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“Lo que dijo Macri sobre los Panamá Papers es falso”

El periodista Santiago O’Donnell cuestionó la explicación del presidente sobre su participación en empresas off shore.

Cada vez que ocurre una megafiltración del mundo financiero off shore, el morbo corre detrás de encontrar a los políticos de turno en el rastro de dineros públicos que se esfuman por la corrupción. Pero, en cambio, la constante en cada revelación es la presencia de los grandes empresarios, los representantes de menos del 1% más rico de la sociedad, que usan estos “instrumentos financieros” con el fin de evadir impuestos, fugar capitales o esconder sus patrimonios. El caso de los Panamá Papers lo encontró a Mauricio Macri en su rol de empresario pero cuando ya estaba ejerciendo la primera magistratura del país. Y las explicaciones del líder del PRO de por qué aparecía en la lista de clientes del estudio panameño Mossack Fonseca, lejos de aclarar, agregaron más confusión.

“Hay operaciones de triangulación de dinero de origen desconocido entre la Argentina, Italia, Bahamas y Brasil que hasta ahora el presidente Macri no ha sabido explicar y por lo cual todavía debe explicaciones en el fuero penal económico por omisión maliciosa de declaración y por presunta evasión fiscal”, expresó en diálogo con El Ciudadano el periodista Santiago O’Donnell, quien junto a su colega Tomas Lukin, son los autores del libro Argenpapers: Los secretos de la Argentina offshore en los Panamá Papers.

O’Donnell fue uno de los periodistas que tuvo acceso a los más de 11 millones de documentos que develan el camino para construir sociedades off shore a través de intermediarios y que se inscriben en cuevas fiscales, países que prácticamente no cobran impuestos y les garantizan una privacidad total de sus identidades.

—En el prólogo del libro hablan de la “pasión argentina” del empresariado local por la evasión fiscal y la fuga de capitales.

—Está demostrado, hay números, hay estadísticas. Es parte de lo que ya sabemos, es interesante ver la dimensión que toma porque sumarle la pequeña evasión de uno y de otro, terminan siendo anualmente el valor de la deuda externa.

—La primera reacción de los involucrados es decir que tener una empresa off shore no es un delito en sí mismo.

—Los dueños de las off shore, que tienen estos vehículos para, de mínima, evadir impuestos y de máxima amparar todo tipo de crímenes, se excusan en esos términos. Tampoco son ilegales las armas y sin embargo cada vez que hay alguna de estas matanzas la gente sale a pedir que se controle el uso de estas armas. Claudio Belocopitt, el dueño de Swiss Medical, lo dijo en el libro: “Las off shore son como armas, a veces sirven para tiro al blanco y a veces para asesinar gente”. Siguiendo la alegoría de Belocopit, no veo lo que él llama tiro al blanco, para mí igual hacen mucho daño. Es más bien un tiro al pichón. No hay buenas razones para tenerlas. Por supuesto que te van a argumentar que el país es inestable, que la hiperinflación… Pero si vos lo tenés en guaridas fiscales es porque no querés pagar impuestos. Por supuesto hay muchísimas razones legítimas para que una persona tenga una cuenta o una empresa en el exterior, ahora si la tenés en un país donde casi no se tributa, donde la opacidad es prácticamente absoluta y donde no tenés ningún negocio ni ningún interés, entonces claramente hay de mínima un acto de elusión fiscal.

—Puntualmente en el caso de Macri, sus explicaciones públicas permitieron develar el movimiento de sus empresas off shore.

—Y sobre todo develar que todo lo que dijo el presidente con respecto a los Panamá Papers es falso, que todas las explicaciones que dio eran fabricadas y no eran verdad. Después no sé si un asesor le sopló mal o no se acordaba bien o qué es lo que pasó pero sea o no sea legal, hay operaciones de triangulación de dinero de origen desconocido entre la Argentina, Italia, Bahamas y Brasil que hasta ahora Macri no supo explicar y por el cual todavía debe explicaciones en el fuero penal económico por omisión maliciosa de declaración y por presunta evasión fiscal.

—En otros países hubo renuncias de funcionarios públicos, acá es impensado eso…

—La primera ministra británica, Theresa May, a propósito de la aparición de los Paradise Papers, acorralada por el escándalo y la indignación tuvo que por lo menos salir a decir que iban a ver cómo revisaban esta política de paraísos fiscales. Ni al presidente Macri ni a su gabinete de CEOs se les  escuchó una sola palabra sobre el daño que causan esas fugas de capitales al país, que muchos de ellos, como por ejemplo el secretario Luis Caputo, promocionan en persona. La verdad es que no es sólo un tema de rutas y hospitales que no se construyen sino que es un tema de soberanía, de flujos que afectan la autonomía de maniobra de los presidentes del Banco Central, de los ministros de Economía, de los propios presidentes, que dificultan la distribución del ingreso y dificultan el desarrollo general de un país.

