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Condenado a 39 años de prisión por violar e intentar matar a su hija

Mantuvo a su hija a su merced desde los 12 a los 18 años. Tiempo en el que la abusó sexualmente, la dejó embarazada e intentó matarla. Ella escapó, lo denunció y llevó a juicio al agresor que terminó sentenciado este miércoles

Durante 6 años fue víctima de su padre. Todo arrancó cuando tenía 12 años pero los abusos se incrementaron hasta la violación. Cuando tenía 14 años M. quedó embarazada a causa de las agresiones sexuales. A los 17, su padre la baleo en el cuello y la dejó parapléjica. Tras su recuperación la llevó de Granadero Baigorria a la provincia de Chaco. También se llevó a su hermana y continuó con los abusos hasta que M. logró volver y hacer la denuncia. La víctima recibió el acompañamiento de un Equipo Interdisciplinario del Centro de Asistencia Judicial (CAJ). Este miércoles se conoció la sentencia del juicio oral que arrancó a principios de mes. Un tribunal pluripersonal condenó al agresor, por unanimidad, a 39 años de cárcel. Una de las funcionarias actuantes adelantó que durante el juicio se conoció que también la hermana era abusaba por lo que se giraran las actuaciones al Chaco para que se abra una nueva investigación. M. escuchó la condena y lloró por una especie de alivio. Al salir de la sala dijo: “Me voy feliz. Libre. A empezar a vivir, a ser. Me siento una plumita, liberada”, contó mientras se abrazaba con las personas que fueron a acompañarla.

A las 12.30 en la sala 10 el tribunal a cargo de Facundo Becerra, María Chiabrera y Román Lanzón ingresó a la sala dónde aguardaba esposado junto a su abogado Mario C., un técnico automotor de 43 años, que hizo de la vida de su hija un calvario. La víctima llegó cuando la sala ya estaba colmada de mujeres que fueron a acompañarla. Entró junto al equipo del CAJ en silla de ruedas y se ubicó entre el público.

El juez Becerra pidió silencio y evitar cualquier tipo de manifestación antes de leer la parte resolutiva del caso. Por unanimidad, los jueces condenaron a Mario C. a la pena de 39 años por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por producirse contra una menor de 18 años y abusando de la convivencia, tentativa de homicidio agravado por el vínculo y tenencia de arma de guerra.

En la sala se escucharon algunas expresiones ahogadas y el llanto de la víctima que no paró de abrazarse con las personas que la acompañaban. Salió de la sala con una sonrisa. Hoy tiene 22 años , una hija y la convicción que su vida cambiará para siempre. “Me voy feliz. Libre. A empezar a vivir, a ser. Me siento una plumita, liberada”. Cuando le sugirieron que ahora descanse su respuesta fue un no rotundo, demostró que está dispuesta a recuperar su vida.

 

El hecho

La víctima vivía junto a su familia en la Granadero Baigorria. Cuando tuvo 12 años su padre Mario comenzó a tocarla, las situaciones de abuso se fueron incrementando hasta la violación. A los 14 años la víctima quedó embarazada y tuvo una niña. Esa situación no detuvo al agresor que fue mucho más allá. Cuando M. tenía 17 años le efectuó un disparo en el cuello que la dejó parapléjica. El hecho se produjo porque la adolescente quería salir con amigas, aunque el agresor quiso disfrazar el ataque y dijo que había sido un intento de suicidio. Tras su recuperación, se la llevó junto a su hija y su hermana al Chaco de dónde M. finalmente pudo escapar.

La victima volvió a Rosario y tuvo la determinación de buscar Justicia. Con el apoyo del CAJ – las abogadas Virginia Llaudet, Agustina Prestera, la trabajadora social Andrea de Paul y la psicóloga Eugenia De Loredo – realizó la denuncia que quedó en manos de la fiscal Alejandra Raigal, quien logró la detención del agresor en Chaco durante los primeros meses de 2016.

Ya en Rosario lo imputaron y desde entonces está preso. Ahora deberá purgar la condena que aún no está firme.

Las sensaciones

 

La fiscal Raigal mostró la conformidad con la decisión. Destacó la unanimidad del fallo y la aplicación de la pena que solicitaron. Aseguró que creyeron en la víctima desde el comienzo y remarcó que quiso volver a declarar en juicio. Hubo negociaciones para salidas alternativas en las etapas anteriores al juicio pero siempre se respetó a rajatabla la voluntad de la víctima. La fiscal hablo de la colaboración que prestó la víctima al caso y su familia, dijo que apenas la escuchó, incluso antes de obtener el resultado de ADN que confirmaba la paternidad del agresor busco todos los medios para ir a buscarlo al Chaco, destacó la colaboración de la Justicia chaqueña y la recepción del caso acá.

Por su parte Virginia Llaudet del CAJ explicó que fueron 3 años de trabajo interdisciplinario acompañando a M. con el fin de que pueda adquirir recursos subjetivos necesarios para poder transitar este proceso penal y así garantizarle el acceso a la justicia. «Como equipo, estamos orgullosas de nuestro trabajo y del resultado. Fue sin dudas una justicia reparadora para ella», concluyó.

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