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Lo persiguen y lo matan de dos tiros por la espalda en un pasillo de barrio Qom

Tenía 34 años y había llegado al barrio siendo niño en los 90. Vecinos contaron que era un muchacho vulnerable y respetuoso. Este viernes, una discusión con soldaditos fue el comienzo del fin de su vida

Rafael Maidana, un integrante de la comunidad Qom asentada en sector que se conoce con el genérico de barrio Toba, en el extremo sudoeste, murió este viernes asesinado de dos tiros en un humilde pasillo al cabo de un persecución que comenzó con una discusión con dos soldaditos de la zona. “Él era amigo de muchos en la cuadra, era tranquilo. Tenía 34 años y era el más grande de un grupito de amigos que siempre se juntaban en las esquinas a tomar o fumar un pucho. Un grupo en situaciones de extrema vulnerabilidad y consumo que muchas instituciones trabajaban acompañándolo”, lo recordaron vecinos de Doctor Maradona al 6000.

Los datos duros de los partes policiales y judiciales señalan que Rafita o Rafa, como era apodado Maidana, murió alrededor de las 20 de este viernes por dos disparos en la espalda.

El llamado al 911 alertó sobre una persona herida en el interior de un pasillo de Doctor Maradona y Pamaló –ex pasaje 1837; desde 2001 bautizado con el vocablo Qom con el que se denomina al tatú carreta– que sería la prolongación de calle Fraga. “Es un pasillo grande que pertenecía al asentamiento La Cava”, contó una mujer que habita ese sector que nació en la década del 90.

“Maidana era del barrio Nam Qom. El punto de referencia es Rouillón al fondo, pero no es todo barrio Toba como se dice. La zona está dividida en 17 sectores”, agregó la mujer con paciencia pedagógica.

Pasillo. Maidana se adentró en él sólo para ser fusilado por la espalda.

 

De Rafita contaron una historia de vulnerabilidad, truncada por una de las tantas violencias que azotan los barrios periféricos. “Él era respetuoso. Sí salía a cirujear para comprarse algo para tomar, pero no es que estaba siempre en el alcohol, sabía medir sus vicios. A veces lo veíamos acompañar a su madre, que ya es anciana, o a su padre. Ellos vinieron cuando se mudaron en el 95 o 96”, contaron vecinos del sector Nam Qom.

El móvil del crimen, según se cuenta en el barrio, parece absurdo: una bronca por un discusión callejera que bien podría haberse saldado con puteadas o trompadas.

“Fueron dos pibes que son soldaditos y que se mudaron hace poco en el barrio. Desde hace una semana se están haciendo los vivos con cualquiera. Él sólo se cruzó en el momento que uno de estos venía en moto y lo bardearon. Ahí empezó todo. Y sin medir palabras, uno hizo un llamado y vinieron en moto y a sangre fría lo mataron de dos tiros, pero fueron tres disparos en realidad”.

Cuando llegó el personal médico, no hizo más que constatar el fallecimiento de Rafita por dos disparos fatales en la espalda y otro en el tobillo izquierdo, dijeron fuentes del caso.

En el lugar no hay cámaras de seguridad que hayan registrado la escena, por lo que los detectives de División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), comisionados por la fiscal Marisol Fabbro, se abocaron a las entrevistas de posibles testigos.

En las redes despidieron a Rafita con un epitafio que habla de la degradación del tejido social y explica, a su manera, que en Rosario hay lugares donde parece que el valor de la vida no se respeta:  “Muchos te conocen y saben que eras un pibe tranqui. Compartiendo un vino con todos, siempre saludando nunca molestando a nadie. Te arrebataron la vida porque sí. Porque muchos se creen dueños de las cuadras y quieran hacer lo que se les cante (…) Vivimos en un barrio en donde muchos crecimos juntos en las esquinas. Nuestros padres se conocen de antes, saben las historias de cada familia. Se siente esa tristeza cuando uno se va porque vamos quedando pocos de los que sabemos respetar”.

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