—Cabe destacar que acá no hay grieta: macristas y kirchneristas estuvieron involucrados.

—Seguro. Es muy interesante también como la llamada ruta del dinero K, que denunció en su momento el fiscal José María Campagnoli y que la denuncia fue tomada por los fondos buitre, terminó siendo la ruta del dinero A (por Argentina) porque no solo Lázaro Báez las usó para fugar dinero sino también el propio Jorge Macri uso una de esas empresas, le dio un préstamo que hoy está investigando la Justicia porque no se condice con su patrimonio.

—Teniendo en cuenta que apenas en un 3% están involucrado políticos, como sociedad ¿somos más permisivos con la corrupción empresarial?

—Los empresarios son los que tienen el verdadero poder, eso es una de las cosas que uno aprende estudiando estas megafiltraciones. Está el poder temporario de los políticos que son casi amanuenses en algunos casos de los grandes empresarios y está el poder permanente de las corporaciones que pujan por la captura de rentas con los estados y terminan ganando y por eso tienen sus mal llamados paraísos que en realidad son guaridas. La narrativa de los medios con los Panamá Papers o ahora los Paradise Papers lo muestran como si fuera una extravagancia de ricos y famosos. Nosotros que nos pasamos un año mirando estos papeles, una y otra vez, con lo que nos encontramos es con grandes empresarios y no es que estaban ahí por casualidad, sino porque es parte inherente al sistema.

Las off shore del presidente

Fleg Trading Limited fue la empresa off shore radicada en Bahamas en las que Mauricio Macri apareció en su directorio junto a su padre Franco y su hermano Mariano. Desde el entorno del presidente habían dicho que fue creada para gestionar negocios en Brasil, el desembarco de Pago Fácil en el país vecino, pero que como ese negocio no se llevó a cabo, la empresa no fue utilizada. La investigación de O’Donnell y Lukin descubrió que aquel desembarco sí se realizó pero la off shore nunca figuró en las declaraciones juradas de ninguno de los Macri. Luego se sumó otra off shore: Kagemusha. Y Mauricio aún afronta un proceso judicial por omisión maliciosa y negociaciones incompatibles con la función pública.

¿Quiénes estuvieron atrás de la megafiltración?

—Las especulaciones de quienes estuvieron detrás de esta megafiltración son muchas. Se dice que Estados Unidos filtró los datos para desacreditar al presidente ruso, Vladimir Putin; también que fue una presión a Panamá para que deje de ser un paraíso fiscal; o incluso Paul Singer y los fondos buitre que andaban tras activos argentinos. ¿Qué lectura hacés?

—Tiraste tres líneas de investigación todas correctas y que no se excluyen. Hay por un lado una guerra geopolítica, que cada vez más es una guerra de información y de datos entre Estados Unidos y sus rivales geopolíticos China y Rusia. Eso queda claro sobre todo en los Panamá Papers donde quedan muy involucrados los presidentes de China y Rusia y prácticamente no cae nadie de Estados Unidos. Después también hay una pelea muy grande entre los paraísos fiscales donde aparentemente Suiza es el número 1, Estados Unidos el número 3 y estas revelaciones claramente dañan a los paraísos fiscales en pequeñas islas o pequeños estados ya sea en el Caribe o el Pacífico Sur. Con esto se fortalecen como paraísos fiscales Estados Unidos y Suiza, entonces también hay una competencia ahí. Y por otro lado claramente a esta altura el principal sospechoso, y no dicho por mí sino por el propio Mossack Fonseca, de haber generado la filtración son los fondos buitre y Paul Singer en particular. Singer tenía un negocio de varios miles de millones de dólares e intentó por todas las formas posibles que la información de Mossack Fonseca se hiciera conocida y cuando fracasó, al poco tiempo vino el hackeo. La primera información que da la fuente anónima a los periodistas de los Panamá Papers es sobre la Argentina. Entonces claramente había una intención de Paul Singer que se frustra al no encontrar a Cristina Fernández de Kirchner en los Panamá Papers para poder embargar esas cuentas. Y Cristina termina no apareciendo y a último momento aparece Macri y se produce un volantazo en la manera en que los diarios terminan cubriendo el tema. Claramente hay intereses cruzados y distintas disputas y factores que facilitan que estas verdaderas bombas atómicas de información estallen.