Espectáculos

Los 50 del camaleón Sean Penn

Tiempo de madurez, el ganador de dos premios Oscar prepara el estreno de tres nuevas películas. Para muchos, el ex marido de Madonna está entre los cinco mejores actores de Hollywood.

pennnota

Sean Penn festeja hoy medio siglo de vida, en el mejor momento de su carrera como actor y director Sean Penn lleva en su mirada la mayor de las iras y la más infinita de las ternuras.

Para la mayoría de los críticos del mundo, está entre los cinco mejores actores que ha dado Holywood en décadas. De claro compromiso político y dueño de un talento que sorprende cada vez que se pone a componer un personaje o dirigir un film, Sean Penn cumple hoy 50 años, un tiempo de madurez que coincide con su mejor momento artístico, en una etapa de su vida en la que piensa mucho antes de aceptar un nuevo personaje, del mismo modo que plantear un guión para ser llevado a la gran pantalla.

De este modo, el talento domó (o al menos eclipsó) a la “bestia”, y a sus 50 años, con dos premios Oscar en el haber, una carrera sólida y estrenos pendientes tan dispares como las nuevas películas de Terrence Malick, Paolo Sorrentino y los hermanos Farrelly, nadie discute que Sean Penn es uno de los grandes de Hollywood de todos los tiempos.

Camaleónico y temperamental, Penn, con medio siglo de vida a partir de hoy, lleva en su mirada la mayor de las iras y la más infinita de las ternuras: sensibilidad y brutalidad a la manera de Brando, olfato para hacer desu carrera un ejemplo de buen gusto y una actitud a la que se le ha reprochado cierta falta de tacto. “Mi actor favorito es Sean Penn”, dijo una vez en una entrevista cuando estrenó Dead man walking. Y así resumió un carácter que ha canalizado en grandes interpretaciones y reivindicación política, pero que también lo ha llevado a la cárcel y a dos matrimonios tempestuosos.

Penn nació el 17 de agosto de 1960 en Los Ángeles, en una familia de artistas que le facilitó adentrarse en Hollywood. Pronto se destacó en papeles de rebelde, carácter que se fortaleció con films como Fast times at Ridgemont High, Bad boys o The Falcon and the Snowman, de John Schlesinger.

En esa película interpretó al narcotraficante Daulton Lee con tan buenos resultados que, como agradecimiento, Penn contrató a Lee como asistente personal. Excentricidades primerizas de un aprendiz de estrella que hizo un master en esta disciplina al casarse con Madonna en 1985. “Recuerdo ese matrimonio como muy ruidoso. No recuerdo haber tenido una sola conversación en cuatro años. He hablado un par de veces desde entonces con Madonna y hay una persona ahí adentro, yo no lo sabía”, reconoció en una entrevista.

Sean Penn, en esta época, fue arrestado por agredir a un paparazzi y protagonizó junto con Madonna la que probablemente sea su peor película: Shanghai surprise. Finalmente, en 1989, se divorció de la cantante también en medio de un escándalo.

Ya en los años 90, su talento fue reclamado por algunos de los directores más reconocidos y Penn se convirtió en una inquietante presencia para el nuevo cine negro: State of grace (donde conoció a su segunda esposa, Robin Wright) y, sobre todo, Carlito’s way, de Brian de Palma, son los más notables ejemplos de aquellos años.

Luego, con más poder de decisión, empezó a marcar lo que sería su camino. Inauguró su carrera como director con la impresionante The indian runner y, en 1995, llegó su verdadera consagración como actor, Oso de Plata en Berlín incluido, con Dead man walking. A partir de este film, y como Susan Sarandon, su compañera de rubro, comenzó a colocarse a la izquierda como una de las conciencias de Hollywood. Los derechos de los gays, la guerra de Irak, la defensa del presidente venezolano Hugo Chávez o Haití, han centrado su activismo político.

“No me considero especialmente político. Pienso que trabajar como actor y ser humano implica algo de política y preocupación por otros humanos”, dijo con modestia hace algún tiempo. Y mientras tanto, también tuvo tiempo de construir una familia: dos hijos con Robin Wright sin dejar de tener algún escándalo personal (como cuando fue sorprendido por Wright con dos prostitutas) y, ahora sí, una espléndida carrera.

Premio en Cannes con She’s so lovely, dos Copas Volpi en Venecia por 21 gramos y Hurlybulry y, por fin, el reconocimiento de la Academia de Hollywood: primero, por ese padre amoral en pleno proceso de dolor en Río místico (2003), y luego por mimetizarse con Harvey Milk en el biopic Milk (2009) filmado por Gus van Sant.

Woody Allen, Oliver Stone o Terrence Malick son otros realizadores que contaron con Penn, quien también siguió dirigiendo títulos como The pledge e Into the wild.

Y para su segunda mitad de siglo, lo espera, al parecer, una cartera inmejorable, dado que volvió a trabajar con Malick en The tree of life, fue el elegido por Paolo Sorrentino para la película This must be a place y tiene pendiente de estreno Fair game, junto a Naomi Watts, su compañera en 21 gramos.

Además, tratará de convencer a sus fanáticos de que también tiene vis cómica en The three Stooges, de los hermanos Farrelly, y volverá al biopic con Genius, donde interpretaráa Max Perkins, el hombre que descubrió a Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway.

Comentarios

10