Un equipo de médicos argentinos logró por primera vez, a nivel mundial, un posible tratamiento de la diabetes gracias a la aplicación de ingeniería celular.
Los médicos de la Universidad Maimónides, encabezados por Gustavo Moviglia, lograron que las células autólogas (propias), volviesen a producir y segregar insulina y glucagón.
El déficit de la primera de estas hormonas es la causa de quienes padecen de diabetes. Es decir, las células pierden la capacidad de segregar esas sustancias y por esta razón los enfermos deben inyectársela.
A través de un Islote de Langerhans (cúmulos de células del páncreas), generado a partir de células madre provenientes de la grasa, pudieron reconstituirse las funciones habituales que hasta el momento parecían imposibles de alcanzar.
Aunque los estudios se encuentran en estadío pre-clínico se trata de un gran avance ya que hasta el momento sólo había podido lograrse que las células produjeran, pero no que segregaran; ésto sin dudas abre la posibilidad a futuro de un nuevo formato de tratamiento contra la diabetes, ya que el cuerpo volvería a contar con una fuente propia de producción y secreción de insulina y glucagón.
Hasta el momento la única alternativa existente es un tratamiento con Islotes Langerhans provenientes de donantes cadavéricos, que debe repetirse cada dos años, sólo puede realizarse tres veces y tiene un costo que en Estados Unidos supera los 300 mil dólares, lo que limita su aplicación y éxito a un número ínfimo de pacientes.
Un avance de estas características no sólo podría masificar los tratamientos, mejorando la cantidad y calidad de vida de quienes padecen de diabetes, sino que aplicado en forma temprana podría ayudar a prevenir todas las enfermedades asociadas como Coronariopatía; ACV; Retinopatía, Nefropatía y Neuropatía Diabéticas, entre otras.
Moviglia, director del CIITT (Centro de Investigación en Ingeniería de Tejidos y Terapias Celulares), de la Universidad Maimónides de la ciudad de Buenos Aires, quien estuvo al frente del equipo, comentó: “La insulina y el glucagón son hormonas complementarias, por lo que ambas son igual de necesarias”.
“La gran diferencia que abre una puerta a futuro es que por primera vez se logra en el mundo, a partir de células madre autólogas, adultas y sin modificaciones genéticas, que los Islotes vuelvan a producir y segregar ambas”, señaló el especialista cuando fue interrogado.
Este trabajo fue presentado en el Congreso Mundial de la ISCT (International Society for Cellular Therapy) y en las Jornadas sobre Aplicación de Células Madre en Terapias Regenerativas, realizadas en 2012 en el Congreso de la Nación.