“Descansa en paz, Gastón, luchaste hasta donde pudiste. Que estés bien, Gastón, dondequiera que estés… que estés bien”; “Gastoncito, sé que estás en los brazos de papá. No es un adiós sino hasta luego. Ahora nos toca seguir». Los mensajes de despedida a Gastón Fleitas se multiplicaban en las redes sociales, acaso el único lugar donde casos como el suyo pueden llegar a conocerse. Un patrullero que iba a alta velocidad el 22 de febrero pasado, en el marco de una persecución, lo chocó y lo dejó agonizando durante más de 60 días en el Hospital Clemente Álvarez, hasta que este jueves perdió la vida.
Facundo Peralta, de la organización Causa, expuso el caso en su cuenta de Facebook. La Fiscalía de Homicidios Culposos recién comienza a investigar lo que sucedió aquella noche, dijeron voceros del Ministerio Público de la Acusación. “Una patrulla de la policía iba a alta velocidad, entre 70 y 80 kilómetros por hora, por calle Gálvez y a la altura de Río de Janeiro, en aparente persecución; iban sin sirenas ni luces. Casi choca a una pareja y en el momento que esquiva esa pareja choca a Gastón, quien iba a hacer un mandado, quedó tendido y luego fue trasladado al Heca”, pormenorizó Peralta.
A los dos policías que patrullaban el móvil se los acusa de haber embestido a Gastón, el 22 de febrero, en el marco de una persecución a otra persona. Luego -según averiguaron y contaron Peralta y la organización Causa-, obraron para ocultar el hecho, el cual no tuvo trascendencia mediática hasta este jueves, cuando Gastón dejó de existir. Los efectivos “se bajaron del móvil, le quitaron la patente, esperaron que lleguen otros policías y se fueron», relató Peralta, quien aseguró que hay testigos del hecho.
«Hasta ahora la fiscalía no intervino de la manera en que nosotros esperábamos y trató el caso como un simple accidente», relató Peralta. Desde el Ministerio Público de la Acusación, una vez conocido el fallecimiento de Gastón, confirmaron a El Ciudadano que ahora se le dio aviso a la Unidad de Homicidios Culposos y se envió a un médico forense para efectuar los primeros peritajes. Aún no hay un fiscal asignado, dijeron.
Para Peralta y la organización de la que forma parte, la muerte es un caso de homicidio culposo con dolo eventual. Sin embargo, más allá de la calificación legal, las muertes en siniestros viales causadas por patrulleros desbocados, producto de impericia al volante o quizá prepotencia de los efectivos, no son hechos inusuales. Vale recordar el caso de Nicolás Chamorro, un joven motociclista que murió al chocar contra un patrullero que circulaba en contramano el 8 de diciembre pasado, en Rivarola al 7000. El caso tiene un efectivo imputado de homicidio culposo doblemente agravado. El 28 de marzo dos personas fueron embestidas por un móvil policial cuando circulaban en su moto por Grandoli y Polledo, en barrio Nuevo Alberdi. La pareja contó a Canal 3 que los efectivos circulaban sin sirena ni balizas encendidas, en una supuesta persecución, y detallaron una serie de malos tratos que tuvieron hacia ellos.
“Gastón participaba del taller de carpintería de Villa Banana Pura Lija. Era un pibe muy simple y amiguero, todo el mundo lo quería; sencillo, humilde y laburante. De buen vínculo con su familia. Participaba de las cosas que se daban en el barrio”, recordó Peralta. «Esto no es un accidente de tránsito, es violencia institucional y forma parte de un nuevo modus operandi de la Policía. Utilizan los vehículos como arma”, señaló Peralta, quien participa del taller Pura Lija.