Hace dos semanas que a Marcelo Ramírez lo despidieron «sin causa» de la fábrica de línea blanca Electrolux, de Batlle y Ordóñez al 3400. El muchacho se resiste a quedarse sin empleo y ya lo había manifestado. Este jueves volvió a instalarse frente a la planta para pedir su reincorporación. Pero esta vez no sólo lo acompañaron sus familiares y amigos. También fue su hijo Thiago, de 11 años, que padece hipoacusia bilateral (una pérdida auditiva que afecta a los dos oídos) y necesita de la obra social para cubrir los tratamientos. “La pérdida de esa cobertura me pone en una situación muy complicada. Estoy aprendiendo lenguaje de señas para poder explicarle la situación que estoy pasando. No pido que me regalen plata. Quiero recuperar mi puesto de trabajo”, contó a El Ciudadano.
El empleado despedido de la planta de Electrolux dijo que la cesantía es «sin causa» y la considera injusta. “La firma justifica que el sector está afrontando una crisis. Es mentira. Los empleados trabajan las mismas horas y hacen la misma producción. Sólo quieren que los compañeros trabajen más con menos personal”, dijo Ramírez.
El joven, de 30 años –que hace dos estaba en la firma y se dedica a hacer tareas de rutina diaria como embolsar lavarropas y armar termostatos–, aseguró que en su legajo laboral no hay faltas, suspensiones ni apercibimientos.
“Hasta ahora no tuve respuestas la empresa. Necesito trabajar para mi hijo. Es fundamental que tenga obra social para su tratamiento. Solo quiero recuperar mi fuente laboral”, señaló.
Palabra de la UOM
Pablo Cerra, abogado de la Unión Obrera Metalúrgica local, explicó a El Ciudadano que el telegrama de despido que le llegó a Ramírez fue “sin causa” para que no le quede un antecedente negativo en su legajo.
“Hablé personalmente con él y conseguimos que en menos de cinco días le paguen el 100 por ciento de la indemnización. Si te echan y te pagan lo que corresponde no hay posibilidades de reincorporación”, lamentó el letrado.
Según contó el abogado, el gremio quiso ayudar a Ramírez y su hijo, pero éste “no estaba declarado como discapacitado en la empresa”. De allí la complicación.
Cerra explicó que en la planta de Electrolux están ofreciendo retiros voluntarios y adaptando el plantel por la caída de la producción. “La empresa manifestó que tiene que hacer una reestructuración. En algunas fábricas de línea blanca bajaron las ventas hasta un 70 por ciento”, advirtió.
Y siguió: “A la caída del consumo se suma la competencia que generó la apertura indiscriminada de importaciones y los altos costos de las materias primas. Estamos con audiencias en el Ministerio de Trabajo y pasamos de cuarto intermedio a cuarto intermedio. Estamos viviendo un estado de incertidumbre total”.
El abogado de la UOM recordó que en los últimos cuatro meses hubo «en Rosario 803 desvinculaciones, 5.730 trabajadores bajo procedimiento preventivo de crisis y 43 empresas cerradas».
La situación de la empresa
En septiembre pasado la fábrica de línea blanca Electrolux adelantó las vacaciones de todos los trabajadores y cerró durante todo el mes de octubre por la caída en las ventas.
Los dueños de la compañía que hace heladeras, lavarropas y freezers en el oeste de Rosario firmaron en junio un acuerdo en el Ministerio de Trabajo provincial con la UOM para que no haya despidos hasta fines de 2018. A comienzos de este año la firma dio de baja los servicios de 60 contratados y otras 15 personas accedieron a un retiro voluntario.
La industria de línea blanca del Gran Rosario es la más importante del país. En la ciudad hay cuatro fábricas grandes y cientos de talleres satélites que dependen del rubro. Electrolux es la mayor, con mil empleados. Le siguen Bambi, Inelro y Briket.
El sector
Antonio Donello, titular de la UOM Rosario, resaltó que “en la ciudad y la región cayeron 800 puestos de trabajo en los últimos seis meses, entre despidos y retiros voluntarios”.
El gremialista se mostró muy preocupado por la realidad del rubro metalúrgico y la actividad industrial. “La situación es crítica. La línea blanca está en caída, como las carroceras y las fundiciones”, dijo.
Para el secretario general de la UOM, la situación del país es peor que la de 2001. “Es una cadena que empieza con la inflación, sigue con la baja del poder adquisitivo de los trabajadores, la caída del consumo y termina con la pérdida de los puestos laborales. Las medidas que toma el gobierno nacional son en contra del trabajador y promueven el quiebre de empresas y pymes. Este año va a ser peor que 2018”, se lamentó.