Fuente, ADN Periodismo Federal
El ex ministro de Seguridad de Santa Fe, Marcelo Sain, contextualizó el homicidio del líder de la barra brava de Rosario Central. “Pillín no estaba de acuerdo con la violencia ni con los tiros porque en el negocio, la violencia pone luz y obstruye el mismo negocio”. “No se pudo ni siquiera hacer el velorio de Pillín ya que hubiera sido un gesto de apoyo de una porción muy importante de la ciudad y eso hubiera sido un desmérito para el Gobierno Nacional que construyó el relato de que la ciudad de Rosario está controlada”.
“Rosario está atravesada por el narcotráfico. Gran parte de su economía está sentada en la rentabilidad generada por el mundo narco junto con otros negocios económicos que tienen que ver con la evasión de impuestos vinculados a la economía legal”.
“Desde el ministerio de Seguridad intentan minimizar el asesinato de Pillín Bracamonte planteando que apenas se trató de una pelea por la interna de la barra brava de Rosario Central”.
“En realidad lo que está en juego es la rentabilidad del negocio, todo el mundo muere y mata por el dinero que genera el mercado del narcotráfico que es enorme y cuantioso y es un mercado que nunca estuvo ordenado estatalmente como sí lo está en CABA o GBA o como en Córdoba”.
“La policía tiene el monopolio de establecer quien puede traficar y quien no. La policía tiene la portería del sistema penal y abre o cierra la llave”.
“Estos policías, como los de CABA o los de Gran Buenos Aires, manejan el negocio de la droga y habilitan a determinados grupos a cambio de que no haya un desborde de violencia y también a cambio de una rentabilidad”.
“El homicidio de Pepín Bracamonte está en línea con otros dos. El primero fue el de Luis Medina en abril de 2013 y el segundo el del Pájaro Cantero en diciembre del 2013. Junto a Pillín, estos 3 actores son los que entendían que no había que tirar tiros”.
“En ese momento trataban de dividir la ciudad de Rosario porque el negocio estaba en expansión y entendían que había dinero para todos y que la violencia no generaba ningún rédito”.
“La muerte del Pájaro y Medina generan una guerra tremenda que atravesó toda la década entre el heredero de Luis Medina y el asesino de Medina que fue Alvarado. El líder empieza a monopolizar Los Monos”.
“Con Pillín pude dialogar cuando estaba al frente de la policía judicial porque teníamos contacto con algunos de los lugartenientes de estas personas. Si no era yo, eran los fiscales con los que trabajaba”.
“En el caso de Pillín lo entrevisté en plan académico en septiembre de 2021. Ya no estaba en el ministerio de Seguridad. Me interesaba conocer la historia que él me contó. No quería entrevistarlo sobre la coyuntura porque a estos referentes es muy difícil hacerles preguntas en ese sentido”.
“La gestión de Bracamonte de la seguridad como narco en medio de una vorágine de homicidios vinculados al mercado de drogas, se quiere parar y se prefiere que haya gente del narco con cabeza que rechace la violencia y gerencien el negocio de manera pacífica antes que tener a unos salvajes”.
“El gobierno de Pullaro ha conseguido un apoyo político institucional que no tuvo ningún gobierno anterior. Consiguió una presencia muy activa de gendarmería a través de un plan que se articula muy bien y es saturar los barrios más calientes en esta materia. Eso no se había logrado antes”.
“Yo no lo pude lograr porque no tuve la asistencia del Gobierno Nacional. No se ponían de acuerdo las fuerzas porque no querían trabajar, no tenían una conducción fuerte como sí ejerce Patricia Bullrich”.
“El sábado a la noche ya estaba la secretaria de Seguridad Pública en Rosario. Eso es voluntad y decisión política y me genera una sana envidia”.
“Lo que interpreta Patricia Bullrich es que si Rosario se desmadra, es un golpe fuerte para el Gobierno Nacional. Bullrich no trabaja para Pullaro”.
“Lo que hace Pullaro es poner en línea con el resto de las provincias a Rosario haciendo un acuerdo con aquellos que ordenaban el gatilleo”.
“No sabemos que va a pasar de ahora en más después del asesinato de Pillín. Habrá que esperar”.
“Tenemos que ir a una política de construcción de un Estado legal que tiene que regular, pero no tiene que asociarse con las mafias. No hay que pactar con los grupos criminales”.
“Ningún dirigente político quiere discutir estas cuestiones”.
