El Bafici Rosario se dispone a transitar su 13ª edición con una muestra que, fiel a su perfil y pulso estético e ideológico, prepara una programación de primer nivel con títulos que sobresalieron en el último Buenos Aires Festival de Cine Independiente-Bafici (ver aparte). En su versión central, en abril de este año, el Bafici reunió a unas 300 mil personas, lo que lo posicionó como el principal festival de cine de Latinoamérica y uno de los más destacados del mundo.
Pensado como un puente cultural entre la cinematografía mundial y la cinefilia rosarina, la muestra, que en Rosario organiza Calanda Producciones –un grupo de cineastas locales–, se llevará a cabo desde el jueves hasta el domingo en el Cine El Cairo (Santa Fe 1120), con la proyección de cortometrajes, películas nacionales –alguna de ellas presentadas por sus propios realizadores– y premiados títulos internacionales.
Así, películas que difícilmente pasarán por las salas comerciales de la ciudad, se verán en estos cuatro días ofreciendo una posibilidad ineludible para acercarse al mundo a partir de otras miradas, emancipadas de la industria monopólica actual del Séptimo Arte. “Hay un público que sabe que el festival tiene un tipo de cine que sólo puede ver esos días. Por eso apostamos a sostenerlo”, dijo Rubén Plataneo a El Ciudadano. El crítico, director de cine y organizador del Festival itinerante, contó el momento que vive el encuentro a nivel local y, en ese diálogo, se refirió al cine independiente, la industria, la gestión, la educación y el festival en general, al que definió como “un acto de resistencia cultural con un valor cinematográfico fundamental”.
—Llegan a esta nueva edición con menos films que en otros años, ¿a qué se debió?
—Es un problema local. En Buenos Aires tuvieron más de 400 películas y 300 mil espectadores. Acá, nosotros, cada año tenemos que empezar de cero; nunca se sabe si lo vamos a poder hacer porque nos encontramos con muchos problemas. Trabajamos ad honorem y, por ejemplo, no tenemos ningún tipo de auspicio salvo el del Incca que nos ayuda a sostener el viaje de los realizadores que vienen de visita.
—No obstante, el material que llega sigue siendo de primerísima calidad…
—Tenemos una veta bien cinéfila y tratamos de conseguir materiales que no llegan a las salas comerciales; es la característica del Bafici. Hay un montón de films que no pueden llegar a las salas pero esto es un fenómeno mundial. El cine está bastante monopolizado por los grupos exhibidores que, a la vez, son las productoras multinacionales que tienen el circuito completo. Las películas nacionales y lo mejor del cine mundial no entra ahí. El Bafici es un festival insignia contra esa monopolización, y concentra material que no entra en el circuito comercial en general.
—Además de enfrentarse a este circuito que ya de por sí plantea una lucha desigual, ¿el cine resiste un cambio de consumo cultural?
—Sostener un festival en sala ya de por sí es otra cuestión ante la mecánica digital y online. Pero en estos últimos años, contrariamente, aumentó el público en cines comerciales: parece que la gente no dejará de ir al cine; el problema es que el cine está siendo obturado para determinados títulos que le da la industria comercial. Siempre es contradictorio el panorama; a mí me interesa mucho porque lo vengo analizando hace tiempo. Ya casi no se proyecta en fílmico; hay un montón de cambios atados a lo tecnológico pero se mantiene un nivel de público muy importante en el Bafici. Hay un público que sabe que el festival tiene un tipo de cine que sólo puede ver esos días. Por eso apostamos a sostenerlo.
—¿Qué se necesita para sostener este festival por trece años?
—En Buenos Aires cambiaron cinco gobiernos y el Bafici se mantuvo; muchos gobiernos quisieron tumbarlo y no pudieron. En Rosario es muy difícil. A los aparatos culturales de acá no les interesa que haya una muestra independiente. Hace quince años, desde que estaba en la revista El Eclipse y programaba un ciclo de cine de autor en el Parque España, se lo vengo presentando a todos los secretarios de Cultura de la Municipalidad y la provincia y nunca quisieron avalar un festival así. Pero vamos a seguir insistiendo.
