La expulsión de Djorkaeff Reasco a los 41 minutos ante Arsenal fue ridícula. La segunda amarilla inventada por Yael Falcón Pérez por un supuesto toque del delantero al arquero visitante dejó a Newell’s con un hombre menos con mucho partido por delante. Otra vez, como ya pasó con Balzi frente a Godoy Cruz o Funez ante Lanús, justamente partidos disputados en el Coloso.
Reasco ni siquiera tocó al arquero de Arsenal, quien simuló un golpe. Lo increíble es que el árbitro «comprara» esa actuación del jugador visitante. Y como las acciones de amarilla no pueden ser corregidas por el VAR, Patricio Loustau no pudo mencionarle que había cometido un error.
El enojo de los jugadores leprosos, dirigentes e hinchas es justificado. Porque lo de Reasco no fue el único error de la tarde. Hubo un penal sancionado por Falcón Pérez por falta a Garro, luego anulado por posición adelantada del atacante. Ahí sí actuó el VAR. Y como ya se vio en otros partidos, la técnica para trazar las líneas y bisectrices no es de última generación. Depende de la posición de las cámaras y el momento que el VAR define que sale el pase. Garro parecía habilitado, pero una línea dudosa trazada a mano dijo que no.
La tarde tuvo una situación polémica más. Campagnaro sacó un centro a media altura y dio en la mano de un defensor que lo marcaba, dentro del área. El árbitro indicó que el brazo estaba pegado al cuerpo, y el VAR apoyó esa postura. Pero la mano estaba despegada, ampliando espacio. Una zona gris que otra vez fue en contra de Newell’s.
No es la primera vez que perjudica a Newell’s un arbitraje. Y por eso el hincha se queja, reclama mayor ímpetu para reclamar a los directivos, y Astore habla continuamente con Federico Beligoy, pidiendo explicaciones aunque sin exponer demasiado a los árbitros, para evitar “represalias”.
El penal increíblemente cobrado por Jorge Baliño a favor de Huracán por una supuesta falta de Francisco González que ninguna cámara VAR pudo confirmar con certeza significó una derrota.
Con Lanús, en fecha 14, Fernando Espinoza hizo de todo. No cobró un penal por mano de Sand, expulsó a Funez en el primer tiempo por un manotazo sin intención. Y luego fue llamado por el VAR para una posible falta de roja, que el árbitro decidió obviar. Ese día la Lepra ganó y no dolió tanto.
La expulsión de Balzi ante Godoy Cruz, promediando el primer tiempo, fue una jugada que Darío Herrera vio como amarilla, pero el VAR le pidió revisar. Pudo ser para roja, aunque no siempre se sancionan con esa tarjeta acciones similares. Lo raro fue que al volante le dieran dos fechas de suspensión, algo que no sucede con otros futbolistas expulsados por situaciones incluso peores.
Con Sarmiento, también en el Parque, Pablo Dóbalo le dio un tiro libre al Kiwi inexistente. Y de esa acción llegó el gol. El VAR no tenía potestad para corregir al árbitro, pero otra vez la Lepra se vio perjudicada. Ese día perdió por ese gol.
Espinoza también lo dirigió en la victoria 2-0 ante Gimnasia. Y ese día no influyó. Pero antes del partido tuvo gestos con los hinchas leprosos que se viralizaron y generaron que Beligoy lo parara dos fechas. “Es conveniente que por ahora no dirija a Newell’s”, confió el Director Nacional de arbitraje.
“Soy un convencido de que no lo están perjudicando a Newell’s de manera deliberada, no creo en las malas intenciones arbitrarias. Es una etapa de aprendizaje de parte del VAR. Obviamente hay cosas muy dudosas y evidentes, pero no hay echarle culpa al arbitraje”, manifestó en su momento Astore.
Tampoco es nuevo el fallo de los árbitros. Y lejos de corregir esos errores, el VAR parece potenciarlos. Y Newell’s parece ser uno de los más perjudicados. Porque sin esos errores, la Lepra tal vez tendría tres o cuatro puntos más. Y eso al final de la Liga puede ser la diferencia entre jugar una Copa o no.