Facundo Arriola tenía 14 años cuando se fue a vivir con Sergio a una casa en zona sur. La vivienda era de Antonio, un anciano al que Sergio cuidaba. Esta situación era conocida por los padres de Facundo. Sergio era como un padre de crianza, según lo observado por los vecinos pero la noche del 20 de febrero de 2017 todo cambió. El hombre contó que Facundo llegó sacado, comenzó a romper cosas y terminó con un puntazo en el pecho que le causó la muerte.
Sergio terminó imputado por homicidio. Primero, logró un arresto domiciliario y después la libertad. En ese estado llegó este martes a una audiencia dónde las partes presentaron un acuerdo abreviado por exceso de la legítima defensa. Sin la anuencia de los familiares de la víctima y con la firma del fiscal Regional, Patricio Serjal, el acuerdo fue homologado por la jueza María Isabel Más Varela que condenó a Sergio a la pena de 2 años de prisión en suspenso más una serie de reglas de conducta entre ellas la prohibición de acercarse a la casa paterna de Arriola y evitar el contacto por cualquier medio con los familiares de la víctima.
Sergio Eduardo Marina tiene 56 años, dijo ser changarín y no cuenta con antecedentes penales. En 2017, convivía con Antonio en Víctor Andrade al 700, un anciano al que cuidaba. Hacía algunos años que Sergio había recibido a Facundo en la casa. Los vecinos hablaron de una relación padre e hijo y durante la imputativa Sergio contó que Facundo cubrió el espacio vació que dejaron sus dos hijos, con quienes no tiene contacto.
Los padres de Facundo conocían la situación incluso tenían contacto con Sergio. Esa noche, Facundo llegó a la casa y se generó una discusión, el joven comenzó a romper todo porque Sergio había llamado a sus padres para que lo ubiquen, hacía dos días que estaba desaparecido. En esas circunstancias, recibió una puñalada en el pecho por parte de Sergio que lo llevó a la muerte. El cuchillo de 20 centímetros utilizado en el hecho fue secuestrado en el lugar.
No hubo testigos oculares del homicidio. El anciano contó que estaba en otro sector de la casa, dijo que Facundo vino violento y Sergio se defendió. El acusado declaró en la audiencia y contó que el adolescente entró mal a la casa, a destrozar todo porque él había llamado a su madre. “Estaba completamente agresivo, rompió el teléfono, hizo un chiquero”, aseguró. Entonces corrió hasta la casa del vecino y le pidió que llame a la Policía «porque Facundo vino re loco y está haciendo un desastre». Volvió a la casa mientras Facundo le gritaba: “Qué. ¿Vas a llamar a la Policía?” Sergio dijo que lo desconoció y que el chico le pegó una trompada que lo dejó estúpido. “De donde salió esa maldita cuchilla no sé, pero era su vida o la mía”, aseguró. El hombre contó que nunca habían tenido problemas, ni discusiones serias, tampoco se habían levantado la mano.
El vecino confirmó el pedido de ayuda de Sergio para que llame a la Policía. Vio cómo Facundo lo empujaba e insultaba. Después de llamar al 911 subió a su familia en el auto y por lo bajo le avisó a Sergio que había hecho el llamado mientras Facundo le gritaba e intentaba meter a Sergio dentro de la vivienda a los empujones, relató la fiscal Georgina Pairola de acuerdo con lo reconstruido con los testimonios.
Algunos meses después, los familiares del adolescente contaron que Sergio y Facundo mantenían un relación sentimental. Si bien el fiscal de aquel entonces lo reimputó por homicidio agravado por el vínculo, esta teoría no se pudo corroborar con otra evidencia. De la autopsia surgió que Facundo murió a causa de la hemorragia que le produjo la puntada que recibió en el pecho, también se determinó que tenía etanol en sangre y se detectó un remanente positivo de cocaína en orina.
Ante este panorama, la fiscal Pairola explicó que realizaron una nueva evaluación del legajo que le permitió reconsiderar la calificación sin modificar la plataforma fáctica. Tomó en cuenta la declaración de los vecinos, que hablaron de la conducta agresiva de la víctima antes del hecho y detalló que no se incorporó al caso un relato neutral que pueda corresponderse o contrarestar los dichos del acusado, ya que Facundo falleció casi al instante y el anciano estaba en otro sector de la casa.
Sergio dijo que hizo todos los esfuerzos para evitar ese descenlace, llamó varias veces a la Policía y al llegar los uniformados entregó el arma homicida. La fiscal evaluó que el imputado tenía entonces 54 años y problemas de salud y tomó en cuenta los dichos del anciano, quien dijo que Facundo llegó violento y era claro que Sergio se defendió .
En base a ello, Pairola acordó con la defensora oficial Nora Gaspire un acuerdo abreviado por el delito de homicidio con exceso de la legítima defensa. Este planteo lo sostuvo la defensa desde la primera audiencia. Es así que acordaron una condena condicional a 2 años. Sergio, además deberá fijar domicilio, someterse al control del Centro de Asistencia Postpenitencia, abstenerse de consumir estupefacientes y abusar del alcohol. Tampoco podrá acercarse a 500 metros de la casa de la familia de Facundo ni mantener cualquier tipo de contacto con allegados de la víctima.
El acuerdo presentado por las partes, cuenta con la rubrica del fiscal Regional y Pairola explicó que tras notificar a la familia de la víctima, estos no estuvieron de acuerdo con el convenio al considerar escasa la pena. Por su parte, la jueza tras escuchar la exposición y al imputado que consintió el acuerdo resolvió admitir el acuerdo y condenó a Sergio Eduardo Marina a la pena de 2 años de prisión condicional por el hecho a lo que sumó las reglas de conducta.
En defensa de su hermano
Un hermano de Facundo resultó víctima de un hecho de sangre. El 3 de marzo de 2017, Alejandro Oviedo caminaba con su cuñado que a la vez era hermano de Facundo luego de salir de un centro de salud. En esas circunstancias les dispararon desde un auto. Oviedo falleció por las lesiones recibidas aunque después se determinó que las balas eran para el hermano de Facundo. Por el crimen, quedó detenido Lucas P., pareja de una de las hermanas del asesinado Claudio «Pájaro» Cantero, líder de Los Monos.
Según la investigación, el móvil del homicidio se había generado días atrás en medio de un partido de fútbol. Lucas P. comenzó a molestar a Facundo. Su hermano salió en su defensa y se agarraron a trompadas. Lucas se llevó la peor parte. Para la teoría fiscal el ataque a tiros fue en venganza por este hecho aunque los balazos impactaron en la persona equivocada.