Un hombre de 36 años que estaba internado desde la madrugada del domingo en el Heca con una herida de bala en la panza falleció anteanoche. Sus familiares aseguraron a El Ciudadano que lo mató su novia o su suegro cuando él fue a sacar sus pertenencias de la casa de ella tras separarse. La víctima tenía pedido de captura por una causa de violencia de género y estuvo acusado hace algunos años de intentar prender fuego a otra mujer –entre otros antecedentes penales–. A su vez, los allegados al fallecido se quejaron porque durante la internación no se les permitió el ingreso a terapia intensiva para despedirse.
A Javier Lencina lo encontró un vecino de Crotone al 1100 —tres cuadras al sudoeste de San Martín al 7000— tirado en el piso, con una herida de bala en la panza, a eso de las 3 de la madrugada del domingo. Como lo conocía del barrio, salió corriendo y le avisó a los familiares del herido, quienes lo fueron a buscar, lo cargaron en un auto y lo llevaron al Roque Sáenz Peña. Lencina fue revisado y trasladado al Heca, debido a la gravedad de su cuadro clínico. A las 3.50 lo ingresaron a la sala de terapia intensiva para atenderlo por una herida de arma de fuego en el abdomen y le indujeron el coma, para intentar estabilizarlo; pero nunca se recuperó. A las 19 del anteayer falleció, sin poder contar lo que le había pasado.
El esclarecimiento del homicidio quedó a cargo de la fiscal Georgina Pairola, con la colaboración de la Policía de Investigaciones.
La teoría de la familia
Si bien los investigadores no brindaron datos sobre los posibles matadores, allegados a Javier dieron su versión de lo ocurrido al ser entrevistados por este diario. Para ellos, el muchacho fue ultimado en medio de una disputa con Cintia, su última pareja.
Según lo que pudieron averiguar, el sábado a la noche o el domingo a la madrugada Lencina fue a la casa de la que era su novia, que vive en Crotone al 1100 —la misma cuadra en la que residía él—, para llevarse sus pertenencias, porque se habían separado días antes. Fue en este contexto que el hombre fue ultimado. “Le disparó ella o el padre y después lo dejaron tirado en la calle para que se desangre”, aseguró una familiar del fallecido.
Historial violento
Durante su internación en el Heca, los familiares de Javier no pudieron visitarlo. “Sólo nos dejaron pasar cuando se murió. Los médicos nos decían que no tenía posibilidades de sobrevivir, pero no nos dejaron despedirnos”, señaló una allegada a la víctima.
Según explicaron desde el Ministerio Público de la Acusación, al ingresar al hospital Lencina quedó incomunicado y se le colocó custodia policial porque tenía un pedido de captura del Juzgado de Ejecución Penal por una causa de violencia de género.
Hace dos años, en abril de 2014, había sido detenido, acusado de intentar prender fuego a su ex mujer, la mamá de su hijo. De acuerdo a lo que contaron fuentes del caso, ese día Lencina fue hasta la casa de su ex en la zona de Molino Blanco, la roció con alcohol y estuvo a punto de quemarla viva; pero la mujer logró escapar y lo denunció, como ya había hecho en otras oportunidades.