Roberto Álvarez era el único varón de siete hermanos, vivía en barrio Tablada y era amigo de Luchito. Su hermana Noelia contó en el juicio oral que empezó este jueves que Luchito trabajaba para Meneco, un hombre que se moviliza en silla de ruedas y vende drogas. Según pudo saber, su hermano había tenido un cruce con el sobrino de este hombre y le pegó un cachetazo. Luchito esperó a Álvarez detrás de un árbol y le pegó un escopetazo, en abril de 2015. La víctima llegó al hospital pero no pudieron salvarla. El fiscal Florentino Malaponte pidió una condena de 20 años de prisión para Luchito por el crimen y la defensa la absolución. El debate está a cargo del tribunal integrado por las juezas Patricia Bilotta, Marcela Canavesio y Hebe Marcogliese.
El 24 de abril de 2015 Luchito, llamado Luciano Ramón Bogado, entonces de 26 años, se presentó en la casa de Noelia y preguntó por su hermano. Roberto, de la misma edad que el imputado, no estaba, no había llegado de trabajar. Le dijo que había un inconveniente: su hermano le había pegado al sobrino de Meneco, un hombre que está en sillas de ruedas y vende drogas, contó Noelia.
Le dijo que no fuera más para el pasillo porque le iba a pegar. Noelia le pidió que dejara de joder pero Luchito le aclaró que le pagaban para eso y le iba a pegar. Cuando se fue disparó al aire con una escopeta.
Noelia contó que Luchito y Roberto eran amigos: ambos tenían problemas con las drogas pero su hermano hacía un año y medio había dejado de consumir; sólo fumaba marihuana, aclaró. Hacía diez días había tenido un bebé que estaba en neonatología. Esa noche llegó de trabajar pero su hermana prefirió no decirle nada. La familia y amigos le dijeron que le contara. Finalmente un vecino le contó lo que había pasado. Entonces ella le preguntó y Roberto minimizó el tema y le dijo que le había dado un cachetazo al sobrino de Meneco porque se hizo el vivo.
Roberto agarró la moto. Su hermana le pidió que no se fuera. “Tenés que llevar a tu mujer a neo”, le recordó. «Ahora vuelvo», le contestó. Se escuchó una detonación. Su hermano había hecho una cuadra y media hasta 24 de Septiembre y Necochea, donde cayó herido.
Cuando Noelia llegó, Roberto estaba tirado en el piso. Se tiró junto a él y su hermano le dijo: “Luchito”. Mientras la gente le decía: fue el Luchito que salió de la nada, de atrás de un árbol; iba cruzando la calle y le tiró. Noelia contó que Bogado le disparó y le dijo: ”Ahora por gil te robo la moto”. Y añadió la testigo en la primera jornada del juicio: «Se agarraron a piñas hasta que mi hermano se desvaneció».
Su cuñada estaba trabajando cuando balearon a Roberto. Pero recién ahí la pareja de la víctima entendió una conversación que ella había presenciado temprano entre Meneco y Luchito. El primero le dio una escopeta y le dijo a Luchito: “Andá y matalo”. La chica se burló: ella no sabía que, de quien hablaban, era de su pareja.
El fiscal Florentino Malaponte pidió 20 años de prisión por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación. Pena que pidió acumular con una condena previa a dos años de prisión en suspenso.
La defensa de Luciano Bogado, a cargo de Juan Pablo Nardín del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal, aseguró que los familiares de la víctima darán cuenta de una situación conflictiva que incluye a distintas personas, como Meneco y su sobrino, pero le pareció al menos extraño que sólo su cliente esté acusado. Aseguró que la escopeta nunca apareció, que hubo sólo testigos de oídas y escuchas telefónicas donde en ninguna Bogado admite ser el autor. El abogado aseguró que no había motivo para el crimen. Resaltó el problema de su cliente con las adicciones y las distintas internaciones que tuvo para su recuperación: pidió la absolución por el beneficio de la duda. El juicio continuará este viernes.