Un hombre de 70 años fue condenado a pasar una década en prisión por abusar sexualmente de dos primas de 10 y 11 años. Las madres de las víctimas, hermanas entre sí, también fueron condenadas a las penas de 8 y 9 años respectivamente al considerar que brindaron colaboración esencial para que los abusos se produzcan, una de ellas al presenciar los abusos y obligar a las niñas a quedarse en la casa del abusador y la otra por permitir que su hija frecuentara la casa del acusado, a pesar de conocer los ultrajes. El hecho tuvo lugar en la ciudad de Cañada de Gómez, durante 2011 y se descubrió a raíz de una enfermedad vaginal que sufrió una de las pequeñas, lo que derivó en la denuncia del hecho. La decisión fue tomada por el Juzgado de Sentencia de la 8ª Nominación.
Una molestia en la zona genital de una niña de 10 años que se encontraba en un Hogar de Tránsito desató la denuncia penal contra Rubén H. La presentación la realizó la madre de la menor, Ana G., quien el 9 de abril de 2011 se acercó hasta una seccional de la ciudad de Cañada de Gómez, y sostuvo que su pequeña le comentó que tenía molestias vaginales por lo que fue al hospital donde la médica de guardia, luego de revisar a la paciente, llamó a la Policía.
Según la presentación, la niña le dijo a su madre que desde diciembre de 2010 era víctima de abusos cometidos por el novio de su hermana (tía de la niña).
El acusado, también conocido como Pichón, mantenía una relación sentimental con Adela B., quien llevaba a la casa del hombre a su hija de 11 años para que cuidara por 20 pesos al hijo de 5 años del acusado.
También frecuentaba el lugar su sobrina de 10 años (quien debió consultar al médico por molestias vaginales). En ese contexto el imputado ultrajaba a las niñas en presencia de la mujer.
Incluso la mayor de las chicas sostuvo que le pedía a su madre que la sacara de la vivienda y ésta le decía «no, vos te vas a quedar acá con él». Además el hombre le exhibía películas pornográficas que fueron encontradas en la habitación del imputado, en un lugar que había señalado una de las pequeñas.
En su relato, la pequeña de 10 años sostuvo que se encontraba residiendo en un Hogar de Niñas y que en un momento, el acusado le pidió a su madre (Ana) permiso para sacarla a pasear, aunque la llevó a su casa y abusó de ella.
Ambas víctimas coincidieron en que el hombre las amenazaba diciéndoles que mataría a sus hermanos si contaban lo sucedido, y que en algunas oportunidades las abusó al mismo tiempo y ante la mirada de Adela.
Los dichos de las niñas fueron respaldados por un informe médico, que decía que a una de ellas se le detectaron formaciones verrucoides posiblemente provocadas por transmisión sexual.
Además el magistrado tomó en cuenta diversos testimonios que corroboraron la presencia de las chicas en la casa de Pichón, incluso un familiar de las nenas sostuvo que, en una oportunidad, una de ellas llegó manchada de sangre y su madre afirmó que se había lastimado una verruga que tenía en la vagina.
Por su parte, el acusado reconoció que las niñas iban a su casa, que miraba películas de alto voltaje sexual y que se acostaba en la misma habitación con su pareja y la hija de ésta. A lo que agregó que la otra niña tenía problemas en la zona vaginal pero no supo explicar como tomó conocimiento de eso, refiere el fallo.
Respecto a las dos hermanas, el magistrado Julio César García, quien resolvió en suplencia de su par Carlos Carbone, sostuvo que Adela presenciaba los abusos y su hermana Ana supo por su hija lo que pasaba y no impidió el contacto con el abusador, y que denunció el ultraje mucho tiempo después.
Con los elementos, el juez Julio César García condenó a Rubén H. a la pena de 10 años de cárcel por abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores en calidad de autor. Mientras que a Adela B. le aplicó una pena de 9 años por los mismos delitos en carácter de partícipe necesaria. La misma calificación le endilgó a su hermana Ana G. aunque esta deberá purgar una pena de 8 años de cárcel.