Un hombre de 40 años fue imputado por asesinar en agosto pasado a su madre, de 81, a puñaladas y ocultar su cuerpo por tres días en la vivienda que compartían, ubicada en la cuadra de Callao al 2600, del macrocentro. El fiscal le atribuyó como agravante por el vínculo y por mediar violencia de género. La jueza Paula Álvarez le dictó la prisión preventiva por el plazo de ley, es decir dos años hasta el juicio oral.
Si bien el femicidio de Rosa Adela Zoricco, de 81 años, se descubrió el 17 de agosto del año pasado, su hijo y principal sospechoso, identificado como Andrés Roque Caggiano, de 40 años, fue sometido a una Junta Médica Forense, la cual determinó en los últimos días que era imputable, resultado que permitió su acusación.
Este miércoles, el fiscal Alejandro Ferlazzo reconstruyó que el crimen fue cometido en un contexto de violencia de género que el hijo de la víctima ejerció en el tiempo tanto de forma física y psicológica. Los resultados de la autopsia determinaron que Rosa fue asesinada por múltiples heridas de arma blanca la noche del 14 de agosto pasado en el baño de la vivienda que compartía con el femicida.
Ferlazzo le atribuyó a Andrés Roque G. haber atacado con una cuchilla a su madre y provocarle la muerte por una veintena de lesiones en cuello, rostro y tórax. Luego, intentó quemar el cuerpo y para después ocultarlo en un placard de la vivienda.
El hombre mantuvo el cadáver en esa situación por tres días hasta el 17 de agosto cuando cerca de la medianoche llamó al 911 y dijo que habían asesinado a su madre. El hombre arguyó que el autor del crimen fue un tercero, en la primera declaración explicó que había sido un amigo, y que estuvo motivado por una deuda de drogas, aunque reconoció que también la había atacado.
Esa noche, Andrés G. había dejado su número de celular a la Central de Emergencias y tras el aviso a la Fiscalía, personal de la Tropa de Operaciones Especiales se presentó en el domicilio. El hombre los dejó pasar, los pesquisas filmaron toda la secuencia y no tardaron en encontrar el cuerpo de la víctima.
En ese momento, trascendió que Andrés les contó que fue un amigo suyo quien asesinó a Rosa con un arma blanca y reconoció que él había colaborado dando una última puñalada. Agregó que el trasfondo era una deuda por compra de drogas ilegales.
Voceros judiciales indicaron que el fiscal Ferlazzo remarcó en la acusación que «la conducta del imputado fue desplegada dentro de un contexto de violencia de género que tuvo lugar dentro del seno familiar durante el período en que convivía con su madre donde se generaban ciclos de maltratos físicos y psicológicos, y sustracción de pertenencias a la víctima y a personas allegadas a la misma».
Culpó a narcos de asesinar a su madre, que hallaron apuñalada dentro del ropero, pero lo detuvieron
Esta situación ya había sido advertida al momento de conocerse el asesinato, ya que un vecino contó que el hombre tenía muchas denuncias por maltrato. «Es impulsivo, a mi me ha denunciado por dejar mi auto estacionado frente a su puerta. Y no solo conmigo tuvo problemas”, siguió y describió a Rosa como una mujer amable que solía verla pasar las tardes de sol en la terraza de la casa de Callao al 2600.
Tras describir el contexto, el fiscal acusó a Andrés G. como autor de homicidio calificado por el vínculo y por mediar un contexto de género y solicitó la prisión preventiva ante la jueza Paula Álvarez, quien formalizó la imputación y resolvió que quedara detenido por el plazo de ley.