—Hablas del cine independiente desde la gestión de un festival. ¿Cómo se vive en tanto educación, desde las escuelas de cine, siendo que algo de ese campo tiene que empezar a emerger como actor central?
—Nosotros sostenemos la muestra para mantener ese puente cultural con el mundo cinematográfico, porque de otro modo, los estudiantes y realizadores locales se quedan desconectados de la movida cinematográfica mundial. O te vas a Buenos Aires o te ponés a estudiar y tratás de bajar películas, pero no es lo mismo. Para nosotros, mantener la muestra es también sostener ese puente cultural con el mundo cinematográfico porque es una veta cultural muy importante que ninguna institución cultural está interesada en difundir. Aunque sean pocas las películas, lo mantenemos.
—¿Al seleccionar estos títulos se puso en práctica una opción curatorial?
—Al principio del festival, lo hacíamos, pero eso es un problema que este año estalló porque teníamos el doble de películas y varias, a último momento, tuvimos que bajarlas de la programación.
—¿Por qué?
—Eran películas que se estaban por estrenar y, a pesar de que teníamos hasta los pasajes de los directores que iban a venir, las distribuidoras no nos permitieron estrenarlas. Un ejemplo es La princesa de Francia, la película ganadora del festival. Matías Piñeiro, su director, y la productora se disculparon porque querían estar pero la distribuidora lo negó porque quiere estrenar la película comercialmente. Son todas limitaciones que reducen la muestra y al mismo tiempo la hacen más valiosa: poco pero bueno, contra nada.
—El festival se convirtió en un lugar de resistencia…
—Vos lo dijiste, la muestra es un acto de resistencia cultural con un valor cinematográfico fundamental.
Grilla del Bafici
La 13ª edición de la Muestra del Bafici en Rosario tendrá lugar, de jueves a domingo, en el Cine Público El Cairo (Santa Fe 1120).
Las entradas generales de la presente edición costarán 20 pesos y habrá abonos para 3 funciones de 50, que pueden adquirirse en Librería Buchín (Entre Ríos 735), Videoteca (Entre Ríos 1772) y el mismo Cine El Cairo. La programación para esta edición ofrecerá diez películas.
* Jueves 13: a partir de las 18, se verá La música interior, de Fernando Arca. A partir de las 20.30, Al centro de la Tierra, de Daniel Rosenfeld (con presencia del director).
* Viernes 14: a las 20.30, se verá Generación artificial, de Federico Pintos (con la presencia del director). A las 22.30, How we used to live, de Paul Kelly.
* Sábado 15: a partir de las 18, se verán Behind Jim Jarmusch y Travelling At Night With Jim Jarmusch, ambas de la directora francesa Léa Rinaldi. A partir de las 20, Guido Models, de Julieta Sans. A las 22, Songs From The North, de Soon-Mi Yoo.
* Domingo 16: a las 20, Cumbia La Reina, de Pablo Coronel. A partir de las 22, Tríptico Elemental de España, de José Val del Omar.
Espacio de Formación
En el marco del Bafici Rosario, el viernes, a partir de las 18, se llevará a cabo un taller para cineastas y estudiantes titulado “De la idea a la financiación”. El encuentro, a cargo del realizador Federico Pintos, tendrá lugar con entrada libre y gratuita pero con inscripción previa que podrá realizarse enviando datos personales a baficirosario@gmail.com. El taller se propone armar en el espacio de dos horas el storyline, la sinopsis y el arco dramático de un largometraje de ficción, todo con la participación de los asistentes, que propondrán personajes, temas y géneros, y votarán respecto del rumbo que debe tomar la historia. Una vez construida esta base, se intentará pensar una estrategia de producción, realización y financiación.