“Lo que pasa hoy en el estadio de Rosario Central tiene solución”, así de categórico fue el Licenciado Alejandro Abud, especialista en higiene y seguridad en eventos públicos. El Magister en Investigación y Gestión de la seguridad pública recibió a El Ciudadano para hablar de lo que hoy sucede cada vez que juega el Canalla como local en el Gigante de Arroyito. Y para dejar en claro de quién depende este tema que tanto preocupa hoy a los dirigentes auriazules, sentenció: “En un estadio de fútbol el mayor responsable es el club, luego puede haber otras entidades que puedan tener responsabilidades; pero el primer responsable es el club”.
Abud tiene muchísima experiencia en la materia, tanto en la práctica como en la teoría. Es profesor en la carrera de Higiene y Seguridad en la UCA y en la Ucel. Además, fue uno de los principales responsables en la Licenciatura en Seguridad Pública que se estudiaba hace un tiempo en la Universidad del Salvador.
“Una de las cuestiones es principales pasa cuando se arma la mesa de coordinación. Muchas veces se avasallan derechos de un tercero imponiendo la orden de algunas de las instituciones que se presume que tiene mayor rango. En realidad, la primera cuestión es saber quién es el responsable del evento, del suceso. Uno contrata a los adicionales (de la policía) o seguridad privada para un fin específico; más allá de lo que pueda sugerir la policía por su experiencia, el responsable es el club”, aseguró. Y luego añadió: “Hoy se le ha cedido una potestad a la policía que no debe tener”.
—Hay muchos problemas en los accesos del Gigante…
—No es un problema nuevo, es viejo. A mí me tocó resolverlo en 2008. Central decidió que los socios iban a entrar con el carné y la cuota al día, yo planteé que ese es un problema porque el club tiene más socios que capacidad en su estadio. En aquel entonces le pedí que cada socio que quisiera ir a las cabeceras saque un ticket, uno amarillo y otro azul de acuerdo a donde iban. De esta manera solamente iban a ir a la cancha los que tuvieran tickets, los que no, no. Implementamos un anillo a cien metros de los ingresos, es decir que los que pasaban ese anillo eran porque ya habían retirado su entrada en la semana. Habíamos dejado un pulmón en cada popular porque preveíamos también el tema de las falsificaciones y resultó.
—Entonces, ¿el problema tiene solución?
—El problema tiene solución y arranca en que Central tenga un buen departamento de higiene y seguridad. Los que van a hacer servicios adicionales tienen que ser controlados por el club. Pero muchas veces los clubes no tienen profesionales en la seguridad pública o no tienen la experiencia.
—Por tu experiencia, de acuerdo a lo que viene ocurriendo, ¿creés que si no se soluciona puede pasar algo grave?
—No quepan dudas. Lo peor que puede pasar es que la policía sea parte del problema. No hay que olvidarse de lo que pasó en Gimnasia-Boca el año pasado (NdR: falleció un simpatizante de Gimnasia); se tiró humo y es invasivo. La metodología de represión es la última instancia. Hay clubes que no saben las normas que hay que cumplir porque la policía dice lo que hay que hacer y ya está, no es así. Se necesita gente que sepa del tema. Un líder que pueda organizar y coordinar con la policía, la municipalidad, etc.