Orlando Zayas tenía 67 años cuando hace siete años fue asesinado a golpes y puñaladas por al menos tres jóvenes que entraron a robar en su casa de Empalme Graneros. El crimen del jubilado generó gran indignación entre vecinos, ya que llamaron a la Policía alrededor de las 2 de ese 26 de octubre de 2016 pero recién les hicieron caso a las 7.30.
Para cuando los uniformados se dignaron a entrar, encontraron el cuerpo de Orlando dentro de un pozo en el patio de su vivienda. Un joven fue detenido a las 8 de ese mismo día luego de que amenazara con un cuchillo a su pareja y un vecino lo redujera a trompadas. Tenía dinero, un reloj de la víctima y una zapatilla manchada con sangre, fue imputado y quedó en prisión hasta diciembre de ese año cuando se fugó con ocho reclusos de la seccional 13ª. El sospechoso, identificado como Gonzalo Ezequiel Noguera, de ahora 35 años, fue recapturado cuatro años más tarde y la semana pasada terminó condenado en un juicio oral a prisión perpetua como uno de los autores del crimen de Orlando, mientras que sus cómplices siguen sin haber sido identificados.
El fiscal Alejandro Ferlazzo estuvo al frente de la acusación en el proceso oral debido a que su colega Pablo Pinto y a cargo de las primeras medidas de la investigación para dar con los homicidas juró como juez.
Ferlazzo reconstruyó a lo largo de las jornadas del debate donde pidió una pena de perpetua para Noguera. Orlando se había jubilado a comienzos de 2016, luego de pasar cuatro meses internado por una insuficiencia cardíaca.
Antes, se ganaba la vida como empleado de una empresa de seguridad privada pero, según cuentan sus amigos, había quedado con algunas dificultades para caminar. Estaba separado, tenía dos hijos y vivió por 35 años en su modesta casa que estaba al fondo del pasillo en la cuadra de French al 5400.
“Salía a hacer los mandados y tenía que ir parando, porque se cansaba”, explicó un vecino que solía tomar mates en la vereda con él. Todos lo describieron como un tipo tranquilo, cordial.
Eran alrededor de las 2 del miércoles 26 de octubre de 2016 cuando una explosión sobresaltó a los vecinos de la cuadra de French entre Liniers y Larrea. Llamaron a la Policía, a la hora se volvieron a comunicar, pero nadie llegó.
Una vecina hizo lo mismo a las 7.30 luego de advertir que dos jóvenes salieran de la casa de Orlando. Los vio correr por French hacia el este con ropa en la mano. En ese momento, contó que les pegó el grito y los pibes tiraron algunas prendas. Recién ahí aparecieron los uniformados en un patrullero de Comando Radioeléctrico.
Los policías se adentraron al pasillo que terminaba en el domicilio del jubilado y se encontraron con la puerta principal reventada a patadas –los pesquisas supusieron que eso fue la explosión–.
La casa estaba a oscuras y revuelta, pero no encontraron a Orlando hasta unos minutos después cuando vieron su cuerpo tras levantar un sillón, una puerta de heladera y unas maderas que había arriba de un enorme pozo ciego derrumbado. Habían intentado incendiarlo.
Según aportó un investigador que trabajó en la escena del crimen, el pozo tenía unos 5 metros de ancho por 2 o más de profundo, lo había hecho el propio Orlando al intentar arreglar un desagüe.
Los Bomberos recién pudieron sacar el cuerpo cerca del mediodía y la autopsia determinó que la causa de la muerte fue por puñaladas y golpes, de acuerdo a lo que se conoció por el entonces fiscal del caso Pablo Pinto.
Para ese tiempo, los pesquisas buscaban al menos tres homicidas, quienes hicieron una especie de trabajo de hormiga para saquear las pertenencias de la víctima durante las cinco horas que demoró la Policía, según informaron voceros policiales.
La familia de Orlando denunció que el botín de los homicidas era: 37.492 pesos, un bolso deportivo, perfumes, un short, un alicate, dos relojes de pulsera, medicamentos y algunas vestimentas
Idas y vueltas del acusado
Mientras los bomberos intentaban recuperar el cuerpo del jubilado, los pesquisas apresaron a uno de los sospechosos. Fue pasada las 8 de ese día y a pocas cuadras de la casa de French al 5400, pero el operativo policial se organizó por una gresca ocasionada en medio de un caso de violencia de género.
Es que un hombre llamó a los uniformados luego de socorrer a su vecina, a quien su pareja amenazaba con un cuchillo y lo había reducido a golpes.
Los policías detuvieron a Gonzalo Noguera, de entonces 28 años, tenía un llamativo reloj en la muñeca y le secuestraron una bolsa con algo más de 37 mil pesos. El hijo de Orlando reconoció el reloj como uno de los sustraídos y también contó que esa suma de dinero, era la misma que había cobrado su padre de una indemnización.
Criminis causa para un joven sindicado de asesinar a jubilado
Imputación y fuga
El 28 octubre de 2016, Noguera fue imputado por los delitos de homicidio criminis causa (es decir para asegurar la impunidad del delito primario que fue el asalto a Orlando) y robo calificado por el uso de arma blanca.
El defensor oficial Diego Villar se opuso a la acusación de la Fiscalía al hacer hincapié en el tiempo transcurrido y deslizó la posibilidad de que Noguera hubiera conseguido las pertenencias de la víctima luego.
Sin embargo, el fiscal fundamentó su hipótesis con un dato relevante: la huella de una zapatilla que quedó en la escena del crimen, la cual coincidía con el calzado que llevaba al momento de la detención Noguera y que tenía la sangre de la víctima.
El juez Hernán Postman le dictó la prisión preventiva sin plazo para el imputado, es decir hasta el juicio oral. Para la resolución, el magistrado tuvo en cuenta la condena unificada a 5 años y 4 meses por robos calificados perpetrados en 2014 en otras propiedades, y la declaración de reincidencia que tenía Noguera.
Sin embargo, el imputado tenía otros planes y su estadía en la cárcel duró casi dos meses, ya que el 11 de diciembre de ese año se fugó con ocho reclusos por un boquete en el techo de la comisaría 13ª, de San Nicolás al 2023, en barrio Cinco Esquinas.
Recaptura y condena
El sospechoso se mantuvo prófugo por cuatro años hasta que los policías lo recapturaron el 2 de diciembre de 2020, aunque los pesquisas no brindaron los pormenores de la detención.
Noguera quedó en prisión efectivo hasta el miércoles 6 de septiembre pasado cuando comenzó a ser juzgado como uno de los autores del homicidio de Orlando. El debate duró una semana y el jueves de la semana pasada el tribunal –integrado por los jueces Carlos Leiva, Lorena Aronne y Gonzalo López Quintana– lo condenó a prisión perpetua al considerarlo autor de los delitos de homicidio calificado criminis causa y robo calificado por el uso de arma blanca.
A siete años del asesinato de Orlando Zayas en su casa de French al 5400, aún continúan sin identificar los otros dos homicidas.