Un amor, todos los amores. Un cuerpo, todos los cuerpos. Un sentimiento, todos los sentimientos. Un actor interpreta a una actriz trans en Amor puto, un juego de palabras, la mímesis de un cuerpo que se transforma en otro. Todo transcurre en un camarín, lugar mítico si los hay para un artista, que entre confesiones y referencias de su vida personal desanda su presente de desamor y desdicha, un amor que en el título parece “maldecido”.
“Ella, desde la «soledad concurrida» de su camarín, habla con su público de su intimidad. Su discurso persigue, sin alcanzarlo, una coherencia que disimule su estado. Y en ese esfuerzo fallido quedan expuestos deseos, frustraciones, fantasías, ideas, identificaciones y la profunda incoherencia que anida en su ser. Su cuerpo se vuelve campo estallado donde parte de su vida se pone en cuestión desde una ambivalencia de ideas y sentimientos contradictorios, con los que intenta lidiar de algún modo. La crisis se vuelve poesía, la angustia se viste de humor y ella, lejos de ser una heroína, comparte impúdicamente la metáfora de una crisis cotidiana”, sostiene el bello y profundo texto de presentación de Amor puto, obra teatral que se presenta los viernes, a partir de las 22, en el Centro de Estudios Teatrales (CET, San Juan 842), y que reúne a dos talentosos teatristas locales, Cristhian Ledesma (actuación) y Alejandra Codina (dirección).
“Todos los seres humanos, alguna vez en la vida, nos enamoramos o nos desenamoramos; lo que planteamos de entrada como idea para esta obra es una situación absolutamente universal y cotidiana de cualquier persona, pero vivida por un personaje trans, algo que va ligado, más allá de la sexualidad, a la condición humana”, explicó, abriendo la charla, el actor Christian Ledesma, oriundo de Entre Ríos pero radicado en Rosario, egresado de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres, a quien se pudo ver en trabajos recientes tales como Quiero que gustes de mí o Voyeur.
Ledesma habló de la construcción de un personaje que el imaginario popular suele asociar con la prostitución, casualmente o no, en un momento donde ciudad y provincia han puesto en discusión el cupo laboral trans. “Este trabajo surge del encuentro entre Alejandra (Codina) y yo; y el material preexistente es el que, en parte, yo ya venía trabajando con mis animaciones, donde compongo personajes transformistas. Después vino toda una etapa en la que fuimos redescubriendo qué queríamos contar más allá de la idea inicial, y apareció lo ideológico. En ese recorrido fue que surgió esta actriz trans cuyo transcurrir se da un contexto laboral que nada tiene que ver con la prostitución; fue una elección que este personaje pertenezca a un contexto artístico. Creemos, en relación con la temática, que es una propuesta que no habla de las diferencias y quizás eso sea lo novedoso. No venimos a hablar de una diferencia sino que estamos hablando de algo, de un desengaño, que nos puede pasar a todos. Para este personaje lo importante es el dolor o el amor y no qué es o qué define su sexualidad”, detalló.
En coincidencia con un criterio que busca instalarse en el campo social respecto de los bordes cada vez más difusos en cuanto a elecciones sexuales, y en un tiempo en el que impera la diversidad de géneros, el actor reflexionó: “Como siempre pasa con el teatro, nada es casualidad, y si bien es cierto que la sociedad, por momentos, parece estar muy preocupada por el rótulo o las definiciones, es muy interesante lo que se genera con el público que viene a ver el espectáculo, porque esta obra es un unipersonal en tono de comedia dramática; es decir: tiene cosas de humor muy potentes y otras situaciones que rozan cuestiones más trágicas o dramáticas; de todos modos, lo más interesante que ha generado esta propuesta tiene que ver con que la gente no se plantea cuál es la condición sexual del personaje, porque lo que se trasluce en primer plano es la condición humana”.
Respecto de la poética que transita la puesta, el actor detalló: “En los pasajes de humor sucede particularmente que es importante la presencia del público, es necesario ese ida y vuelta porque de otro modo la propuesta poética no funcionaría. Y acá se da algo singular gracias al trabajo de Alejandra, que es muy talentosa como directora, porque maneja cierta complejidad del discurso que, sin embargo, no implica una complejidad de lectura para el espectador. Ella, con el material que yo traía y con el que fue surgiendo, pudo proponer una combinación de signos y de recursos, como música o videos en escena, haciendo siempre hincapié en la actuación, pero trasciende todo eso y genera una especie de síntesis poética que le permite al espectador ese viaje imprescindible que habilita a transitar por varios estados”.
Finalmente, el actor habló de “lo propio y lo construido” como sustento de una historia que busca volverse universal. “Es inevitable recurrir a algo propio cuando se actúa y, sobre todo, cuando se trabaja de esta forma donde el material surge, en parte, de la improvisación. No es un relato biográfico, pero hay situaciones o anécdotas propias que sirvieron como disparadores y que después adquirieron un vuelo propio. Ahí están nuestras ideas, posturas políticas, vivencias y una inevitable crítica a la realidad; es una obra que tiene mucho de nosotros. No sólo hacemos un abordaje del material pensando en la actuación o en el teatro, sino, y sobre todo, en una cuestión ideológica”.
Reconocimientos
Estrenada en Kika, y recientemente presentada en la 31ª Fiesta Provincial del Teatro, Amor puto quedó seleccionada para participar de la Fiesta Regional, al tiempo que su protagonista fue distinguido por su actuación. Además, la obra, seleccionada dentro del concurso municipal Cosecha Escénica 2015, cuenta con el apoyo de la subsecretaría de Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia. “Es una Secretaría nueva, y también estamos generando contactos con el área Diversidad de la Municipalidad de Rosario, pero desde el comienzo nos vinculamos con instituciones que trabajan sobre políticas de género”, expresó Ledesma.
