La promesa de Nación fue el envío de 300 gendarmes a Rosario, que se sumarían a las fuerzas federales que ya están desplegadas en la ciudad azotada por la violencia letal. Este jueves, arribaron 200, y según el Ministerio de Seguridad de Santa Fe, de inmediato se desplazaron a algunos barrios conflictivos.
Los 200 federales se suman a los 575 enviados en marzo. El compromiso inicial, rubricado por el presidente Alberto Fernández, era disponer de 1.575 efectivos de refuerzo en Rosario para marzo pasado. La deuda está en los números, pero también en los resultados: los hechos de balaceras, incluso con consecuencias fatales, continuaron a metros de donde caminan o patrullan los uniformados enviados por Nación.
La última de las idas y vueltas sobre el refuerzo de equipos de seguridad fue el del alojamiento, aspecto lanzado por el ministro de Seguridad de Nación, Aníbal Fernández. Inicialmente, se anunció un nuevo destacamento de Gendarmería en la zona de colectora de Circunvalación y Baigorria, pero tras los cruces sobre qué instancia de gobierno debí acondicionar el terreno, la concreción sigue pendiente.
La promesa de 300 gendarmes más fue el 2 de mayo pasado en Casa Rosada, donde estuvieron el intendente Pablo Javkin, el gobernador Omar Perotti y el presidente y el ministro del área Fernández.
Este jueves, con los 200 llegados de los 300 prometidos, el ministro de Seguridad santafesino, Jorge Lagna, se reunió con el Comandante de la Región II de Gendarmería, Eduardo Macuglia, el comandante Claudio González y el coordinador de las fuerzas federales en Santa Fe, Daniel Castillo. De acuerdo a un comunicado oficial, evaluaron los resultados de las acciones de las fuerzas federales en Rosario. Las quejas de los vecinos, al respecto, es que apenas se hacen ver en grandes bulevares y avenidas, pero no en las zonas que el mapa de la violencia indica como prioritarias.
