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Lo llevaron en moto al Heca con ocho balazos y dio identidad falsa porque lo buscaban por homicidios

A Franco G. le mataron a dos hermanos. Y tenía pedido de captura, entre otros hechos, por el crimen de una remisera durante una emboscada sobre la ruta 14, cuando iba a buscar a un detenido en Piñero que recuperaba la libertad. También, por el de Brian Calegari, ambos en abril último

Tati, como lo conocen, tiene 27 años y este domingo resultó herido de gravedad durante un ataque a balazos en Servando Bayo y Riobamba. Su cuerpo recibió ocho impactos, y terminó en el hospital de emergencias Heca trasladado en una moto por allegados, que lo dejaron en la puerta y se fueron. El muchacho, pese a las lesiones y tras salir de una intervención quirúrgica, alcanzó a dar un nombre, aunque falso. Dijo llamarse Lucas G., pero las averiguaciones posteriores determinaron que se trata de Franco G., buscado por varios hechos de homicidio. Entre ellos, el de la remisera de Villa Gobernador Gálvez Vanesa Hernández, asesinada durante una emboscada cuando regresaba de buscar a un interno de la cárcel de Piñero que había recuperado la libertad. Fue un resonante ataque en la Ruta Provincial 14, en las primeras horas de la tarde del 26 de abril último.

Tati G. quedó internado en grave estado de salud. Le acertaron ocho disparos el mediodía del domingo pasado: tres en el abdomen, dos en la zona dorsal, uno en antebrazo, otro en el muslo derecho y el restante en el izquierdo. Otros dos muchachos lo llevaron en una moto Honda wave roja hasta la guardia del Heca y se fueron sin decir palabra.

El joven no fue la única víctima en esa balacera. También resultó herida una mujer de 35 años, Rosa Elisabet N. A ella la trasladaron al hospital de emergencias en un Citroën C4 con un balazo en el glúteo izquierdo y otro en el muslo del mismo lado. Estaba fuera de peligro, y dio una versión del hecho. Dijo que esperaba un remís en la puerta de su casa, a la que había dejado con la puerta abierta, cuando vio que un muchacho corría escapando de otro que lo seguía con un arma de fuego en la mano. Agregó que el primero la empujó para meterse dentro de la vivienda. En ese momento, cerró el relato, comenzaron los disparos que la alcanzaron a ella y al perseguido.

La identificación dactilar de Tati coincidió con los datos de Franco G. guardados en la base de datos policial. Allí saltó también que era buscado por varias causas de homicidios que investigan tres fiscales: Georgina Pairola, Gastón Ávila y Alejandro Ferlazzo.

 

Venganzas sin fin: dos hermanos asesinados

Encapuchados irrumpieron en una vivienda, acribillaron a un joven e hirieron a otro

La del joven herido este domingo es otra historia que se nutre de idas y vueltas violentas, de ataques y venganzas sin solución de continuidad. Fuentes policiales recordaron que a él le mataron hace poco a dos hermanos.

A Roland, de 25 años, lo asesinaron el miércoles 21 de abril pasado en la cuadra de Racedo al 4400, en la zona más marginada de barrio Bella Vista. Los tiradores, según los primeros datos, fueron dos encapuchados. Un ataque feroz: la Policía recogió del suelo 30 vainas servidas calibres 9 y 40 milímetros. Los familiares de la víctima recriminaron la ausencia de una custodia, porque ese crimen estaba anunciado. Recordaron que estuvo precedido de varias amenazas de muerte que habían puesto en conocimiento de la Justicia.

Antes, el 5 de enero de 2020 y también en Bella Vista, mataron a otro hermano de Tati. era Kevin Osvaldo G., un adolescente de 17 años. Desde un auto, le asestaron un tiro en la cabeza que le quitó la vida en el momento. Alan, de la misma familia, recibió en el mismo hecho un balazo en una pierna. Se escucharon al menos una docena de detonaciones.

Los investigadores vincularon esa serie violenta con una disputa territorial centrada en el control del negocio del narcomenudeo. Uno de los protagonistas de esa reyerta, dijeron, es el clan familiar que porta el mismo apellido que el de Tati.

 

El crimen de Brian

Sobre Franco G. pesaba un pedido de captura firmado el 14 de mayo último por el fiscal Ferlazzo. Es una causa que investiga el crimen de Brian Calegari, de 28 años, perpetrado en Sanguinetti y Espinillo poco después de las 16.40 del 20 de abril. Los médicos del Heca le diagnosticaron al muchacho un balazo en el pecho, cerca del corazón, y otro en la axila. Lo operaron, pero falleció una hora después de ser atacado. El primer relato de lo ocurrido fue de Sebastián, el padre de la víctima. El hombre dijo que los agresores fueron dos personas que llegaron hasta su casa en una moto, que él estaba en el interior de la vivienda, escuchó las detonaciones y los vecinos le avisaron que su hijo era el blanco. Uno de ellos trasladó al herido en moto hasta el hospital de emergencias, donde falleció.

 

Emboscada a la salida de Piñero

Otra de las causas por la que buscaban a Tati es la del crimen de Vanesa Hernández, la tarde del 26 de abril de este año. La mujer, residente en Villa Gobernador Gálvez, era remisera y una amiga la había llamado por teléfono para pedirle que la asistiera con su auto para ir a buscar al hermano, un detenido en Piñero a quien ese día liberaron. Es que el vehículo en el que lo pasaron a buscar por el penal se había quedado parado cuando regresaban hacia Rosario por la ruta provincial 14, y había que remolcarlo.

La remisera llegó, enganchó los dos rodados y retomaron la marcha. Cuando circulaban por el kilómetro 6, se les acercó una Toyota Hilux blanca, con dos personas. La camioneta se puso a la par del remís y el otro vehículo −una Kangoo− y sus ocupantes comenzaron a disparar. La conductora del coche de alquiler se llevó la peor parte: uno de los proyectiles terminó con su vida en el lugar.

La Toyota en la que se movieron los atacantes, sobre la que pesaba una denuncia por robo, apareció poco después, incendiada, en Batlle y Ordoñez al 5000 de Rosario.

 

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