleña de Leubo.
Tras obtener el título académico de doctor en Derecho Canónico, ingresó en el servicio diplomático del Vaticano el 27 de febrero de 1990 y prestó servicios en las representaciones pontificias de Haití, Guatemala, Zambia, Brasil, Egipto, Zimbabue y Japón.
El 1º de marzo de 2008 fue designado nuncio apostólico en Ghana; el 22 de febrero de 2013 fue trasladado a la nunciatura en El Salvador y el 13 de abril del mismo año en Belice, con residencia en El Salvador.
Kalenga Badikebele será el nuncio apostólico número 13 en la Argentina, desde que en 1916 el país tiene plenas y normales relaciones con el Vaticano, y será el cuarto del siglo XXI: el primero fue monseñor Santos Abril y Castelló (marzo de 2000 a abril de 2003), el segundo fue monseñor Adriano Bernardini (de abril de 2003 a diciembre de 2011), y el tercero fue monseñor Emil Paul Tscherrig (de enero de 2012 a septiembre de 2017), informó Aica.
Los otros nueve nuncios apostólicos fueron: Alberto Vasallo-Torregrossa (1916-1922), Juan Beda Cardinale (1922-1925), Felipe Cortesi (1926-1936), José Fietta (1936-1953), Mario Zanin (1953-1958) falleció en Buenos Aires; Humberto Mozzoni (1958-1969), Lino Zanini (1969-1974), Pío Laghi (1974-1980), y Ubaldo Calabresi (1981-2000) quien registró la mayor permanencia en el cargo: casi 20 años, lo que constituyó una excepción en los representantes pontificios.
En un primer momento las relaciones del Vaticano con la Argentina, iniciadas en 1849 durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, estaban a cargo de Delegados Apostólicos: El primero fue monseñor Luis Besi (1849-1854) y el segundo fue monseñor Marino Marini (1857-1864).
Luego pasaron 14 años sin representante pontificio hasta 1877 en que el Vaticano envió a monseñor Angelo Di Pietro como delegado apostólico y enviado extraordinario, quien concluyó su misión en 1879.
De abril de 1880 a octubre de 1884, estuvo con idénticos títulos monseñor Luis Matera, quien fue expulsado del país mediante una nota de Eduardo Wilde, ministro de Relaciones Exteriores del presidente Julio Argentino Roca.
A partir de aquel momento, por casi 16 años estuvieron interrumpidas las relaciones diplomáticas con el Vaticano, hasta el 15 de enero de 1900, durante la segunda presidencia del general Roca, en que llegó como Internuncio Apostólico monseñor Antonio Sabatucci.
Con el título de Internuncio hubo dos representantes pontificios en el país: monseñor Antonio Sabatucci (1900-1906) y monseñor Aquiles Locatelli (1906-1916), mientras que luego se inició la serie de nuncios apostólicos.
Con las únicas excepciones de monseñor Santos Abril, que era español, y monseñor Emil Paul Tscherrig, suizo, y ahora monseñor León Kalenga Badikebele, todos los representantes pontificios en la Argentina fueron italianos.
El nuncio apostólico tiene una función intra eclesial y una función diplomática, la cual consiste en promover y favorecer las relaciones entre el Vaticano y el Estado ante el que ha sido acreditado.
Respecto a la función eclesial, se trata de informar al Vaticano sobre «las condiciones de las comunidades a las que haya sido enviado» y «ayudar, aconsejar y colaborar con las Conferencias Episcopales y con cada uno de los obispos del territorio que le ha sido confiado».
Un bello palacio estilo francés ubicado en la avenida Alvear 1605, con amplia y frondosa arboleda, es la sede de la Nunciatura Apostólica en Buenos Aires y su lugar de residencia: la mansión fue construida en 1909 sobre un proyecto del arquitecto Eduardo Le Monnier ejecutado por Tavazza y Bianchi, famosos constructores de la época.