El movimiento de los “indignados” del 15-M (por las protestas iniciadas el 15 de mayo pasado en Madrid, España), que surgió como respuesta ciudadana a la crisis económica, se propagó a algunas ciudades europeas y cruzó hacia Estados Unidos –a través del llamado Occupy Wall Street– convocó para hoy a una movilización planetaria que tendrá lugar en unas 900 ciudades de 80 países, según estimaron los activistas en la página 15october.net. La organización es bajo el lema “Unidos por un cambio global” –que incluye un sinfín de demandas sociales– y se multiplica a través de miles de personas en todo el mundo, coordinadas a través de las redes sociales en internet, como Facebook y Twitter.
Hasta ayer, “indignados” de 951 ciudades (incluidas 60 españolas) en 82 países (de Albania a Venezuela) ya habían anunciado que serán parte de las manifestaciones. Entre las urbes cuyos activistas confirmaron su adhesión a la jornada mundial se encuentran Nueva York, Tokio, Santiago de Chile, Los Ángeles, San Francisco, Montreal, San Pablo, Sydney, Auckland, Kuala Lumpur, París, Roma, Helsinki, Copenhague y Londres.
La página web “Unidos por un cambio global” recogía todas y cada una de las convocatorias e informaba y actualizaba dónde y a qué hora será exactamente cada una de las protestas.
“Este sábado, 15 de octubre, se realizará la primera manifestación global de la historia de la humanidad. Un evento del que posiblemente se hable en los libros de historia dentro de unos años, una chispa que puede encender la llama de un cambio real del sistema”, expresa la invitación de los activistas.
Y agrega: “El nacimiento de una nueva etapa en nuestra historia, generando una sociedad informada, conectada, concienciada y solidaria. La humanidad dispone en estos momentos de los medios, recursos y conocimientos necesarios para generar este nuevo tipo de sociedad, más justa, más participativa, más pacífica, más ecológica… Más humana”.
El jueves pasado los miembros del 15-M presentaron ante la prensa la marcha en la que llamaron a la ciudadanía a “reapropiarse de la política mediante la participación directa en la vida social, política y económica” y reclamaron “una democratización de la economía y de la gobernanza”, según el manifiesto consensuado por “indignados” de 15 países que se reunieron en Barcelona.
“Esto es un movimiento de presión ciudadana para que ellos (los políticos) hagan su trabajo”, aseguró un miembro del 15-M. “Es muy fácil movilizar a la gente cuando el 99 por ciento oprime al 1 por ciento”, declaró confiada una activista. La manifestación quiere ser “pacífica, sin banderas ni logos”.
En Madrid, la protesta culminará con dos asambleas enla Puertadel Sol que abordarán, entre otros asuntos, el futuro del movimiento.
“Si alguien decide acampar, lo hará bajo su responsabilidad. Queda claro que nosotros no convocamos ninguna acampada”, explicó una representante del 15-M, cinco meses después de su primera manifestación.
Las protestas que se iniciaron en España contra el desempleo y las medidas de austeridad se extendieron por Europa ante la crisis económica internacional, más tarde a Wall Street, en Estados Unidos y posteriormente al resto del mundo, donde celebrarán marchas, excepto en África, según los organizadores.