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“Lo único que querían era tapar todo”

Ya son querellantes las víctimas de policía que atropelló y mató.

Fue la segunda vez que Juan Cruz, de 14 años, vio al hombre que lo atropelló. La anterior fue el día de la tragedia, a mediados de diciembre, cuando estaba sentado en la puerta de la casa de su tía y observó el final de una persecución. Primero vio pasar una moto y luego un furgón policial a toda velocidad que chocó contra un auto, perdió el control, se subió a la vereda y se le fue encima. Aunque reaccionó rápido, esos segundos le cambiaron la vida para siempre. Porque el vehículo le arrancó una pierna y mató a su tía, que era como su segunda mamá. Juan Cruz y su tío se constituyeron como querellantes en la causa que enfrenta el policía Ariel Carlos Alonso Blanco, de 34, por homicidio y lesiones gravísimas.

¿Por qué el transporte público era conducido por un oficial sin licencia? ¿Por qué se utilizó un vehículo para traslado de personas, de gran porte, para una persecución? ¿Por qué no se usaron sirenas ni balizas a excesiva velocidad? Esas son algunas de las preguntas que impulsaron a las víctimas a constituirse como querellantes. La audiencia se celebró ayer a la mañana ante el juez Gustavo Pérez de Urrechu, quien admitió dos querellas: por un lado a Mariana, mamá de Juan Cruz (representada por los abogados Salvador Vera, Guillermo Campana, Nicolás Vallet y Analiza Abreu) y por otro a Horacio, el viudo de Yanina Ferreira (con el patrocinio de Fernando Sirio).

“Fue bastante pesado el encuentro. Tuvimos que cruzarnos con el chofer. Mi hijo no hizo ningún comentario pero lo volvió a ver. Da mucha impotencia, porque mientras que me hijo se priva de un montón de cosas, tiene 14 años y una pierna amputada, él está libre como si nada”, dijo la mamá de Juan Cruz a El Ciudadano luego de la audiencia.

“Quiero creer que la Justicia va a hacer lo que corresponde. Porque hubo responsabilidad en lo que pasó. El policía no tenía carné, no estaba habilitado para manejar ese vehículo. Eso está prohibido, pero además no se puede hacer una persecución en un minibús para traslado de personas a esa velocidad horrorosa en una cuadra de barrio”, resaltó Mariana, quien refirió que el vehículo iba a más de 80 kilómetros por hora.

“Tampoco venían con sirena. Mi hijo se acuerda de todo porque en ningún momento perdió el conocimiento, ni cuando perdió la pierna. Tuvo una mínima reacción de querer correrse, si no lo agarra completo y lo mata”, siguió Mariana quien recordó que los vecinos tuvieron que “obligar” a los policías a que los ayuden porque “lo único que querían era tapar todo”.

En ese sentido agradeció la ayuda del barrio. “Sacaron la puerta de una casa, lo cargaron arriba y lo metieron adentro del patrullero, si la Policía no lo llevaba al hospital los vecinos los linchaban. Mi hijo pedía por favor que lo lleven porque se estaba desangrando. Un vecino le hizo un torniquete, si no se muere”, contó su mamá, que pasó 20 días yendo dos veces por día a terapia intensiva del Heca sin saber si su hijo iba a recuperarse.

“Ahora está en rehabilitación. Lo superó bastante bien, demasiado. Estoy viendo de conseguirle asistencia psicológica. Es muy doloroso ver que tu hijo no puede seguir con su vida normal. Y muy triste también. Iba a la escuela, a la cancha, jugaba a la pelota, salía con los amigos al cine, al centro, andaba todo el día en skate. Hoy no lo puede hacer, va en remís a estudiar y perdió a su tía, que era como su segunda mamá”, lamentó Mariana tras resaltar los buenos amigos que tiene Juan Cruz, que lo apoyan y lo incentivan a diario.

El policía Ariel Carlos Alonso Blanco fue imputado, en libertad, el 18 de abril pasado por homicidio culposo y lesiones gravísimas con una inhabilitación para conducir por tres meses. La calificación penal no conformó a las víctimas, que a partir de ayer, se constituyeron como querellantes y pueden participar de la pesquisa.

El siniestro ocurrió la tarde del 16 de diciembre en Ameghino y 1º de Mayo de zona sur. Fue cuando el utilitario Renault Master con el que Alonso perseguía a un motociclista a toda velocidad porque “había eludido un control de rutina” en Grandoli y Gutiérrez colisionó con otro auto y atropelló sobre la vereda al adolescente y a su tía, de 40, quien falleció por las lesiones del impacto que le provocaron traumatismo de cráneo grave, la amputación parcial de ambas piernas y fracturas de húmero, radio y cúbito.

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