A la sombra del escándalo por la pérdida de datos del aparato de Fernando Sabag Montiel, los peritos que analizan el teléfono celular de su novia Brenda Uliarte, detenida por el atentado a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, lograron desbloquear un voluminoso archivo encriptado y analizaban su contenido. Se trata, según se indicó, de 120 gigabytes de información, entre los cuales tratarán de encontrar un puñado de megabytes, y poco más acaso, que diluciden en forma certera el recorrido que desembocó en Sabag Montiel gatillando un arma en la cabeza de la titular del Senado.
A poco más de una semana del intento de magnicidio, los investigadores de la causa a cargo de la jueza federal María Eugenia Capuchetti y del fiscal Carlos Rivolo terminaron de descargar los datos y archivos de la segunda detenida y desbloquearon un documento encriptado, explicaron fuentes del caso.
La joven de 23 años se había negado a proporcionar la clave del celular durante su declaración indagatoria, en la que dijo ser inocente y sólo respondió preguntas de su defensor oficial, Gustavo Kollman, centradas en demostrar que ella no estaba al tanto del propósito de su novio. Pero aparece casi tan comprometida como él: al allanar la vivienda que compartían se encontraron dos cajas de municiones, ambos aparecen en fotos posando con un arma de fuego similar a la utilizada –de la que ella dijo desconocer su existencia– y se van acumulando evidencias de que ambos estuvieron presentes en o cerca de la vigilia de apoyo de militantes peronistas alrededor del domicilio de Cristina varias veces antes del ataque.
En ese sentido, se conoció una imagen difundida por el canal C5N que ubica al detenido Sabag Montiel a metros del gobernador bonaerense Axel Kicillof durante la manifestación en apoyo a la Vicepresidenta el 27 de agosto último, a metros de su vivienda.
El ahora acusado del intento de magnicidio tenía puesto ese día un barbijo y estaba entre la multitud con el algodón de azúcar que supuestamente vendía en una de sus manos.
Una de las líneas de investigación pasa por determinar el medio de vida de Sabag Montiel, de Brenda y de amigos de ambos que declararon como testigos y dijeron vender algodón de azúcar junto con ellos en un puesto en la calle. Aunque no se explicó por qué, trascendió que en base a la prueba recopilada hay dudas de que el medio de subsistencia haya sido la venta de este producto.
También se analiza la inteligencia previa hecha en el lugar, y se busca determinar quiénes estuvieron en la zona además de Sabag Montiel, incluso días antes del inicio de las manifestaciones de apoyo a Cristina, que se lanzaron el pasado 22 de agosto, tras concluir el alegato de la Fiscalía en la causa Vialidad.
Otra es determinar cuándo, cómo y a través de quien llegó a sus manos el arma con la que ambos posaron. Esas líneas confluyen en un punto, que es si estaban financiados y respondían de algún modo a una estructura o a una o más personas que trazaron un plan para dar muerte a la vicepresidenta.
Al respecto se suman evidencias de que luego del hecho, la novia del detenido como autor material se fue del lugar y recibió algún tipo de ayuda por parte de su entorno y que incluso buscaron entre ellos formas de contactarse sin ser detectados, como perfiles falsos en redes sociales.
Los cinco integrantes del llamado grupo de “Los Copitos”, por dedicarse a la venta de algodones de azúcar junto a los acusados, declararon ya como testigos ante Capuchetti y Rivolo y entregaron sus celulares para peritajes, aún en curso.
Bajo juramento de verdad, aseguraron que nunca supieron lo que planeaba Sabag Montiel.
En Tribunales se aguardaba también el resultado de un peritaje a una bolsa blanca que Brenda llevaba consigo la noche del atentado y después dejó en la casa de un ex novio, donde buscó refugio tras la detención de Sabag Montiel.
La prueba fue enviada a peritar para determinar la posible presencia de restos de pólvora, algo que podría indicar que allí se guardó la pistola Bersa que usó Sabag Montiel.
Según la imputación contra Sabag y Uliarte, para cometer el hecho hubo “planificación previa y acuerdo de partes” entre ambos, además de transporte de arma de fuego sin autorización y acopio de municiones.
“Brenda no tuvo nada que ver… y yo tampoco”, se limitó a decir esta semana Sabag Montiel en una ampliación de indagatoria, en la que se negó a declarar y sólo dejó esa frase críptica.
Las sospechas del diputado: “Hay una estructura”
El diputado nacional Rodolfo Tailhade cuestionó a la jueza federal Capuchetti y al fiscal Rívolo por dejar en libertad a personas vinculadas a Fernando Sabag Montiel, y advirtió que el grupo de presuntos vendedores de algodón de azúcar que integraba el atacante de la vicepresidenta contaba con “información precisa” y una “estructura de financiamiento y logística” provenientes de “vinculaciones con sectores de Inteligencia”.
Tailhade cuestionó que la jueza no haya ordenado la detención de los allegados a Sabag Montiel y a Brenda Uliarte que declararon como testigos en la investigación, y además agregó que todas esas personas “no son ningunos marginales” sino más bien un grupo neonazi que tiene “un perfil que claramente pudo haber sido creado por servicios de inteligencia, como han hecho históricamente”.
Para el diputado, la prueba más contundente de que el tirador y su novia forman parte de una red más amplia es que a Sabag Montiel “se le borraron todas las redes y le borraron el teléfono, estando el teléfono en el Juzgado y mientras él estaba detenido e incomunicado”. Según Tailhade, eso “refleja que los dos chicos no están solos, sino que hay una estructura atrás, que es la bandita de nazis que inexplicablemente no están presos».
“Tienen claras vinculaciones con estructuras de Inteligencia. Y lo percibo a partir de distintas circunstancias, como la información con la que contaba el tirador del regreso de Cristina a su domicilio, o la información con la que contaba Sabag para tener el dato de a dónde iban a ir los móviles (de exteriores) de Crónica, frente a los cuales ellos aparecían sistemáticamente con un discurso bien de derecha”, repasó el legislador.
Y agregó que detrás de ese “grupo de «Copitos» de perfil neonazi y absolutamente violento” integrado por “jóvenes ideologizados que quieren matar a Cristina”, hay “mucho más”.
“Hay una estructura que tiene inteligencia, que da financiamiento y logística, una estructura que yo vinculo con la Policía de la ciudad, con los sectores de inteligencia de la Policía de la ciudad», apuntó hacia la fuerza de seguridad porteña.
“La teoría del «lobo solitario», del «loco suelto», se cae”, sostuvo Tailhade, quien conoce el territorio que aborda: encabeza la comisión de Justicia de la Cámara de Diputados y es integrante de la Comisón bicameral de seguimiento de organismos y actividades de inteligencia.
El diputado recordó además la marcha de antorchas que se movilizó en la noche del pasado 18 de agosto frente a la Casa Rosada, donde 50 manifestantes de la agrupación de ultraderecha Revolución Federal desfilaron con teas que luego arrojaron por encima de las rejas perimetrales sin que interviniera la Policía porteña, lo que obligó a arrojar agua para intentar apagarlas desde adentro de la Casa de Gobierno.
Y manifestó su preocupación por la rapidez con la que fue declarado inimputable “uno de los responsables del Centro Cultural nazi de La Plata”, refiriéndose a José Derman, representante del Centro Cultural Kyle Rittenhouse. El lugar lleva el nombre de un joven estadounidense que en una contraprotesta frente a movilizaciones de la comunidad afroestadonidense, en agosto de 2020 en Wisconsin, disparó con un fusil semiatomático contra tres hombres, matando a dos, y resultó absuelto al considerarse que actuó en defensa propia.