Familiares y allegados de Lucas Aquino se manifestaron este viernes en la puerta del Centro de Justicia Penal para reclamar información y la entrega del cuerpo de la víctima. Lo que buscan es saber lo que pasó con el hombre que fue baleado en la cabeza por policías el martes pasado y murió en la sala de operaciones del hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Según la versión oficial se produjo un robo en un local de ropa en el barrio Villa Urquiza cuando dos hombres entraron al local con una réplica de un arma calibre 9 milímetros y huyeron. Un móvil policial persiguió a un Renault 12 y terminó hiriendo a Aquino que iba de acompañante en la cabeza. La familia dijo que la víctima era albañil, estaba en blanco en una empresa y volvía de trabajar junto a un compañero que lo llevaba a su casa. En esas circunstancias terminó baleado por policías, remarcaron y negaron que el hombre de 32 años haya participado de un robo ocurrido a pocas cuadras de su casa. La familia espera la realización de la autopsia para la entrega del cuerpo y poder darle sepultura. Desde Fiscalía informaron que la medida se hará el próximo jueves bajo el protocolo de Minnesota.
Yoana tiene 30 años, es la pareja de Lucas y tuvieron tres hijos. En la puerta del Centro de Justicia Penal, junto a sus pequeños de 5, 8 y 13 años contó este viernes a El Ciudadano lo que vivió el martes pasado.
Yoana estaba trabajando cuando le fueron a avisar que su esposo estaba herido. Corrió hasta el lugar, que quedaba a un par de cuadras y se encontró con Lucas tirado en el piso. “Voy entrando al pasillo. El policía no me dejó pasar, me di la vuelta y estaba la ambulancia». A Lucas lo subieron al móvil sanitario pero tampoco la dejaron ir con él al hospital. Entonces corrió hasta su casa y un vecino la llevó hasta el Heca.
“Cuando llegue lo estaban atendiendo. Una hora y media más tarde me llamó el médico. Me dijo que tenía un disparo en la cabeza y me hizo firmar un papel. Entró a cirugía. Pero unas dos horas más tarde el médico salió y me dijo que no aguantó la operación”, contó.
La mujer se quejó porque aún no le entregaron el cuerpo. Yoana dijo que presentó videos de cómo trataron a su marido en el lugar del hecho: “Lo dejaron morir, lo verduguearon. Estuvo mucho tiempo tirado. Le pegaban en el piso, me lo contó la gente que lo vio”, sostuvo.
En tanto, fuentes de la Fiscalía dijeron que el cuerpo no fue entregado a la familia porque falta hacer la autopsia la que tendrá lugar el próximo jueves y se realizará bajo el protocolo de Minnesota, que estipula una serie de pautas para la investigación de ejecuciones extralegales, arbitrarias y sumarias recomendado por Naciones Unidas.
Una amiga de la familia que llegó al lugar contó el destrato que sufrieron de parte de los policías, quienes no la dejaron llegar a la víctima que se quejaba tirado en el piso. «Lo tenían pisándole la cabeza. Él se quería levantar y le pisaban la cabeza y lo pateaban. La gente gritaba que lo lleven y decían que no, que lo dejen morir, que era un caco menos”, describió.
Otra allegada remarcó que Lucas nunca se resistió, bajó del auto y le dispararon en la nuca. «Queremos entender lo que pasó, la familia está tratando de rearmar lo que sucedió. Lo cierto es que Lucas volvía de trabajar», señalaron los familiares y amigos de Lucas, lo cuales negaron que haya estado involucrado en el robo.
El grupo estuvo acompañado por la Multisectorial contra la Violencia Institucional que en un comunicado acompañaron el pedido de Justicia de la familia y pidieron: que el hecho se investigue en forma rápida, integral, de acuerdo a los estándares internacionales y como un caso de violencia institucional.
Además, pidieron el apartamiento de cualquier área, dependencia o fuerza de seguridad que se encuentre en la órbita del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Santa Fe, incluida la Dirección de Asuntos Internos, se documente de manera eficiente y adecuada toda medida probatoria de imposible repetición ulterior y se establezcan las responsabilidades penales de todos los policías involucrados para evitar la impunidad.
La versión oficial
Desde Fiscalía informaron que el miércoles el acompañante de Lucas Aquino fue imputado por el delito de robo calificado por el uso de un arma de utilería y quedó preso preventivamente. La familia argumentó que este joven de 25 años identificado como Isaías J. era compañero de trabajo de Lucas.
Según la versión oficial el robo se produjo en un local de ropa en Larrea y La Paz donde pasadas las 17 del martes 29 de octubre dos hombres entraron con un arma de utilería.
Según el acta policial la secuencia fue presenciada por una pareja que estaba en la vereda vio salir a los asaltantes y llamó al 911. Estas personas siguieron un tramo a los ladrones y avisaron que se movían en un Renault 12. El móvil del Comando Radioeléctrico se cruzó con el auto en el que Aquino iba de acompañante. Una versión policial dice que hubo un solo disparo que rebotó en el auto y le pegó en la cabeza a Aquino cuando se estaba bajando. Y reconocieron que no hubo tiroteo.
La Fiscalía ordenó una pericia balística para determinar la trayectoria de la bala y corroborar si hubo un sólo disparo y si esta versión tiene asidero en el caso. El acta policía aseguró que en el interior del auto encontraron dos bolsas con ropa y un arma calibre 38. La réplica dice que la encontraron cerca del cuerpo de la víctima aunque aseguran que no hubo fuego cruzado, sólo un disparo policial.
El fiscal Adrián Spelta, quien actuó ese día, ordenó también el dermotest a los dos policías que llegaron en un primero, a la víctima y su acompañante y por cuestiones de distribución de trabajo la causa pasará a manos de la fiscal Marisol Fabbro, aseguró la fuente del Ministerio Público de la Acusación (MPA). A lo que sumaron que se esperan los resultados de la autopsia y de los informes periciales para determinar la hipótesis fiscal en el caso.