Con salarios que irán quedando relegados respecto a la inflación, familias que ya están sobre financiadas, tarifas de servicios y transportes en alza y los precios de la canasta que continuarán en aumento pese a los esfuerzos de Massa y los múltiples acuerdos de precios en distintos rubros, el consumo este año crecerá sólo un 1,7% en contraposición con el 8,5% que exhibió en 2022, estiman desde Abeceb, la consultora del ex ministro de Producción y Trabajo de la Nación Dante Sica.
El 8,5% de 2022 se explica por un mayor consumo en el primer semestre del año con signos de desaceleración que comenzaron a registrarse a partir de julio. Con esta poca inercia del segundo semestre se inicia el 2023, por lo que se estima solo crecerá un 1.7% .
El análisis se enfoca en dos factores claves del consumo: por un lado el poder de compra de los salarios y por otro la capacidad de financiamiento.
Respecto del primero el informe da cuenta que el salario real en 2022 no perdió lo esperado contra la inflación debido a la apertura de paritarias y negociaciones permanentes cerrando el año en -0.4% para los trabajadores privados, los que apuntalaron el nivel de consumo de 2022 con consumo masivo y compra de bienes durables
Por la parte de la capacidad de financiamiento la extensión de los financiamientos a tasas subsidiadas como los Ahora 12, 18, 30 y todas sus variantes, incentivaron el consumo de electrodomésticos y electrónica de consumo como resguardo de valor, pero, sobre todo, como una alternativa para colocar los pesos excedentes ante un escenario con distorsión de precios relativos y alta inflación.
El problema de la capacidad de financiamiento es algo que particularmente preocupa en el Palacio de Hacienda, ven hace meses una inelasticidad de crecimiento de endeudamiento. No hay mayor capacidad de endeudamiento de las familias y eso tiene que ver con el impacto de las subas de tasas de interés, los bancos que no suben limites de las tarjetas y la necesidad de mejores instrumentos al alcance de las familias. Eso supone también un techo natural al consumo.
El informe da cuenta de un análisis sectorial del balance de 2022 y las proyecciones para 2023.
Consumo masivo
Las ventas en supermercados se incrementaron solo un 1% en términos reales respecto a 2021, presionadas por el menor poder adquisitivo de los consumidores que llevó a que más familias reacomodaran hábitos de consumo y recortaran gastos, optando por segundas marcas y organizando las compras mensuales para ganarle unos pesos a la inflación. Por lo que
Más del 50% de la población disminuyó las compras de bienes básicos del rubro alimentos y bebidas, que cerraría el año con una producción cercana al 4,1%.
Para 2023 se espera una desaceleración en la producción general dentro del sector en 3,9%. El consumo estará supeditado a la evolución del salario real y en alguna medida a la continuidad de los Programas (como Precios Justos) que pisen los precios de la canasta básica.
Sector Automotor
El mercado de vehículos 0km cerró 2022 superando 407.000 unidades vendidas -un 6,7% por encima de 2021-, con una participación récord de los vehículos nacionales (57,7% vs. 38% promedio de los últimos diez años) como consecuencia de la administración del comercio que a través de las SIRA ha limitado el ingreso de unidades importadas (172.000 en 2022 versus un promedio de 426.000 en los últimos años).
En lo que respecta al mercado de motos, también afectado por la escasa disponibilidad de importados, en 2022 las ventas crecieron un 6% respecto del 2021, tras cinco meses consecutivos de caídas interanuales de las ventas, entre agosto y diciembre.
Para 2023 se espera una dinámica similar a la del 2022 en ambos mercados, con perspectivas de crecimiento del 4% para las ventas vehículos y del 6% para las motos, en donde la escasez de modelos importados continuará siendo la principal limitante por el lado de la oferta. Además, para el segmento de motos se apuesta a la ampliación de los planes de financiamiento como mecanismo para dinamizar la demanda.
Electrónica y electrodomésticos
En términos de producción, electrodomésticos y electrónica de consumo cierra 2022 con un incremento interanual del 10,1% y 9,1% respectivamente traccionado por el mercado doméstico ya que más del 90% de la producción tiene como destino el mercado local.
Si bien para 2023 se espera una leve desaceleración en la producción, se mantendría en números positivos con 9,3% para electrodomésticos y 5% para electrónica de consumo. Uno de los principales drivers para la demanda es la disponibilidad de planes de financiamiento, como los Planes Ahora, sobre los que extendieron los plazos de caducidad para mantenerlos.
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