El cadáver de un hombre de 48 años con un cuchillo clavado en la garganta fue encontrado ayer por la tarde dentro de su humilde vivienda de zona oeste. La Policía lo identificó como Carlos Ariel Gramajo y dijo que en principio se descarta que el móvil del crimen haya sido robo. “La casa estaba cerrada con llaves, las ventanas estaban cerradas, no faltaba nada, vivía solo. No había desorden”, confió un vocero del caso.
El fiscal Florentino Malaponte dispuso la correspondiente necropsia y ordenó al gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones (PDI) que levante rastros y tome testimonios en la zona. La Brigada de Homicidios de la PDI, a cargo de Diego Sánchez, realizaba desde ayer las tareas investigativas en el lugar. Según trascendió, cuando la Policía llegó al lugar el hombre aún tenía clavada un arma blanca en la garganta. Su casa, una vivienda humilde ubicada en un pasillo de un asentamiento precario de Garibaldi al 6000, estaba ordenada y sin signos de violencia. Una fuente del caso dijo que uno de los hijos de la víctima, de 25 años, se preocupó porque hacía dos días que no tenía noticias de su padre.
Al acercarse al domicilio, se asombró de que las puertas estuvieran cerradas y nadie atendiera. La peor sorpresa se la llevó al asomarse por la ventana y ver su progenitor tendido en la cama, con una mancha de sangre alrededor.