Héctor Prieto tenía 75 años y vivía solo en su casa de Esquiú al 5500, en Empalme Graneros. Alrededor de las 20.30 de este jueves su hijo, que vive a una cuadra del lugar, lo encontró asesinado y avisó a la Policía. La principal hipótesis es que lo mataron para robarle, ya que de la casa faltaba un televisor de 29 pulgadas.
Faltaban 15 minutos para que el reloj marque las 9 de la noche cuando un hombre entró desesperado a la guardia de la seccional 20ª. Les pidió a los efectivos que lo acompañen a una vivienda de Esquiú al 5500, donde minutos antes había encontrado a su padre herido con un fuerte golpe en la cabeza y tirado en el suelo. Una vez en la casa, los policías observaron que el lugar estaba revuelto y que a simple vista faltaba un televisor de 29 pulgadas del jubilado.
Poco después la escena quedó vallada para que la sección Criminalística de la Policía de Investigaciones proceda a efectuar los peritajes de rigor. La investigación quedó en manos del fiscal de Homicidios Ademar Bianchini. Según fuentes judiciales, la hipótesis que principal es el crimen en ocasión de robo. De acuerdo con los estudios preliminares, el hombre presentaba una herida de arma blanca en el abdomen y un fuerte traumatismo de cráneo compatible con un golpe de botella. Según testimonios, fue visto por última vez con vida alrededor de las 19.
“No se escuchó nada”, dijeron vecinos de Prieto, consternados por la muerte violenta del hombre y preocupados por la inseguridad que se vive en el barrio. “Es un hombre jubilado que no tiene nada. Estaba todo el día sentado en la puerta, todo el mundo lo conoce”, atinaron a decir un hombre y una mujer. Sospechan que quien entró en la casa de Prieto era conocido del hombre y agregaron que horas después de que la Policía se llevara el cuerpo, se escuchó un tiroteo entre la Policía y habitantes de la zona.
“Creemos que fue algo para hacer maldad”, describió la vecina, ya que, aseguró, el hombre llevaba una vida austera y no molestaba a nadie. Otro vecino se quejó la situación que se vive en el barrio: “Está muy complicado. Las criaturas no pueden salir, están a los tiros a cualquier hora. La seguridad no existe. La semana pasada le robaron la moto a una chica acá al lado”.